Capitulo 13

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La radio sonaba, un locutor un tanto espeluznante, mencionaba el estado del país y del mundo en general, la paz no se menciono ni una vez. Los rebeldes se apoderaron casi totalmente del sur, los rebeldes (como los llamaban el gobierno) eran un grupo de personas, inconformes con el trato a los ciudadanos del país. 

Podemos decir que las personas se  comportan como borregos, puesto que imitan el comportamiento de los rebeldes, es como si yo estuviera en lo que cabe bien, pero que un día de repente al ver como se manifiestan los rebeldes, me diera por imitar su comportamiento, porque mi mete cambio, y ahora no estoy bien con el gobierno. Incoherente.

Pero, al fin y al cabo, cuando le meten en la cabeza algo, a alguien, no es posible hacerlo cambiar de opinión, al menos sin obligarlo a eso. 

-Hola papá-.Le digo, él está sentado en el sillón viejo del abuelo, se lo dio hace tiempo, lo usa para poder leer un buen libro clásico, mientras fuma su pipa, y bebe un whisky añejado. Trae un suéter café, me da un poco de risa, pues después de cumplir 46, se volvió del estilo "abuelito" que usa ese tipo de suéter, con un pantalón de vestir combinable, y calcetines largos con sus zapatos italianos.

-Hola, borregita-.Me dice alzando un poco la vista, sus lentes de media luna se caen un poco.

-Mamá quiere que vallas a cenar y que dejes de tomar a estas horas-.Digo, mientras me recargo en el brazo del sillón.

-No me deja tomar en la mañana, ni el a tarde, ni ahora, que le sucede a tu madre, me quiere dejar como un viejo ermitaño amargado, que se la pasa con su pipa todo el día-.Dice y yo  me río un poco.

-Oye pa-.Digo, finjo mi voz aguda de niña pequeña. Él me mira, le quito las gafas y él baja el libro.

-¿Qué quieres ahora de tu viejo?, ¿Dinero?, siempre terminas dejándome sin un solo peso-.Me dice y yo sonrió.

-No-.Le explico-Quiero que me leas, tiene mucho que no me lees, es algo que amaba que hicieras antes.

-¿Quieres que te lea?-.Me pregunta sonriendo detrás de su gran bigote, yo asentí.

-Bien-.Dice, le entrego los lentes, se los coloca, y se afina la garganta para poder leer mejor.- "El capitán miró a Fermina Daza y vio en sus pestañas los primeros destellos de una escarcha invernal. Luego miró a Florecer amor impávido, y lo asustó la sospecha tardía de que es la vida, más que la muerte, la que no tiene limites.

-¿Y hasta cuándo cree usted que podemos seguir en este ir y venir del carajo?- le preguntó.

Florentino Ariza tenía la respuesta preparada desde hacía cincuenta y tres años, siete mese y once días con sus noches.

-Toda la vida-Dijo.".

Mientras mi padre termina aquel párrafo, yo me acomodo en su hombro, y cuando menos me doy cuenta, me quedo profundamente dormida. 

 -He estado pensando en mi padre-.Le digo a Tyler que está recostado en la cama. Por las ultimas 26 horas no me he separado de él, tal vez una que otra vez para ir por comida, y para pasar al baño. Pero, en realidad no es un gran camino, solo es como caminar un par de pasos a la cocina y un par de pasos a el baño.

Tyler a mejorado demasiado, la gran diferencia de calidad en cuestión de atención medica, cambia mucho de la Unidad 1 a la 2.

No he tenido problemas, apenas y hablo con la gente que pocas veces veo, con las cocineras que ya me conocen, la platica es muy mínima, aunque ellas son muy dulces, un par de regordetas señoras que cocinan el mejor guisado de carne que he probado en la vida. Supongo que Carolina piensa que abandone a Tyler, y me largue, por que no ha llegado a visitarlo, solo manda cartas preguntando por su estado. También creo que Cole me debe estar cubriendo, para que no descubra que estoy aquí.

Los médicos apenas y se percatan de mi presencia, pues están demasiado ocupados con sus tareas, que pareciera que estuvieran encerrado en su propio mundo, y la única manera de entrar, es que estés en caso fatal, o que tengas una herida de gravedad como para llamar un poco su atención.

-¿En serio?-.Me pregunta, metiendo una cucharada de sopa a su boca.

-Si, recordaba las veces que solía leerme-.Le digo, la manta que me prestó una de las enfermeras esta envuelta alrededor mio, como una capa.

-No sabía eso-.Dice mirándome un poco. Su brazo se recupero, ya no tiene más que una fea cicatriz roja, la única razón por la que seguimos en está habitación, es la falta de espacio en la Unidad 2.  Pronto nos asignaran una, pero como no somos "gente de importancia" (al menos yo), no se han tomado en serio el tiempo. Y las cocineras me habían comentado que para Tyler es mejor que este en las camas de ola enfermería, son más cómodas. 

-Si, bueno, era como una especie de secreto-.Le digo con la mano en la mejilla me recargo en ella, mientras lo veo acabar de comer.

-Eso es...lindo, bueno, quiero decir, tu relación con él era mejor de la que pensaba-.Dice bajando el plato de la sopa. Le tiendo la mano y él me lo da, lo coloco en la mesita que hay junto a mi.

-Si, así era-.Le digo con un poco de melancolía en mi voz. Recuerdo perfectamente el día en que murió él y mi madre, está plasmada en mi mente para siempre, sin importar lo que haga.

-Lo siento-.Dice, él tomo con delicadeza mi mano, siento que estos días hemos estado distantes, aunque hallamos pasado todo este rato juntos, él esta como... en otro mundo. O tal vez soy yo. No creo ser la misma que él conoció en la preparatoria, no creo ser ya la chica de la que Tyler se enamoro en un principio. Las circunstancias me hicieron cambiar, y no creo que él lo haya notado todavía. Además he descubierto que no sabe mucho detalles de mi, como si nunca me hubiera llegado a conocer realmente, no sabe cual era mi canción favorita, o mi color favorito, o las manías extrañas que tenia, como cepillar doble vez mis dientes o meter las agujetas de mis zapatos para que no se salieran y desataran. 

-No importa-.Le digo frunciendo el ceño. Si importa...Me digo a mi misma, y lo hace. La muerte de mis padres nunca dejara de importarme, y la forma tan dolorosa en la que los perdí, es todavía peor. No creo que merecieran morir, no al menos en ese instante, merecían poder ver crecer a Melanie. Verla convertirse en una bella mujer.

-Leila...-.Comienza a decirme pero yo agito con levedad la cabeza, no quiero hablar de ello, no ahora, no estoy lista para desahogarme.

-Mira,...mmm, solo quiero encontrar a Mel, quiero verla de nuevo, abrazarla, y no lo haré lamentándome por la muerte de mis padres, y aun más cuando tengo una pista crucial en este momento-.Digo. Me levanto de la silla, dejo la manta en la misma, y salgo de la habitación, dejo a Tyler con la mirada soñolienta.

Necesito pensar, necesito saber que haré ahora, ya esta mejor Tyler, pero eso no quiere decir que me tiene que acompañar en la búsqueda de Melanie, él siempre me hablo de encontrar un lugar fijo donde quedarnos después de encontrar a Melanie, y este es el lugar perfecto para él, yo podría buscar a Mel y volver aquí con él, o tal vez no volver, no se que sea mejor, y hablando de eso, no he vuelto a ver al chico flacucho de la entrada, necesito hablar con el para que me diga a donde se dirigía, y si no quiere cooperar, sacarle la información de una o de otra forma. 

Camino por un pasillo desconocido para mi, siento que me eh perdido, porque no se por donde dirigirme para poder regresar a la habitación blanca, o tan siquiera a la cocina.

Escucho unos pasos detrás de mi, me giro pero no veo a nadie. Sigo avanzando pero escucho de nuevo esos pasos, secos y uniformes. Me giro pero de nuevo no veo a nadie. Tomo una vuelta, y cuando aparecen de nuevo los pasos, salgo de mi escondite para descubrir a cualquiera que me este siguiendo. Sus ojos azules me miran, ahora si podre saber más acerca de Melanie. Le sonrió y espero que esto se haga de buena manera, sin llegar a la violencia. 


Crónicas de una Sobreviviente: Tempestad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora