«𝑽𝑬𝑰𝑵𝑻𝑰𝑻𝑹𝑬𝑺»

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Seokjin inhaló profundamente una vez el fresco aire otoñal golpeó su rostro y sus fosas nasales fueron inundadas con el olor a setas y tierra mojada.

Bajó la mochila de su espalda para luego tomarla entre brazos y así abrir de a poco la cremallera de esta, permitiendo que la pequeña cabeza del minino se asomara por la rendija.

— ¿No es lindo este lugar? Te traeré todas las tardes aquí para que juegues un rato ¿qué dices?

Sonrió al escuchar el pequeño maullido como respuesta, para después acariciar detrás de sus orejitas con delicadeza.

— ¡Quiero al gato devuelta!

El elfo se sobresaltó al escuchar aquella repentina voz haciendo que afianzara el agarre de la mochila en sus brazos.

Bufó al ver a Namjoon cruzado de brazos y con su ceño ligeramente arrugado.

— ¿Qué haces aquí? ¿te divierte perturbar mi tranquilidad?

— No te molestaré más si me devuelves lo que es mío.

— Pensé que habías dejado ese tema superado. Recuerda que tú. —señaló el pecho del menor con su índice—. Me lo regalaste.

— ¡Tú me obligaste! —se quejó—. ¿Qué es eso que tienes en tu mochila, lo trajiste?

El rubio retrocedió unos pasos e intentó de manera torpe esconder la cabecita del gato.

— No.

— Mientes. Devuélvemelo —renegó empezando a perder la paciencia.

— ¿Por qué de repente lo quieres de vuelta? Hace unas semanas ni siquiera te importó que me lo llevara.

El platinado estaba a punto de seguir la discusión antes de verse interrumpido por un ruido.

— ¿Escuchaste eso? —murmuró

— No escuché nada —respondió de mala gana observando al contrario con desconfianza.

Uno de los matorrales cercanos empezó a moverse con frenesí a lo que pequeños gruñidos provenían de él.

Ambos jóvenes se mantuvieron expectantes sin realizar ningún movimiento hasta que al final soltaron un aburrido suspiro al ver como un no muy pequeño, pero inofensivo jabalí salía detrás de los arbustos con su pelaje lodoso mientras mascaba largas hebras de hierba.

— Sólo es un apestoso jabalí —bufó observando al mamífero con aburrimiento.

— Yo creo que es tiern-

El rubio no terminó de completar su oración, ya que un grito brotó de sus labios al ver como el jabalí desaparecía después de que unos tentáculos lo apresaran hasta llegar a la boca de ¿su Erwin?

Seokjin observó con horror como su mascota relamía su hocico con gusto después de soltar un estruendoso eructo, tal vez uno más grande que el de su tamaño.

— Woh, provecho. —bromeó el mago sonriendo en dirección al minino.

— ¿Por qué no luces sorprendido? —frunció su ceño—. Ya lo sabías ¿cierto? Por eso quieres llevarte a Erwin.

— ¿Erwin? —negó con la cabeza—. Mejor no me respondas, sólo devuélveme al gato o lo que sea esa cosa.

— ¡Ya te dije que no! ¿eres sordo?

Namjoon guardó silencio unos segundos observando con firmeza los ojos contrario. Bajó la mirada hasta encontrar los ojos del pequeño asomando su cabecita por la pequeña hendidura.

— ¡Dámelo!

Las manos del mago empezaron a halar con fuerza la mochila del contrario mientras este ponía resistencia afianzando el agarre de sus manos en las asas de la bolsa.

𝕯𝖊𝖘𝖈𝖊𝖓𝖉𝖎𝖊𝖓𝖙𝖊𝖘 ᴺᵃᵐʲᶤⁿ⋆ᴴᵒᵖᵉᵛDonde viven las historias. Descúbrelo ahora