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⠀⠀[KOOKGI]
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⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀adaptación hecha
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀sin fines de lucro.
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⠀⠀⠀⠀⠀⠀TENGO PERMISO DE LA
⠀⠀⠀⠀⠀⠀AUTORA PARA REALIZAR
⠀⠀⠀⠀⠀⠀ESTA ADAPTACIÓN.
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Las semanas seguían transcurriendo sin tenerle piedad a nadie, sin detenerse por ningún motivo, sin darles el tiempo que necesitaban los agentes que se encargaban del caso que tanto repercutía y atemorizaba en el país de poder idear un plan concreto y eficaz que consiguiera derrotar al enemigo.
Hasta el momento, todos los planes que habían creado fracasaron en su totalidad, pues ¿cómo se batalla contra alguien que ni siquiera sabes quién es? Era como estar peleando contra un fantasma; el clan era como un fantasma. No se los veía, no se los podía captar a simple vista, no se sabía dónde se ubicaban, ni que movimientos ejecutaban, pero sí se podía ver las cosas que provocaban, los rastros que dejaban. Y el hecho de no poder verlos no significaba que no estaban, claro que sí estaban, y, lo peor, estaban allí afuera en completa libertad asesinando a más personas de orbes verdes con el correr del tiempo.
Cada tanto los agentes conseguían capturar a alguno de los muchos integrantes del clan y, antes de enviarlo detrás de las rejas, se lo sometía a una dura interrogación, sin embargo, ninguno de los delincuentes capturados lograba dar ni una miserable ayuda. Algunos hablaban, pero solo daban información que ya se sabía, otros se negaban rotundamente a decir palabra alguna por más amenazas que recibían, éstos estaban dispuestos a perder la vida antes que delatar a su propio equipo.
Detener al clan Black Soul era, sin una pizca de duda, un verdadero reto para la justicia y, quizá, el reto más complicado que le podían haber dado. Hacían todo lo posible por intentar cesar los asesinatos, rescataban a muchas personas de orbes verdes, pero el número de los muertos superaban a los vivos en una importante cantidad de números.
Y los agentes se estaban quedando sin tiempo y si continuaban así, terminarían quedándose también sin ojos verdes.
Jeongguk se hallaba muy consciente sobre el tema y, a causa de esto, se comportaba muchísimo más protector con Yoongi. Cuando salían no dejaba que nadie se le acercara, ni mucho menos que le hablaran, temía que alguien quisiese hacerle daño y, para él, todos ser humano que se cruzaba era el enemigo. Se encontraba tan paranoico con el asunto que en cuanto notaba que una persona sospechosa pretendía acercarse al rizado Jeongguk podía ser inclusive capaz de sacar su arma y apuntarle para que se alejara. Era capaz de tantas cosas con tal de mantener a salvo a su chico de ojos verdes.
Detestaba cuando escuchaba a alguien decir que en cualquier momento los ojiverde se extinguirían en el país, lo detestaba con todo su ser puesto que él sabía con certeza que aquello no sucedería, no mientras él estuviera con vida para proteger a Yoongi. El azabache confiaba ciegamente en que, junto con sus compañeros de trabajo, encontrarían la forma de detener por completo a los bastardos que desataron la siniestra hecatombe.
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