Siempre vas a ser tú

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Joaquín POV

Verlo irse me dejo peor de frustrado que antes, ahora no iba a poder dejar de pensar en nosotros teniendo sexo en su apartamento mientras iba a cenar con Eduardo y él lo sabía perfectamente, estaba jugando conmigo, pero no sabía que clase de juego era este, no era nuestra habitual dinámica, ahora mismo estaría aferrado a su cuerpo en la moto rumbo a su piso, en lugar de estar parado en mitad de la calle deseando regresar a mi habitación y no salir el resto de la semana.

Llame a Eduardo y cancelé nuestra cita, de verdad no quería ver a nadie ahora, pedí un auto para ir a un bar al que solía asistir con mis amigos, nunca me había gustado beber solo, pero en ese instante no podía ni pensar en subir a mi piso solo para escuchar a Niko repetirme lo maravilloso que era Emilio.

Pedí un shot de tequila tras otro mientras el bar se llenaba, mi cabeza estaba dando vueltas, no estaba acostumbrado a tomar tanto, recibí un mensaje de Niko preguntándome si volvería temprano, una hora después recibí otro diciéndome que Eduardo le había dicho que no estaba con él, debían pasar de las doce de la noche, no era tan tarde para que estuviera tan preocupado y no era un niño para que hubiera tenido que llamar a Eduardo.

Suspiré pesadamente, mañana tendría jaqueca, pagué mis tragos para ir a casa antes de que Niko pusiera una alerta en las noticias por desaparición. Media hora más tarde entre al piso sosteniéndome de las paredes, la luz de la sala estaba encendida y Niko dormía en el sofá, tenía el teléfono sobre su pecho.

―Niko, ve a dormir. ―murmuré empujándolo suavemente, sus ojos se abrieron de golpe tensándose por la sorpresa y se levantó rápidamente del sillón.

― ¿Dónde estabas? ―exclamó recogiendo su teléfono del piso, pues se había caído al sentarse tan rápido. Me deje caer donde él estaba antes y me recargué en su hombro cerrando los ojos para que la sala dejara de dar vueltas. ― ¿Estás bien?

―Tomé demasiado. ―susurré sin querer decirle lo que realmente me tenía así, no sabía ni como explicarlo sin sonar patético. ― ¿Por qué estabas tan preocupado? No es la primera vez que salgo solo.

―Te fuiste sin decir a donde, tuve que llamar a Andrés, Eduardo y Emilio para saber con quien demonios estabas cuando dio la media noche. ―murmuró como si fuera mi madre llamándome la atención. ―Nunca duermes con nadie, para la medianoche ya estás de regreso. Me preocupe cuando Emilio dijo que no estabas con él.

―Se suponía que cenaría con Eduardo, pero no estaba de humor. ―expliqué levantando el rostro para mirarlo de reojo, seguramente Emilio le había contado de su nueva conquista para este momento. ―Me iré a la cama ahora, mañana tengo que ponerme a trabajar en mi proyecto con Emilio o sin él, así que me vendría bien descansar ahora. ―añadí poniéndome de pie, no iba a preguntar por algo que no quería escuchar.

A la mañana siguiente estaba con un terrible dolor de cabeza, me molestaba la luz que entraba por la ventana y mi estómago daba vueltas solo de pensar en comer algo, tome una ducha rápida, me puse ropa cómoda para pasarme el día entero trabajando y salí de mi habitación con la intención de ir directo a la universidad.

Niko estaba en la cocina preparando su desayuno y me hizo una señal para que me acercará antes de salir del piso, suspiré pesadamente, pero admití que un café me vendría bien. Serví una taza y me senté en uno de los bancos revisando mi teléfono por la hora.

― ¿No quieres comer algo más? ―negué lentamente, faltaba casi una hora para que abrieran la sala de arte, tardaba unos cuarenta minutos con el trafico y lo último que quería era vomitar en el auto. ―Te vez horrible.

―Me siento horrible, no debí beber tequila anoche. ―murmuré saboreando el aroma del café.

― ¿Por qué no te tomas el día? ―sugirió con una sonrisa extraña, negué de nuevo, no iba a perder un día de trabajo por esto.

Mi ExDonde viven las historias. Descúbrelo ahora