Epilogo

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En aquella ocasión donde perdí el conocimiento en el aeropuerto, fue por un golpe en la nuca que me proporciono mi guardaespaldas Bob para poder controlarme, en los siguientes días Mir me había mantenido bajo unos calmantes que me dejaron postrado en la cama, mientras yo me encontraba dormido todos trataban de encontrar a mi pequeña pero ninguno pudo dar con su paradero.

Después de haber terminado en una clínica con un brazo roto, por haber caído por las escaleras comencé nuevamente mi búsqueda, pero no podía con ninguna pista que me llevara al paradero de mi pequeña, si no fuera por nuestras fotografiás juntos podría decir que nunca existió, peo si ella existía y estaba esperando a mi bebe.

En los siguientes días después de haber salido de la clínica, mi Nana me puso al dia de todo lo que habia sucedido en mi ausencia, gracias a las pruebas que Norah había reunido y envido a mi padre, pudieron enviar por unos años a la cárcel al Señor Bellerose por fraude, mientras tanto Colette solo pudieron procesarla como alguien que sufría serios problemas mentales asi que solo la encerraron en un donde velarían por ayudarla ya que según su abogado Baudi ella había sido manipulado por sus padre logrando asi causarle serios problemas mentales.

Colette pudo librarse de muchas demandas entre ellas estaba el secuestro, ya que había privado de la libertad a aquella chica que había confundido con Alma, solo podia agradecer que Norah haya cambiado las fotos a tiempo porque estaba totalmente seguro que Colette habría matado a mi pequeña.

Los días pasaron y la evolución de Norah fue impresionante, había pasado de estar al borde la muerte a estar recuperándose con éxito, despues de que le dieran el alta de la clínica no volvió a hablar conmigo cuando se entero que Alma esperaba a mi hijo, había tratado de hablar mas de una vez con ella pero simplemente se encerró en su habitación en casa de sus padre, por un lado podía entenderla habia estado al borde la muerte por mi culpa, y todo por querer proteger a Alma de Colette y de mi.

Había viajado en mas de una ocasión a Boston con la esperanza de poder encontrar a mi pequeña, pero no, Gabriel al igual que su madre se encontraban preocupados por ella y también se encontraban buscándola les brinde mi ayuda para encontrarla claro ellos pensaron que solo estaba siendo amable, ninguno de los dos se imaginaba que Alma había escapado por mi culpa . Los meses siguieron pasando y con ellos mi desesperación por encontrar a mi pequeña ya que la fecha de su parto se acercaba, me había asegurado de tener a todo hospital, clínica o sanatorio en alerta.

Me había enfocado completamente en los Hospitales, Clínicas y sanatorios esperando a que un dia me llamaran para decirme que alguien con las mismas características de mi pequeña había asistido para dar a luz, pero aquella llamada nunca llego los 9 meses pasaron y había entrado en un pozo de depresión pensando que Alma no habia podido sobrevivir al parto y tanto ella como mi bebe habia muerto, pero mi hermano fue quien me ayudo a pasar aquellos días ya que me dijo que mi pequeña podría ser de aquel porcentaje de mujeres que podría sobrevivir a un parto como el que mi Alma tenia que atravesar sola.

Mi hermano, Mir había decidido quedarse a mi lado esperando a que un día pudiera encontrar a mi Alma, el comenzaría a preparar todo para poder tratarla, comenzo a especializarse a un mas para estar mas que calificado para poder salvar la vida de mi pequeña. Había muchas ocasiones durante la noche donde me despertaba al escuchar el llanto de un bebe, que lograba mantenerme despierto toda la noche, preguntadome donde estaban.

Por otro lado mi padre se habia encargado de buscar fuera del país, habia contratado a mas de una agencia de búsqueda para poder encontrar a mi pequeña, a pesar de sus intentos de acercarse a mi no podia perdonarlo ya que cuando lo veía solo podía ver al culpable de todo lo que estaba viviendo, el era el culpable de que mi pequeña se haya ido, el era el culpable de todo. Muchas veces me habia metido a la casa de Alma esperando encontrarla escondida como en muchas ocasiones lo habia hecho pero aunque la llamaba nunca respondía, aunque gritara su nombre nunca venia a mi.

Miss Hope (En edición) L; #2, Saga LuttenbergerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora