S I E T E

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-Te estábamos esperando, niño, Creímos que te había pasado algo.

Habló un chico alto y de cabellos mostaza, cargando una cesta con tomates. Hacia él, corría un niño de 5 años de cabello negro y ojos vacíos, con vendas en las manos, brazos y piernas. El niño cargaba una caja de cartón que con el movimiento se escuchaba que chocaban piezas de aluminio.

-Peddón, me distaje con algo.

Se disculpó el niño dejando la caja en el suelo. El niño alto de 11 años simplemente no podía enojarse con él, lo despeinó ligeramente en señal de cariño y le ayudó a cargar la caja, dándole la cesta de tomates a él.

-¡Ya llegó el niño!

Gritó aliviada una jovencita de 13 años, abrazando al niño con fuerza. Lo vio a los ojos y le sonrió, tomó un trapo gris y lo mojó ligeramente. Limpió cuidadosamente la cara del niño y rozó su nariz con la suya, soltando un pequeño "Boop" que hizo reír al pelinegro.

-Lo vas a ahogar, Maggie.

Soltó burlón un niño de cabellos naranja, pasando con unas telas viejas. La niña pelirrosa volteó a ver al pelinaranja y le sacó la lengua, molesta. Volteó la vista al pequeñito y volvió a sonreír, ese niño la hacía muy feliz.

-¿Y cómo lo vamos a llamar? No podemos seguir diciéndole "Niño".

Cuestionó el niño de cabellos mostaza, cruzándose de brazos y sentándose sobre la caja que el más pequeño traía.

El grupo de jóvenes se quedó callado, el chico tenía razón. Todos se quedaron pensando, algunos tenían nombre porque lo recordaban antes de huir de casa, que los abandonaran o simplemente llegaran ahí. Pero el más pequeño era un caso especial, había llegado hace dos años y no sabían cómo se llamaba.

-Nada relacionado a autos, por favor.

Pidió Maggie cargando al de 5 años, el cuál jugaba poniéndose el trapo gris húmedo en la cara mientras se reía por lo bajo.

Al "Bebé" lo habían encontrado cerca de un auto volcado, no tenía ninguna lesión en la cara ni en la cabeza, solo tenía heridas y raspones en los brazos y en las piernas.

-Tampoco le diremos "Bebé", ya está algo grandecito.

Dijo un niño moreno de cabellos oscuros y ojos azules, viendo como Maggie lo cargaba como un bebé. El grupo de jóvenes se quedó callado otra vez, no había ninguna respuesta.

-¿Han intentado preguntarle cómo se llama?

Propuso una niña peliblanca de 8 años, poniendo un dedo en su labio inferior. Un niño de cabellos azules y ojos verdes se acercó al chiquillo que Maggie cargaba, lo zafó de su agarre y lo sentó en el suelo. Lo miró detenidamente y decidió hablar.

-Oye, niño, ¿Tienes nombre?

Preguntó el joven de 14 años, esperando respuesta. El más pequeño solo lo vio y ladeó la cabeza, riendo ligeramente.

-¿Cómo te llamas, amiguito?

Insistió el pelinaranja de 15, arrodillándose junto al peliazul y el pelinegro. El de 5 años levantó la mirada, como recordando algo, puso un dedo en su cabeza y apretó los labios, parece que comenzaba a recordar.

-Crdeo que me hamo... F-Fen.

"¿Fen?" Preguntaron todos los presentes, haciendo que el niño sonriera y asintiera varias veces.

-Pues Fen será.

Finalizó el pelimostaza con una sonrisa, sentándose junto a "Fen".

-¡Yay! Ya no te llamaremos "Niño".

Festejó la peliblanca de 8 años, aplaudiendo y saltando.

-¡Mi bebé ya tienen nombre!

Festejó la pelirrosa cargando al niño y saltando de felicidad. Fen sonrió ampliamente, le gustaba mucho ver a Maggie feliz. Maggie era como su mamá, ella fue quien lo cuidó y lo procuró desde que llegó al grupo.

Todos estaban muy felices porque Fen ya tenía nombre, cuando un ruido en la puerta de la guarida los puso en alerta. Maggie tomó a los más pequeños y Oxy se puso frente a ellos, los otros niños tomaron palos de escoba y se prepararon para atacar.

-No se preocupen, niños, estaremos bien.

Habló Maggie abrazando a los más pequeños. En un abrir y cerrar de ojos, Fen ya estaba parado frente a la puerta, tratando de abrirla. Los presentes estaban muy confundidos, ni Maggie sintió cuando Fen dejó sus brazos.

-¡Soy yo, ábranme!

Gritó un niño del otro lado de la puerta. Al oír quién era, la tensión se bajó y los niños dejaron los palos de escoba y Maggie bajó a Meg.

La puerta se abrió y dejó entrar a un niño pelirrojo de ojos ámbar y una pañoleta negra en la cara, cargando algo.

-¡Foz!

Se alegró el pelinegro, abrazando al recién llegado. Fox levantó las cejas en señal de saludo y comenzó a desenvolver el bulto que traía en sus brazos.

-¡Bestia! ¡Creí que jamás te volvería a ver!

Gritó muy feliz el pelimostaza, tomando al cachorro en sus brazos y abrazándolo. El cachorro, energético, comenzó a lamerle la cara y hacerlo reír.

-Foz, tajiste a Bestia ¡Edes un hédoe!

El pelirrojo le sonrió y se quitó la pañoleta, dejando ver su gema.

Años después, ahora con 18 años, Fen se encontraba viviendo en otro lado de la Ciudad con su grupo que ahora era más pequeño. Su "Mamá Maggie" había fallecido hace unos años por una enfermedad que nunca le dijeron cómo se llamaba. Oxy había sido asesinado por Boss dos años después de lo de Maggie y Fox se había quedado en la otra guarida, al otro lado de la Ciudad.

Fen caminaba por las calles después de salir del Cementerio, pensando en sus cosas. Al levantar la vista, logró notar que al otro lado de la calle, una mortificada jovencita cruzaba la calle y no había dado cuenta que un tráiler pasaba a gran velocidad. La gema gris del chico comenzó a brillar y en un abrir y cerrar de ojos, ya había pasado el tráiler y la chica estaba a un lado de él, impresionada.

-Me salvaste...

Soltó sorprendida, dejándose caer al suelo. Fen la ayudó a levantarse y la sentó en una jardinera frente a un edificio.

-Lo siento, iba pensando en mis cosas y crucé sin mirar. Gracias por salvarme, ¿Pero cómo le hiciste?

-No hay de qué, y no tengo idea de cómo lo hice.

La joven de cabellos lavanda le dio la mano en agradecimiento y se despidió, tomando camino. En donde ella se había sentado, se quedó un papel doblado en 4 partes. La curiosidad le ganó a Fen y lo desdobló, leyendo lo que estaba escrito en caligrafía básica:

"Tus habilidades son impresionantes, Kaali. Si quieres saber sobre tu gema, sigue a la jovencita."

Fen estaba asustado, ¿Cómo supo alguien que tenía esa gema en la mano? ¿Acaso tiene poderes? Se levantó rápidamente de la jardinera y corrió hacia donde la muchacha se había ido.

-¡Señorita! ¡Señorita!

...

Gemas brillantes #FHSZ3RO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora