Capitulo III

21.5K 174 3
                                    

Después de lo que pareció una eternidad, Drew hizo un gesto de impaciencia y fue a echar la camisa al cesto de la ropa sucia.

–Por el amor de Dios, Jolie, sabes muy bien que no es eso lo que quería decir.

–¿Sí? –se obligó a hablar con naturalidad, pero no estaba segura de poder conseguirlo–. Ahora no estaríamos aquí si no hubiera sido por… por…

–¿Porque mi hermanastro te dejó embarazada hace siete años? No, supongo que no nos habríamos casado.

Aunque era cierto, le dolía enormemente oírselo decir de un modo tan frío. Tenía los ojos de un marrón tan oscuro, que a veces parecían negros, y esos ojos negros ahora la miraban fijamente, como si esperaran algo. ¿El qué? Jolie sabía que Drew no se había casado con ella porque la quisiera; lo había hecho obligado por ese extraño sentido de la responsabilidad que siempre había tenido.

Ella había sido lo bastante tonta como para enamorarse de su marido, pero eso no significaba que a él le hubiera sucedido lo mismo.

–Drew, yo… –no siguió hablando. No sabía qué decir.

–Seguramente se quede en Gillette. Si no se va de inmediato –una vez más, parecía que Drew esperaba algo.

–Helen estará contenta –consiguió decir Jolie a pesar del nudo que tenía en la garganta.

Helen siempre había adorado a Darian, hasta el punto de dejar de lado a todos los demás, aunque por supuesto también quería a Drew. Sin embargo, a Jolie la había odiado desde el primer momento y no había cambiado mucho con el paso de los años. 

–Quizá deberías ir a verlo –le sugirió entonces, sorprendiéndose incluso a sí misma.

–¿Por qué iba a hacer eso?

–¡No lo sé! –trató de controlarse–. Para ver a qué se debe su regreso a Wyoming después de haber dejado bien claro al marcharse que no tenía intención de volver por aquí. O quizá para evitar que viniera aquí. No creo que quieras que vea a Evan.

–¿Y tú?

–¡Claro que no!

–Entonces no hay nada de que preocuparse –coló la mano en la ducha y abrió el grifo mientras con la otra se desabrochaba los pantalones. Con una facilidad que aún dejaba sin aliento a Jolie, se despojó del resto de la ropa y se metió bajo el agua.

Cualquier otra noche seguramente la habría agarrado de la cintura y la había arrastrado con él a la ducha, ella habría protestado, pero sin dejar de reírse. Pero aquella noche no. Aquella noche ambos sabían que su hermano… su hermanastro había vuelto después de siete años de ausencia.

Pero Darian no sólo era el hermanastro de Drew.

También había sido el primer amor de Jolie.

Y antes de marcharse y dejarla destrozada, la había dejado embarazada sin saberlo del precioso niño que dormía en la habitación contigua. El niño que llamaba "papá" a Drew.

Jolie cerró la puerta del armario de las toallas y recogió la ropa de su marido, que metió en la cesta encima de la camisa que había echado ya él. A través de la puerta de cristal de la ducha, podía ver su cuerpo bajo el agua.

Drew no creía que Darian quisiera verlo a no ser que fuera para pedirle algo, y Jolie no sabía si estaba equivocado al creerlo. Lo único que sabía era que la mera noticia de su regreso parecía haber levantado un muro entre su marido y ella, por lo que no podía evitar temer que la llegada de Darian fuera a cambiar sus vidas una vez más…

Entre dos HermanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora