Por las calles lluviosas y oscuras de la Ciudad, caminaba un joven encapuchado. Recorrió un buen tramo de las calles hasta llegar debajo de dos árboles, donde encontró a un castaño dormido. Se agachó hasta el suelo y acercó su mano a la mejilla del chico, le metió una sonora cachetada y lo hizo reaccionar de inmediato.
-¿¡Qué, qué!?
Gritó el castaño sentándose en el suelo. Se talló los ojos y bostezó, observando a quien lo había despertado. No podía ver quién era, su cara estaba completamente cubierta por la capucha y una pañoleta negra.
¿Quién eres tú? -Preguntó adormilado el ojiazul, con ojeras marcadas y cabello despeinado-.
El chico encapuchado no dijo nada, solo lo cargó con suma facilidad —Cual costal— y comenzó a caminar. Freddy no estaba entendiendo nada, nisiquiera sabía qué día era.
"Este tipo me está cargando, ¿A dónde me lleva? Yo ni lo conozco... Espera, ¿¡Me están secuestrando!?".
¡Oye tú, bájame! -Ordenó el adormilado, despertando por completo-.
El más alto no dijo nada ni hizo nada, siguió caminando sin prestarle atención al costal de papas que traía en el hombro.
Después de un rato de forcejear inútilmente, Freddy se cansó y se rindió. Al sentir que el tipo bajó la velocidad, se confundió y miró a su alrededor, ¿Los Barrios Bajos de la Ciudad? Ay no.
El encapuchado caminó por un callejón y se detuvo frente a una casa desaliñada, con una fachada de color rojizo naranjizo. Abrió la puerta de madera y entró, aventando al muchacho castaño a un sofá beige.
Al caer en el sofá, Freddy se golpeó la cabeza con el respaldo, se sobó rápidamente y soltó un chillido, adolorido.
Gracias por el viaje, que detalle -Se quejó el ojiazul aún sobando su nuca- aunque habría terminado mejor si no me hubieras aventado como vil saco.
El más alto cerró la puerta con candado y se volteó al más bajito. Lo miró unos segundos, analizando lo que vestía.
•Ropa limpia pero rasgada
•Guantes sin dedos
•Cabello sin peinar
Quítate los guantes -Ordenó el más alto acercándose, hablando con una voz tapada-.
¿Qué? -Preguntó extrañado el chico-.
-Que te los quites.
-¿Y por qué lo haría?
El más alto se quedó callado unos segundos. Decidido, se quitó la capucha y se sacó la pañoleta, dejándole ver a Freddy aquella gema Ámbar con toques oscuros.
-Confía en mí.
Sonrió el pelirrojo señalando su gema.
Freddy, dudoso, se quitó ambos guantes y dejó al descubierto su gema azul zafiro en forma de rombo que se localizaba en la mano derecha. El ojiámbar sonrió victorioso y dejó la pañoleta en la mesa de centro.
-Si gustas ducharte o ponerte ropa decente, al fondo a la derecha está el baño. Yo tengo que salir a hacer algo.
El pelirrojo caminó a la puerta y sacó sus llaves del bolsillo. Abrió la puerta y antes de irse, volteó a ver a Freddy.
-Por cierto, soy Fox, "El Guardián".
Fox salió, cerrando la puerta tras de él y dejando a un confundidísimo Freddy sentado en el sofá.
Es el Guardián -Soltó impresionado el moreno claro, levantándose del sofá- es el protector de estos lares. Creo que sí puedo confiar en él.
La verdad, es que Freddy no confiaba del todo, pero estaba tan deseoso de una buena ducha que no le dio mucha importancia y entró a darse un buen baño.
Un rato después, salió del baño reluciente de limpio y con ropa nueva. Suspiró aliviado, secando su cabello con una toalla blanca.
-Debería lavar mis guantes, ya están muy sucios.
Levantó la vista al sofá de la sala y notó a un desconocido de cabello negro, lentes y barba poco pronunciada. Apenado, se sonrojó ligeramente y miró a otro lado.
Ay, lo siento, no sabía que tenías visita -Se disculpó el chico dejando la toalla en el respaldo de una silla de madera-.
De hecho, te estábamos esperando, Freddy -Sonrió el hombre de la barba y los lentes, con una voz ronca-.
¿A mí? -Preguntó incrédulo, señalándose- ¿Y cómo sabe mi nombre?
El hombre sonrió y miró al chico a los ojos por encima de los lentes, esto puso a Freddy un poco nervioso.
-¿Acaso no quieres saber sobre tu gema, Freddy Fazbear?
La pregunta del desconocido hizo que la gema de Freddy brillara. Al darse cuenta ambos, Freddy ocultó su mano tras su espalda y el pelinegro sonrió con satisfacción.
Esa debe ser la Gema de la Curiosidad -Habló el mayor, acomodándose los lentes-.
¿La Gema de la Curiosidad? -Preguntó intrigado el castaño, haciendo que su gema brillara más-.
Siéntate, tenemos mucho de qué hablar -Dijo Fox sonriendo con victoria-.
...
ESTÁS LEYENDO
Gemas brillantes #FHSZ3RO
FanfictionElegidos y gemas incrustadas... ¿Acaso será magia?