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—Creo que te hice una pregunta —Yo me encojo los hombros.

—La he pasado bien no te lo niego —El rueda los ojos y me muestra una foto en su teléfono donde salgo yo besándome con Alan —¿Cómo?

—Entonces disfrutándola noche.

—¿Celoso?¿Quién te envío esa burrada?—El se encoje los hombros, Laura —¿Estás borracho?—Aspira el cigarrillo y luego bota humo por su boca, dios se ve tan sensual, lo tira y aplasta con su zapato.

—No estoy celoso, además tu también estás borracha —Asiento y el se acerca a mí, se acuesta en el suelo y coloca su cabeza en mis piernas, yo estaba en posición mariposa así que para el era más fácil —A veces eres insoportable sirenita...

—¿Y tú no?—Coloco mis manos en su cabello, me moría por acariciarlo, era tan suave y sedoso.

—Haber, primero te besas ayer con el y pareces disfrutarlo mucho, hace un rato comienzas a bailar sensual y luego vas y te besas con el otra vez, dios es...—Se queja si que estaba ebrio —Por que eres tan única —Yo sonrio.

—Si que estás ebrio, el Tristan sobrio diría oye te odio sabes eres tan creía y antipática —El sonríe, su sonrisa es tan perfecta.

—Tu eres una tentación para mí, no tus labios son una tentación, es como si una vez que los pruebas jamás puedes dejarlos —Dice en susurro —Es como una...

—¿Droga?—El asiente.

—Desde que te conocí jamás he vuelto a fumar, tu te haz vuelto una adicción jodidamente perfecta, escapar de ti es imposible —Mierda quiero besarle.

—Pero en algún momento la droga se acaba —Digo en un hilo de voz, el ladea la cabeza.

—Pues en ese momento tendré que ir a reabilitación gracias a ti —A la mierda...me doblo y mi poso mi boca sobre la suya, sabía a tequila, ambos estar ebrios es raro, su olor a perfume masculino mezclado con el del cigarrillo era perfecto, su lengua entra en mi boca y miles de ondas invaden mi cuerpo, sus labios lamen, muerden y poseen los míos, tan perfecto único, me alejo de el sin antes morderle el labio inferior, sigo alejándome de el y me enderezó y al levantar mi vista me topo con la mirada de desepcion de Alan.

—Mierda —Rapido me levanto dejando caer la cabeza de Tristán al suelo y salgo de la habitación tras Alan —¡Alan espera porfavor!

—Tranquila no me debes explicaciones ni nada...para mí ustedes pueden tener lo que quieran, no son hermanos o algo así...—Replica.

—No pero es que el y yo no somos nada —Explico.

—¿Por el es que no tienes nada a conmigo?—Yo ladeo la cabeza.

—No es que soy yo tengo miedo a una relación, jamás he tenido un novio y bueno, ayer te lo expliqué —Le recuerdo y el se pasa su mano por la cara.

—Mira no es nesesario mentir, quedó claro que ustedes dos...

—No tenemos nada...—Repito —Solo estoy algo ebria es todo, un impulso y nada más...

—En serio y si yo intento...—Se acercó a mí para besarme pero un brazo lo empujó lejos, era Tristan.

—Alejate de ella —Advierte.

—Pero no tienen nada, sabes que ambos se ven ebrios así que mejor yo me largo ok —Este se alejo de la situación dejándome sola con Tristan.

—Asi que fue solo un impulso—Repite —Tu y yo sabemos que esto no fue un impulso.

—Tristan yo...—Me empuja y estampa mi espalda contra la pared.

—Dios eres insoportable sirenita...

—Vete al infierno Tristan —El sonríe pícaro.

—Solo si tú te vienes conmigo —Se acerca y estampa sus labios a los míos, sus labios son una adicción, una explosión hace que mi mente se nuble, no era un beso gentil, estaba cargado de agresividad y deseo, como no nos hubiéramos besado hace menos de segundos, nuestros labios moviéndose en sincronía, su lengua invadiendo mi boca, enviando sensaciones a todo mi cuerpo —Sirenita me estás volviendo loco...—Murmura entre el beso, algo atrevido y sensual, me encanta, su mano se posa en mi cintura mientras la otra sostiene una de mis muñecas, mi mano libre le cojo por el cuello de la camisa.

—¿Adrian?—La voz de Adela me sobresalta y lo alejo rápidamente  —Lo siento yo no quería...Podemos irnos...—Balbucea

—Si claro yo...

—Yo las llevo —Completa Tristan por mi, Adela temprano de una fiesta, esto es historia.

Buscamos a Travis y los cuatro salimos de la fiesta, subimos al auto y emprendimos camino a la casa, este fue silencio absoluto, nadie dijo nada ¿Que rayos? Me pregunto ¿Por qué no somos capaces de hablar de lo que sucedió?

Al llegar Adela es la primera en bajarse y detrás de ella Travis, al bajarme el frío invade mi cuerpo, me abrazo y frotó mis manos sobre mis brazos para calentarme un poco, me sorprende cuando Tristan me da su chamarra, la tomo antes de que se arrepienta y me la coloco.

—Gracias—Me limito a decir.

—De nada sirenita —Ambos entramos, subimos las escaleras en silencio y cuando voy a mi habitación el me sujeta por el brazo —Descanza.

—Igual...—Me da un beso corto en el cuello y entra a su habitación y yo a la mía, Adela ya estaba medio dormida —¿Que te pasa?

—Te cuento mañana —murmura,  Yo asiento y me quitó esa ropa, me coloco una camiseta holgada y meto la chamarra de Tristán en mi armario.

—Descanza fea —Me acuesto a un lado de ella y d fin momento a otro mis ojos se cierran.

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