«𝑻𝑹𝑬𝑰𝑵𝑻𝑨 𝒀 𝑼𝑵𝑶»

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{Capítulo largo}


— ¿Cuánto falta Taehyung? —preguntó el peliazul observando el frondoso paisaje de árboles bajo sus pies.

— Ya llegamo. —anunció empezando a descender junto a sílfide, para después tomar su forma humana, cayendo así de rodillas al terroso suelo.

Los ojos del sílfide se abrieron con sorpresa al ver donde se encontraban, esa torre sólo la había visto en los libros de la biblioteca, pero era imposible que fuera el mismo lugar... ¿verdad?

— ¿Dónde estamos? —susurró—. ¿Por qué estamos aquí?

— Aquí es donde vive la líder del reino —respondió tomando el brazo de Jimin, atrayéndolo a su altura—. Necesito que confíes en mí y hagas todo lo que te diga.

— Sabes que confío en ti. —frunció su ceño—. Pero no moveré un dedo hasta que me expliques que sucede.

El azabache suspiró con pesadez, señalando a quienes se encontraban haciendo guardia en la entrada del alto edificio de piedra. A diferencia de lo que creyó hallar, en el lugar de los súbditos de la líder (centauros) ahora se encontraban una pareja de drows vigilando el perímetro —sin soltar sus filosas espadas y escudos—.

— Debemos burlar a esos drows —sentenció el vampiro notando como su amigo lo miraba como si hubiera dicho una locura.

— ¿De qué hablas? ¿Te has dado cuenta que estamos desarmados? ¿Cómo se supone que vamos a hacer eso?

— Tranquilízate, Jimin. No necesitamos atacarlos. Tengo un plan.

— Muy bien, te escucho —respondió el mayor cruzándose de brazos.

— Yo me ocuparé de distraerlos, mientras que tú te encargarás de volar hacia la parte alta de la torre —tomó los hombros de su amigo, mirándolo fijamente—. Debes sacar a la líder de ahí. Estoy seguro de que ya deben haber drows subiendo la torre, pero tú podrás llegar primero volando.

— ¡Espera! ¡Espera! ¿Por qué debo sacarla de ahí?

— Vienen por ella, nosotros no somos su objetivo. Si llegan a su recamara primero que nosotros... la asesinarán —explicó atropelladamente—. Ya no más preguntas, necesito que hagas lo que te dije.

— ¿Estarás bien? —preguntó con unos ojos cargados de preocupación.

— Sí, sí. Ahora vete —dijo, a lo que empujaba al peliazul, pero deteniéndolo cuando lo vio colocarse de pie—. ¡Jimin! Casi lo olvido, no la mires a los ojos. Y vete ya —ordenó esto último antes de que el sílfide intentara replicar.

Jimin vaciló un poco en sus primero pasos, sintiéndose aún confundido por la situación. Pero finalmente emprendió su vuelo sin objetar, acatando las órdenes del vampiro.

Unos segundos después de que el chico alado se alejara; Taehyung se alertó al ver como uno de los drows se había percatado de un ruido ajeno al silencio, así que volviendo de nuevo a su forma de murciélago se acercó velozmente hacia la pareja. Empezando a revolotear entre ellos y dejando escapar chillidos que: distrajeron —y también irritaron a los drows—, los cuales comenzaron a dar manotazos al aire, intentando alejar a la criatura.

Apartando la mirada del vampiro, Jimin fijó de nuevo sus ojos  hacia la punta más alta del castillo. Una vez estuvo ahí se acercó hacia la ventana, observando así una figura femenina recostada en una silla, dándole la espalda.

𝕯𝖊𝖘𝖈𝖊𝖓𝖉𝖎𝖊𝖓𝖙𝖊𝖘 ᴺᵃᵐʲᶤⁿ⋆ᴴᵒᵖᵉᵛDonde viven las historias. Descúbrelo ahora