La búsqueda.

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"Ahora somos esa niña de amarillo y yo, debemos hallar a los demás y ayudarlos. Están por ahí en alguna parte, tal vez como nosotros o en peligro"

Hay que hacerlo... Me levanté y la miré fijamente a los ojos, decidido a continuar con o sin ella, ella inclinó ligeramente la cabeza hacia adelante. Éramos un equipo.

Empezamos desde cero... teníamos una idea de dónde podían estar todos, en donde estaban las jaulas. ¿Pero cómo llegar hasta ahí? Este lugar es un laberinto. Vamos a empezar nuestra búsqueda.

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Debíamos hallar las jaulas y ahora estamos en una especie de cañería, recuerdo que mi papá tenía planos de cañerías, él me enseñó qué son y para qué sirven.

Las seguimos, no sabemos a dónde vamos a llegar.

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Caímos, estaban rotas y caímos... nunca había estado antes en ese lugar, era como un estanque de agua, adentro habían cosas negras que se movían y nos perseguían. Debimos huir y saltar por varios lugares, subimos una pared de madera rota y abriendo una tapa llegamos a otro lugar, avanzamos y vimos a otro monstruo, era alto y delgado, con pies pequeños y sin brazos, o tal vez tenía brazos muy pequeños sin manos. Los ojos y la cara vendada, para decorar, un sombrero. Recuerdo ese tipo de sombreros, son como los que usaba papá para su trabajo.

Ya quiero despertar... extraño mi casa...

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Logramos despistarlo y se fue, parece que olió algo, decidí seguirlo, la niña aún me sigue. Y tuve razón, esa cosa nos guió a donde habían unas tres o más jaulas con niños dentro, algunos no se movían. Esperamos a que se fuera e intentamos abrir unas jaulas, nos hacía falta algo para romperlas; no las podíamos lanzar, eran pesadas. Entonces volvió a aparecer el monstruo junto con uno de los otros gordos y grandes, con mi nueva amiga corrimos a escondernos, se llevaron a otro niño en lo que huíamos.

Encontré algo, nos metimos por una especie de ascensor gigante para escapar y hay dos brazos largos, creo que se le perdieron al monstruo de antes, ahora me doy cuenta que eran de él.

Ahí mismo habían dos fierros largos, tomé uno y golpeé una caja con él, resultó muy útil, por lo que lo guardé en mi mochila como herramienta.

Aun debíamos volver a rescatar a los demás, fuimos por otro lado esta vez, pero no había nadie, sus jaulas habían desaparecido, de seguro esas cosas gigantes se las llevaron.

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Acabo de ver algo que... no me gustó mucho... mi amiga nueva tenía hambre, yo también tenía hambre, pero no tanta.

Una de las criaturas grises estaba cerca y nos extendió unos trozos de queso apestoso... era lo que había, yo me acerqué y comí mi trozo de queso, esas cosas pequeñas no me resultaban lindas ni simpáticas, pero... al parecer no eran malos después de todo. Lo que no me gustó fue que... ella se lanzó sobre la criatura. En vez de comer el queso lo mordió a él...

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No me siento bien después de lo que vi, si esa chica es capaz de comerse algo vivo... yo... ¿También estoy en peligro? Empezaré a andar con el fierro que encontré en la mano... Por protección, no puedo confiar en ella.

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Avanzamos por el lugar y llegamos a donde había una máquina con ganchos que llevaba sacos que se movían, al igual como habían hecho con mi amiga, pero estos seguían moviéndose. Debían ser más niños, corrimos y saltamos sobre unos sacos, pero no esperábamos que hubiera más monstruos del otro lado del gran cable.

Nineteen. Little Nightmares FC.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora