𝘵𝘳𝘦𝘴

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Como era recurrente (hace dos semana, ya no tanto) Valentín se encontraba sentado en su lugar habitual, esperando al chico de ojitos pícaros.

Últimamente no había estado tan pendiente de salir los fines de semanas.

Su abuela estaba muy enferma, en el trabajo no le daban ni un respiro, y su estabilidad emocional estaba de mal en peor. De por sí, era una persona bastante inestable; Así que ésta situación, era una patada en los huevos.

Tenía hasta las 03:00am para llegar a su casa, y tener un horario de sueño medianamente bueno. Y aún así, a las 04:00am pasadas, Dani no aparecía.

Estaba todo tan tranquilo, tan aburrido sin las miradas "molestas" y burlonas que le regalaba éste desde el árbol del frente, que ni siquiera se dió cuenta de la gente acelerándose.

Un "ya era hora, se reproducen como cucaracha" lo sacó de su burbuja, y un humo repentino lo hizo toser.

Se paró dispuesto a preguntar el porque de sus palabras. Pero el camión de bomberos voluntarios, y el grito de uno de éstos; Le sacó las dudas.

"¡Está la sirena prendida, córranse de la calle!"

Al tener de respuestas bufidos, y en el apuro de hacer su trabajo, volvieron a intentarlo.

"¡Se queman los bajos, abran el paso!

La sorpresa de muchos se hizo ver, la ignorancia de otros. Pero sobre todo, la sonrisa de la mayoría.

No podía creer lo jodida que estaba la sociedad, pensando que parte de la humanidad estaba "maldita", por el simple hecho de no tener el dinero suficiente para poder tener una buena calidad de vida.

Y ahí todo le cerraba.
Daniel no había aparecido, el incendio en las villas, la tardanza de los bomberos.
Cualquier cosa pudo haber pasado, y eso le aterraba.

Y sabía que eso no era bueno, porque a base de ese terror, en su cabeza se empezaban a formular miles de teorías, de todo lo malo que podría estarle pasando.
A su chico misterioso, a Daniel.

Comenzó a sentir como su corazón se aceleraba, como sus ojos se llenaban de lágrimas, y como su cuerpo tenía un constante temblor.

Toda la gente a su alrededor comenzó a correr, al darse cuenta de como sirenas de policías se hacían oír. Porque si para los bajos esto era malo, para los de la alta sociedad; era peor.

Él quería correr.
No tenía nada que ocultar, pero sabía que lo iban a usar de testigo si no encontraban lo causante del incendio.

Aún así, con su cuerpo tiritando y las ganas de encerrarse en su habitación para siempre, se quedó.
Sabía que no iba a poder entrar a los bajos, pero lo iba a esperar de éste lado. Necesitaba ver si estaba bien.

No tenía mucho que pensar, más que concentrarse en regular su respiración, y mantenerse (dentro de lo que se podía) tranquilo.

Nunca había llegado a tener un ataque de pánico, pero sabía que si no trataba de aligerar los de ansiedad; Era una clara iniciativa para uno.
Y no necesitaba más problemas en éste momento.

Ya había pensado en cosas positivas, había contado "uno, dos, tres" más de cinco veces, y se había tratado de contactar con su (ya no tan cercano) amigo, pero con el cual sabía que podía contar siempre.

Al no tener resultado con ninguno de éstos métodos, comenzó a alterarse el doble. Empezando a perder las esperanzas, de que Daniel salga entre los humos.

Pero no fue por mucho.
Se paró rápidamente al ver como (entre un grupo de, aproximadamente diez personas) Dani corría hacia él.

Y se sorprendió muchísimo, cuando éste lo abrazó, ocultándose en su pecho.
Le devolvió el abrazo aún más fuerte, pero con sumo cuidado.

— ¿Qué pasó? — Susurró, tanteando terreno. No sabía si él iba a querer hablar, así que iba a entender si no había respuesta.

— Hicieron lo mismo que en Cromañón¹, pero con nafta. — 

— Mierda. —

No sabía que más decir, y no quería preguntar algo incorrecto. Así que con sumo cuidado, comenzó a impulsarlos para abajo, y así quedar sentados en el cordón.

— Acá no. — Dijo Daniel, al darse cuenta de sus intenciones. No entendió, hasta que éste tomó su mano, y los llevó hasta el otro lado de la calle.

Una vez ahí, tomaron asiento en el lugar que el menor siempre defendía.
Valentín apoyó su espalda en el árbol, mientras Dani decidió acomodarse en su pecho.

— Le prometí que los iba a cuidar. — Lo oyó murmurar, mientras abría su mano, y dejaba ver un diminuto zapatito.

Sin importar lo sucio e ignorando los restos de sangre que caían desde la frente de su afligido acompañante; lo acercó aún más a él, y le besó la mejilla. Aún sin entender del todo a lo que se refería.

Se quedaron en un silencio, que ambos necesitaban.
Dos completos desconocidos, abrazados debajo de un árbol.

Y ahí Valentín se dió cuenta, de como  (a pesar de las circunstancias) ver a Daniel lo había tranquilizado.
Como si por arte de magia, su cabeza lo haga estar consciente, de que el que necesitaba protección en éste momento; era Dani.

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Cromañón ¹:  Más conocido como "la tragedia de Cromañón" fue un incendio producido el 30/12/2004, acá en Buenos Aires (Balvanera, barrio de Once).
El fuego comenzó a base de una bengala, en un recital de Rock callejero. Está catalogado como la mayor tragedia del género en Argentina, con 194 muertos, y más de 1430 heridos.

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⏰ Última actualización: Aug 08, 2020 ⏰

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𝔄𝔩𝔪𝔞 𝔡𝔦𝔫𝔞𝔪𝔦𝔱𝔞 ; wosaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora