Joaquín POV
Desperté con ganas de quedarme todo el día en la cama, necesitaba un descanso de esa larga semana, pero tenía un mensaje de Emilio preguntándome cuando necesitaba que posara para mí, ya que la sala de arte estaría cerrada hasta el lunes, no podía ir a trabajar ahí, pero podía iniciar con un bosquejo en papel aquí en el apartamento.
Salí de la habitación al escuchar ruido en la cocina, Niko estaba preparado un traste con fruta para llevar y estaba arreglado para irse, fruncí ligeramente el ceño tallándome los ojos y bostezando por la hora, no pasaban de las ocho de la mañana.
―Buenos días. ―exclamó al verme, sonreí sentándome frente a la barra, robe un plátano de las frutas que tenía y lo observe seguir picando.
― ¿A dónde vas? ―murmuré recargándome sobre mis brazos, si planeaba invitar a Emilio debería alistarme ahora, pero estaba más tentado a regresar a la cama y citarlo más tarde.
―Tengo un curso de dos días ¿recuerdas? ―lo pensé un segundo y recordé vagamente los detalles del curso, asentí robando otro pedazo de fruta. ― ¿Encontraste a la modelo?
―El modelo. ―murmuré aceptando que si iba a trabajar con Emilio por un par de semanas no podía mantenerlo en secreto, de todas maneras, dudaba que no fuera a contárselo él mismo a Niko. Él me miró sorprendido, sonrió de lado y levantó las cejas en repetidas ocasiones. ―Es Emilio.
― ¿Emilio? ―exclamó casi emocionado, asentí sonriendo a medias. ― ¿Cómo paso eso?
―Nos vimos ayer y se ofreció, porque cierta persona se lo contó. ―sonrió con suficiencia como si todo su plan hubiera salido como quería. ―Nada cambia nuestras reglas, no vamos a regresar y no quiero te pongas de su lado en eso.
―No tengo un lado, solo quiero que mis dos amigos sean felices. ―asentí con una sonrisa sin gracia, en cambio él sonrió abiertamente como si acabara de decirle que íbamos a casarnos este fin de semana.
― ¿A qué hora regresas mañana? ―dejó de cortar para fruncir ligeramente el ceño de forma pensativa.
―Salimos a las seis, pero son dos horas de camino, como a las ocho. ―asentí poniéndome de pie, necesitaba darme un baño y llamar a Emilio desde mi habitación.
―Cuídate y llámame si pasa cualquier cosa. ―murmuré estirándome un poco, él asintió terminando de empacar su fruta. ―Compraré la cena mañana.
Niko guardo todas sus cosas en una pequeña maleta y salió del apartamento mientras yo subía a mi habitación, busque el contacto de Emilio para informarle que podíamos iniciar hoy mismo en mi piso.
¿Puedes venir ahora?
Deje mi teléfono en mi cama, tome ropa cómoda para andar por casa y entré a la ducha, el agua caliente se sintió bien en mis hombros, estaba relajado y en paz, amaba vivir con Niko, pero a veces era lindo tener un momento a solas. Me vestí una vez salí de la regadera y sacudí mi cabello para secarlo, generalmente lo arreglaba un poco, pero estaba en mi día libre y no iba a salir de casa, así que estaba bien así.
Tome mi teléfono de la cama para revisar los mensajes.
Voy para allá, llevó el desayuno.
Apenas iba a la cocina para preparar café cuando tocaron a la puerta, el chico de la entrada conocía a Emilio y sabía que era normal que viniera sin aviso, no dudaba que incluso Milo le hubiera traído un panecillo de desayuno, porque así era el rizado. Abrí con una sonrisa, me sonrió de vuelta acercándose para besar mis labios castamente, llevaba unas bolsas con comida que olía delicioso y dos vasos de café caliente.
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Mi Ex
FanfictionSu romance fue el más largo que cualquiera de los dos hubiera tenido antes, pero la pasión que los unió en primer lugar, fue la misma que terminó por separarlos. Emilio no podía ocultar sus explosivos celos y Joaquín no soportaba ser controlado. Era...