Qᴜɪᴍᴇʀᴀ ▸ ᴋɪɴɢ «ɴᴀɴᴀᴛꜱᴜ ɴᴏ ᴛᴀɪᴢᴀɪ»

veintidos

cersei

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No había ninguna duda, ese poder mágico era de Merlín. Lo sabía, después de todo había pasado tardes enteras con ella y me había acostumbrado a su ya característica energía.

— Sei. — Llamó King a mi lado

Voltee hacia el castaño aún sorprendida.

— ¿Qué pasa? — Pregunté acercándome a él.

El ojinaranja negó suavemente.

No es nada. Dijo.

Sentí mis manos temblar un poco, aún no me acostumbraba a oírlo en mi mente.

King soltó una pequeña risa por lo bajo antes de acercarse a mi y acunar mi cara en sus manos.

— En serio te extrañe mucho.

Nuevamente el castaño juntó sus labios con los míos en un beso lento pero ansioso.

Y bueno, mi corazón empezó a latir de manera furiosa en mi pecho.

Nuestras narices se rosaban la una con la otra, mis manos fueron hacia la cara del castaño, pasando mis dedos detrás de sus orejas, acariciando los pequeños mechones de cabello de su nuca.

King llevo sus manos a mi cintura y acercó un poco más su cuerpo al mío.

— Hey, tranquilo. — Dije separándome un poco de él.

— Pase más de doscientos años sin poderte besar, no puedes culparme. — Dijo haciendo un puchero.

Reí divertida.

— Manipulador. — Dije yo.

— No lo niego. — Respondió sonriendo un poco.

Negué levemente antes de desviar mi mirada hacia el resto del grupo, ellos estaban a unos cuantos metros alejados de nosotros. Gowther, Howzer y Diane veían a Guila y Jericho hablar.

— Creó que deberíamos ir con ellos. — Dijo.

Pensé en asentir cuando escuché una voz en mi cabeza.

"Cersei, necesito tu presencia"

Merlín.

— ¿Cersei?

King tomó mi mano y la apretó suavemente.

— Tengo que ir con Merlín.

El castaño hizo una mueca ante mis palabras.

Retiré mi mano lentamente, pero King volvió a tomarla de forma rápida.

— ¿Qué sucede? — Pregunté.