«𝑪𝑰𝑵𝑪𝑶»

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Temprano en la mañana ya se encontraban los alumnos reunidos dentro del invernadero en la clase de Herbología, cada uno permanecía en frente de la planta que se le había sido designada mientras mantenían su atención en la explicación de la profesora Moon Chae.

— La planta que tienen en la maceta frente a ustedes es la Bardana Kenai, también llamada planta procedente de aguas limpias. Esta pequeña se encuentra en los lugares más profundos de los bosques, ubicada cerca de los riachuelos. La Bardana Kenai tiene altas propiedades curativas, así que hoy aprenderemos a cómo preparar un antídoto para cualquier tipo de veneno, desde los más comunes hasta los más raros y desconocidos —tomó una de las maceta—. Muy bien alumnos, cada uno tome su maceta y arranquen de manera rápida la planta desde la raíz.

Los estudiantes tomaron sus respectivas macetas y enseguida acataron la orden. Algunos seguían batallando para arrancar la pequeña planta, como era el caso de Jimin.

— Esta estúpida planta está atascada —refunfuñó el chico alado.

— De seguro las raíces están muy largas, déjame ayudarte.

Jungkook quien se encontraba al lado de chico de cabellos azules, tomó la maceta de su compañero y de un fuerte tirón logró arrancar la pequeña planta.

Namjoon aprovechó la distracción del novato para hacer un pequeño e inofensivo encantamiento sobre la planta del pelivioleta. Después de todo ya estaban a mitad de semana y no había hecho alguna broma como había planeado con sus amigos el fin de semana.

El mago susurró algunas palabras y tocó dos veces con su varita la maceta contigua. Inmediatamente guardó la varita en su túnica, cuando el menor fijó de nuevo la vista en su planta.

El brujo tomó su maceta, y al igual que con la planta de su compañero realizó el mismo movimiento para arrancarla. Pero cuando logró su cometido la planta saltó de sus manos y empezó a correr alrededor del invernadero, saltando de un lado a otro.

— ¡¿Pero qué demonios?! —preguntó exaltado.

— ¡Joven, Jeon Jungkook! detenga a su Bardana ahora mismo —exclamó con molestia la señorita Moon Chae.

El nombrado tomó su varita rápidamente. Alarmándose al ver el desorden que estaba causando la Bardana Kenai, lanzaba pequeños rayos con su varita intentando paralizar a la pequeña planta sin éxito.

—¿Por qué carajos esa cosa tiene pies? —se quejó empezando a alterarse.

Un chillido se escuchó proveniente del peliazul, quien ahora tenía a la inquieta planta saltando sobre su cabeza.

— ¡Jimin, quédate quieto! La detendré.

Jungkook apuntó con su varita arriba de la cabeza del sílfide en su intento de tener la planta, pero falló. Justo cuando lanzó el pequeño rayo sobre la Bardana esta saltó por el frente causando el desvío del hechizo proveniente de la varita del brujo.

— ¡Mi cabello! —gritó el chico alado cuando sintió el ardor sobre su cuero cabelludo.

— ¡Se está incendiando! —exclamó una de las alumnas.

El lugar se inundó de risas y de gritos, los últimos provenientes del chico de alas traslucidas.

— ¡Lo siento mucho! —exclamó el brujo empezando a buscar con que apagar el fuego.

El peliplata quien había presenciado como su broma se había salido de control buscó rápidamente una cubeta con agua, cuando finalmente la halló lanzó el contenido de esta sobre la cabeza de su amigo, dejándolo completamente empapado.

Unos suspiros de alivio se escucharon por parte de algunos, y la risa que aún permanecía en otros cesó al sentir la mirada de enojo por parte de su profesora.

— La clase ha terminado por hoy, pueden retirarse —anunció Moon Chae—. Menos usted Jeon Jungkook, dos horas de castigo. El invernadero necesita una limpieza.

— Pero yo no quise...

— ¿Acaso hablamos idiomas diferentes, joven Jeon?

— No, señora...

Los demás alumnos junto a la profesora se retiraron del lugar dejando solo a Jungkook en él.

— Será una larga tarde —murmuró el pelivioleta tomando una de las mangueras del invernadero.

El sílfide y el mago ya se encontraban fuera del lugar de clases mientras caminaban en dirección a sus dormitorios.

— No creas que no vi lo que hiciste.

El peliazul miró con enojo a su amigo que permanecía con una expresión de fingida inocencia.

— No sé de qué hablas.

— ¡Tú eres el culpable de que luzca como un cerillo quemado! —reprochó a su amigo que ahora estallaba en risas.

— Lo siento, es que te ves muy gracioso.

— Tienes que arreglarlo esto, es tú culpa. —gruñó señalando su cabello dañado, bueno, parte de lo que quedaba de él.

— Oye, cálmate. Con tu cara toda roja ahora sí pareces un cerillo —se burló antes de esquivar una patada del menor—. Está bien, no te enojes. Buscaré la manera para solucionarlo.

[⚔️]

El vampiro mantenía una sonrisa divertida en su rostro mientras observaba como su mejor amigo se acomodaba una gorra en su cabello mientras refunfuñaba frente al espejo.

— No quiero saber más sobre ese plan tuyo de hacer bromas, Kim Taehyung.

El mencionado frunció el ceño y se sentó en una de las camas.

— ¿Qué tiene que ver nuestro plan con tu arranque de histeria?

— ¿Arranque de histeria? —cuestionó ofendido—. Si Namjoon no fuera hecho esa estúpida jugarreta yo no tendría el cabello así.

— Aun así no tuve tiempo suficiente para hacer mi broma, no es justo —se quejó haciendo un puchero.

— Creo que mi cabello ya tuvo "suficiente". Les dije que temía esto y mira, sucedió.

— En nuestra defensa tú creías que el elfo estirado iba a incendiar tu cabello, y bueno... no fue él.

— No bromees conmigo ahora, Kim. He dicho que se acabó.

— Está bien, está bien... —bufó—. No les volveremos a jugar ninguna broma.

— Hablo en serio. Todo lo que ustedes hagan que me hará verme implicado y por lo tanto me afectará —elevó las comisuras de sus labios al ver como su amigo asentía obediente—. Estúpido Namjoon —gruñó de nuevo.

— No dejarás de maldecirlo ¿verdad? Llevas haciéndolo toda esta hora —sonrió con diversión.

— No lo haré. A todo esto ¿dónde se metió ese mago causa problemas?

— Me dijo que iría a la biblioteca a buscar algún hechizo para solucionar lo de tu cabello.

— ¿No es prohibido entrar por la noche a la biblioteca?

El azabache levantó los hombros haciéndose el desentendido antes de tomar un libro que se hallaba en la mesita de noche.

— Espero que no se meta en problemas. —murmuró el peliazul.





𝕯𝖊𝖘𝖈𝖊𝖓𝖉𝖎𝖊𝖓𝖙𝖊𝖘 ᴺᵃᵐʲᶤⁿ⋆ᴴᵒᵖᵉᵛDonde viven las historias. Descúbrelo ahora