twenty-seven

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-¿Seokjin?

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-¿Seokjin?

El aludido, sorprendido al escuchar su propio nombre en la lejanía, dio una media vuelta sobre su eje, encontrándose con la mirada confundida e interrogante de Jeongguk, el cual lo observaba desde el umbral de la puerta con el entrecejo levemente fruncido. Tragó en seco, nervioso, y se obligó a sí mismo a juntar el valor que se requería para acercarse hacía él. En el trabajo, había estado toda la tarde con la intención de querer acercarse al azabache de menor estatura para hablarle, pero visto que nunca lo encontraba solo no se atrevió. Por tal motivo, y como no podía seguir viviendo en paz hasta que no hablase con él, decidió dirigirse a la residencia de éste.

-Lo siento, Jeongguk, no quería molestarte y menos a esta hora -comenzó a hablar el de ojos marrones, buscando explicarle su extraña e inesperada visita por su edificio-, sólo estaba preocupado por Namjoon, pero veo que... -incómodo con la situación, detuvo su habla al no encontrar las palabras adecuadas para expresarse-... Nada, ya me iba.

Seokjin estaba a punto de darse la vuelta para poder marcharse, pero, unos segundos antes de que pudiese hacerlo, el ojiazul lo tomo de un brazo, impidiéndoselo.

-Espera, no lo entiendo, ¿he escuchado bien? ¿Has mencionado a Namjoon? -cuestionó Jeongguk, desorientado por completo, pues realmente no entendía por qué su compañero de trabajo tendría la necesidad de ir a su departamento por una persona de la cual hacía tiempo no tenía ningún contacto.

-Sí, pero, como he dicho, no quiero molestar -soltó con algo de brusquedad, pretendiendo zafarse del agarre del otro, que hasta ese momento no lo había soltado.

-Mi pregunta es: ¿Por qué acudes a mí si estás preocupado por Namjoon? -hablo con su voz interrogante, mientras dejaba en completa libertad el brazo de su acompañante-. Es decir, ¿qué tengo que ver yo con él?

El azabache de ojos marrones lo miró con cierta extrañeza, como si hubiese algo que no estaba comprendiendo del todo. Quiso echar un pequeño vistazo al interior del departamento de Jeongguk, deseando buscar a alguien en concreto allí, pero el ojiazul no se lo permitió. De hecho, el susodicho, por miedo a que divisara a Yoongi, decidió cerrar un poco más la puerta de entrada, dejando solo un mínimo espacio por el que se infiltrara el aire.

-¿Namjoon no está contigo?

La pregunta que expuso aquel joven de cabello azabache dejó a Jeongguk por un instante en un estado de total perplejidad, con los ojos abiertos de par en par por culpa del asombro que la misma le provocó. Luego de digerir aquella pregunta, le dieron ganas de reír, mas se contuvo.

-¿Por qué él estaría conmigo? -replicó el chico de ojos azules, con una sonrisa de diversión en el rostro.

Sin embargo, la diversión se acabó para Jeongguk cuando advirtió lo que en realidad estaba ocurriendo. Él supuso que Seokjin habría escuchado, a través de la puerta, la situación que había vivido varios minutos atrás con el rizado y que, muy seguramente, éste se imaginó de modo erróneo que se trataba de Namjoon con quien compartía aquel momento.

En peligro de extinciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora