«𝑪𝑨𝑻𝑶𝑹𝑪𝑬»

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En uno de los jardines cercanos a las afueras del instituto se encontraba Namjoon junto a su amigo sílfide. Este último se encontraba levitando mientras permanecía sentado en posición de indio a lo que su mirada seguía unas pequeñas mariposas que se hallaban revoloteando a su alrededor.

Por otro lado, a unos metros del menor se encontraba el mago de pie, este permanecía con los brazos abiertos en forma horizontal mientras creaba pequeños círculos dorados en el aire con ambas manos.

— ¿Qué estás intentando hacer? —preguntó el peliazul fijando ahora la mirada en su amigo.

— Un portal —respondió cortante intentando fijar toda su concentración en el hechizo.

— ¿Ese hechizo no sólo lo realizan los summoner?

— Sí, pero esta vez será la excepción. Estoy seguro de que puedo crear uno.

— Pero tú ni siquiera eres aún un archimago y ya estás intentando hacer cosas que no te competen.

— Pronto seré un archimago ¿sí? Sólo me falta pasar la prueba de luz. —replicó interrumpiendo su labor—. Además, imagina lo qué lograré en el Desafío de hechiceros si puedo dominar un hechizo tan complicado como el de crear portales.

— Si tú dices. Oye, ¿y por qué decidiste practicar eso? Se supone que los este tipo de portales sólo son útiles en las guerras, y yo que sepa no hemos tenida una en siglos.

— Nunca está de más estar preparado —sonrió—. Tan sólo piensa en lo genial que sería ver salir alguna criatura espeluznante, o mejor aún ¡Un demonio o un ángel! —exclamó con emoción.

— ¿Eso es seguro? —cuestionó abriendo sus ojos con sorpresa—. Es decir, si llegan a salir una de esas cosas, ¿tú las podrías dominar?

— Probablemente, esa sería la idea.

— ¿Probablemente? —inquirió con preocupación.

— Calma, Jimin. Los genios saben lo que hacen —respondió con un guiño.

— Ajá ¿Y tú sabes lo qué haces?

El de cabellos azules dejó que escapar una ligera risa al ver cómo su amigo le dio la espalda sintiéndose ofendido.

Pasaron varios minutos en los que Namjoon fallaba una y otra vez; cuando los círculos empezaban a tener forma estos se apagaban de repente, haciendo que el mago tuviera que empezar de nuevo.

— ¡Me rindo, estoy harto! —exclamó frustrado bajando ambos brazos.

El movimiento anterior fue tan brusco que provocó que ambos círculos se rompieran y chispas brincaran hacia el sílfide, el cual de la sorpresa perdió el equilibrio y cayó de espaldas al suelo.

— Lo siento, Jimin. ¿Tus alas están bien? —preguntó preocupado observando como el menor hacía una mueca de dolor al levantarse.

— Sí, pero mi trasero no —se quejó—. Siempre que estoy cerca tuyo término accidentado. —refunfuñó sobando su espalda baja.

— No exageres, sólo han sido un par de veces —musitó con fingida inocencia.

— Me voy —sentenció acomodando su cabello hacia atrás para luego retirarse del lugar.

El peliplata suspiró al verse solo ahora. Dobló un poco las mangas de su túnica y estiró sus brazos mientras movía su cuello de un lado a otro. «Vamos, Namjoon. Puedes hacerlo» se animó a sí mismo dispuesto a intentarlo una vez más.

[🔮]

— ¿Dónde está Jungkook? —cuestionó el pálido.

𝕯𝖊𝖘𝖈𝖊𝖓𝖉𝖎𝖊𝖓𝖙𝖊𝖘 ᴺᵃᵐʲᶤⁿ⋆ᴴᵒᵖᵉᵛDonde viven las historias. Descúbrelo ahora