Capítulo 29

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Doble episodio porque estamos por llegar a las 2k leídas ;).

De paso, gracias por el apoyo, gente. Los amo <3.

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Entonces me dediqué a escuchar la canción, había algo que me llamaba, como la primera vez. Algo en aquellas palabras que salían de la boca de Jongdae que decían mi nombre.

Me quedé quieta, muda. Todos mis sentidos se centraban ahora en aquella melodía, en la letra, en pensar que... ella la había escrito pensando en... mí.

Las piernas se me tambalearon y me sentí débil. Eran las palabras de la mujer que yo amaba, eran los sentimientos que yo jamás había reconocido. Pero... ¿y si no era cómo yo creía? ¿Si aquella canción no hablaba de mí si no... de Yena?

Los pensamientos comenzaron a chocar entre sí en mi cabeza, provocando un completo caos en ella. La palabra 'confundida' era bastante clara, había utilizado la misma aquella vez que había escrito esa canción y estaba segura que esa hablaba de mí; pero ahora, las dudas comenzaron a atormentarme cruelmente, ¿estaría ella pensando en mí? ¿Me extrañaría? ¿Me amaba? Deseé llevarme las manos a la cabeza para intentar
acallar las voces en mi mente, pero sólo me limité a quedarme inmóvil. Había algo en esa canción que gritaba mi nombre, estaba segura. Pero no quería parecer tonta y hacerme burdas ilusiones aun teniendo el corazón roto y el dolor abismal en mi pecho. Sentí mis ojos humedecerse, al menos esa canción me describía también. Deseaba tener la respuesta, tener alguna especie de poder o magia que me mostrara lo que yo
quería saber. Me sentí... como si aun viviera en París y ella... estuviera al lado mío.

La cabeza comenzó a darme vueltas, pidiéndome la razón que, ya no la hiciera escuchar; pero el corazón, batiendo adolorido contra mi pecho, me rogaba que lo dejara seguir allí, que aun sintiendo dolor, le gustaban los recuerdos. Yo no sabía a quién obedecer, ambos eran tan fuertes y yo tan débil, pero entonces, algo se removió dentro de mí. La fierecilla que llegué a pensar que ya no existía, se movía con cautela en mi interior, escuchando atenta cada palabra en esa canción y ya no pude luchar contra ella,
se había vuelto igual de vulnerable como yo, pero esa era la cuestión, ambas lo éramos y ninguna de las dos teníamos la fuerza suficiente para ganarle a la otra. Simplemente me quedé allí, escuchando, inmóvil, hasta que sentí que una lágrima cayó por mi ojo y resbaló por mi mejilla. Al menos me alegraba una cosa, su sueño se había cumplido; sus canciones habían sido tocadas por un artista; al menos ella era feliz, ¿no? Aun cuando la canción sonara triste, pero... es sólo una canción, escrita ya hace tiempo, estaba segura. De pronto me embargó la curiosidad,
¿dónde estará ella? ¿Y Yena? ¿Seguirán juntas? Entonces dejé escapar otro par de lágrimas.

Aquella canción era lo único que me hablaba de Chaewon y no estaba segura de qué me decía.

No supe a qué hora llegó Hyewon y se situó a mi lado. Me miró.

"¿Cuántas fotos has tomado?" Me preguntó pero no respondí. Entonces me miró de verdad y notó el rastro húmedo que habían dejado las lágrimas. "¿Qué tienes?" Inquirió, visiblemente preocupada.

"Es su canción." Musité, sin apartar la vista del artista sobre el escenario.

"¿Su canción?" Repitió, sin comprender.

Desde el día en que llegué y le conté a Hyewon todo, no había mencionado nada relativo a la historia de Chaewon y Yena, aunque la llevara conmigo día y noche, impregnada en mi piel y no se lograra salir de mi cabeza.

"Ella escribe canciones." Farfullé. "Es compositora." Lo dí por hecho. "Y esa es su canción."

"¿Se la escuchaste tocar alguna vez?"

El manual de lo prohibido (2kim)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora