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No quiero detenerme no ahora, es beso se intensifica más y más, no es un beso sensual o fugaz es un beso tierno y suave, un carraspeo de garganta hace que nos separemos rápidamente y volteamos era Tomás, mierda, el respira Ondo antes de hablar.

—Asi que... ustedes dos...Ay mierda lamento interrumpirlos pero Adela quiere verte ahora ok —Yo asiento y Tomás se da la vuelta dejándome sola con Tristan otra vez.

—¿Enserio te gustaba ese gallito?

—No le llames así...y no era gustarme gustarme solo fue mi crush un par de años nada más —Explico.

—Pero descubriste que te gustan los chicos malos y no los buenos —Suelta y lo fucilo con la mirada —Solo digo.

—Vamos Adela me nesecita

Ambos bajamos de la terraza y nos adentramos en el pasillo de las habitaciones, al llegar a la habitación donde se encontraba Adela cojo mi bolso y me siento justo en la camilla a un lado de ella, no me gustaba verla así pero si yo no estaba fuerte ella tampoco lo estaría, debía estar fuerte aún que me costará un poco lograrlo.

—Ey Tristán cierra la puerta —El asiente y sale de la habitación dejándonos solas.

—Mira lo que tengo aquí...—De mi mochila saco una peluca rubia y ella solo sonrió —Siempre estuvo allí ja...

—No Adrián...

—Nada de no Adrián —Como pude le coloco la peluca y me acuesto a su lado saco mi móvil y la miró —Hora de la selfie, amas una selfie así que venga abre esa boca y sonríe.

—Vale —Carcajea y luego de tomar unas cuantas selfies nos quedamos en silencio mirando la pared —Quiero que pases la noche conmigo solo conmigo tu y yo, eres una hermana para mí así que quiero que estés conmigo Hoy por favor.

—Claro obvio que si...—Susurro y otra vez silencio —Adela...

—Adrian en tu habitación debajo de la cama ahí hay algo que es tuyo jamás te lo di pero es tuyo, quiero que si algo me pasa solo tómalo y abrazalo con fuerza...

—Adela todo...

—No digas eso, estoy cansada que me digan que todo estará bien, me duele el pecho, mis pulmones no sirven para una mierda y puedo ver mis huesos, solo quiero acabar, se que no quieres perderme pero quiero descansar —Susurra y siento las lágrimas correr por mis mejillas —No llores perra loca que de nosotras dos tu eres la más fuerte y...

—Solo por qué estabas conmigo.

—Adrian podemos hablar de Tristán —yo ladeo la cabeza —¿Por qué no?

—Quiero saber ¿que fue ese beso?—Sollozo y ambas carcajeamos —Vamos dime.

—Exacto fue solo eso un beso...no que perdí mi virginidad por eso —Yo alzó la ceja.

—Tu no eres virgen desde quien sabe cuándo —Bromeo.

Recuerdo cuando Adela era una niña que era muy coqueta para todo, hasta para jugar al té, mi padre y su padre eran amigos así que yo y ella nos convertimos en amigas, no ahora somos hermanas, ella siempre estuvo para mí en momentos difíciles y yo creía que estaba para ella pero nunca fue así...aveces no te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes, a pesar de ser muy unidas hubo un tiempo que descuidé mi amistad.

¿Y si tal vez yo hubiera hablado con ella antes?¿Que hubiera pasado si no me hubiera mudado?¿Por qué nunca le pregunté sobre que pasaba con sus padres o con ella? Adela paso de ser la chica más feliz a la más triste y eso me parte el corazón, creo que en parte soy una egoísta, si una enorme egoísta.

La noche llegó rápido no iba a dormir por otro lado Adela estaba durmiendo muy profundo, verla dormir con una sonrisa me hacía feliz.

—Adela...

—Necesito que me busques agua puedes y llama a la enfermera —Yo asiento y me levanto de la camilla dejándola sola, así como ella me ordenó llamo una enfermera que va y yo me dirijo a buscar algo de agua.

Cuando regresó noto como la madre de Adela está llorando y Tomás me mira con tristeza algo está pasando, supuse así que rápido me dirijo a la habitación en dónde habían doctores y enferma desconectando Adela y entonces sentí como mi corazón colapsa muy rápido, el vaso de agua se resbala de mis manos cayendo a mis pies y corro hasta llegar a ella, la rodeó con mis brazos y las lágrimas comienzan a fluir.

—¡Adela no me dejes por favor Adela!—sollozo, mis ojos comienzan arder al igual que mi corazón, no podía tragar saliva y sentía como la punzada en mi corazón cada vez golpeaba más fuerte —Adela adelita... porfavor despierta no me dejes adela...Adela, creí que nadariamos juntas...—Sollozo su cuerpo no era el mismo, estaba morada y algo hinchada, era verdad Adela ya no estaba.

****

La lluvia golpeaba con fuerza todos los paraguas, los charcos de agua en el césped crecían cada vez más, la lluvia no cesaba el camino era silencio, íbamos en la camioneta de Félix de regreso a casa, el funeral fue horrible la madre de Adela estaba agonizando en llanto, yo por otro lado solo me sentí vacía, así que solo miró a la nada sin decir nada.

Al llegar a la casa subo directo a mi habitación y cierro la puerta, siento como todo mi mundo colapsa y miró mis trofeos, la ira y el enojo me consumen y me acercó a ellos, cojo uno por uno y comienzo a aventarlos contra el suelo, mis medalla en la pared y las lanzó al suelo, me acercó al tocador y todo mi maquillaje que ella me regaló también lo tiro al suelo, suelto un grito de agonía y comienzo a tumbar y romper todo lo que esté a mi alcance.

Me dejó caer en el suelo mirando al techo y no puedo contener las lágrimas, mis ojos siguen ardiendo y el recuerdo de Adela en ese ataúd llega a mi mente y suelto otro grito, giro mi cabeza y logro ver debajo de mi cama, las palabras de ella retumban en mi cabeza.

«Debajo de la cama ahí hay algo que es tuyo jamás te lo di pero es tuyo, quiero que si algo me pasa solo tómalo y abrazalo con fuerza»

Estiró mi brazo hasta llegar a una caja rosa, sabía que odio el rosa, al abrirla era una muñeca grande de tela, tenía el cabello rojo y ojos de botones, un vestido azul, en la caja había una inscripción

Para mí perra loca... gracias por ayudarme y enseñarme todo lo que sé.

Cojo la muñeca entre mis brazos y la abrazo con fuerza, suelto un suspiro y la puerta se abre, era toda mi familia.

—Adela se fue —Susurro y me muerdo el labio inferior.

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Besossss y abrazos...

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