Capítulo 37 [Final]

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Se hizo tarde, entre cavilaciones y dilemas, el silencio pintó su ocaso; supe que era mejor irme ya. Y aunque había pasado el tiempo, no quería pensar en que Chaewon, quizá esta vez hubiese dejado de perseguirme, ¿y si lo hizo? Ya no podía con tantas dudas, mañana regresaba a Seúl y si Chaewon no apareciese de nuevo, entonces no le importaba tanto como decía.

Tomé otro taxi para que me llevara al hotel, siendo ya las ocho treinta de la noche. Rogaba al cielo por una señal, lo que fuera, algo que me indicara que correr el riesgo valía la pena. Algo que me dijera que Yena estaría bien fuera cual fuera mi decisión. En ese momento pensé en algo que no me había pasado por la cabeza: Yuri. Pero al instante de cavilar su nombre en mi mente, un puñado de preguntas aparecieron como reacción secundaria. ¿Chaewon estaría enterada ya de que su hermana está enamorada de Yena? ¿Yuri seguirá enamorada de Yena? ¿Qué hizo después de que fue tras ella la vez que...? ¿Qué habrá pasado con ellas ahora? Lo ultimo que supe fue lo que Yujin me habia contado, pero eso no respondía mucho. Nada en realidad.

"Aquí es." Le señalé al taxista al ver el hotel. Pagué y luego me bajé del auto.

Había dejado trascurrir varias horas. No sabía qué había sucedido con mi exposición, con Chaewon, no sabía nada. Me reí de pensar que las dos veces que he presentado la exposición he huido sin estar en el final. Pobre Hyewon, tenía que recompensarla de alguna manera. Subí hasta mi habitación, con el plan de llamarla. Ella era mi único informante de todo.

Pasé la tarjeta para abrir la puerta y la calidez de mi habitación me invadió al instante. Sobre la elegante alfombra verde olivo que tapizaba el suelo, había un sobre ancho y rectangular con mi nombre en la cara superior. Cerré la puerta y me agaché para levantarlo, curiosa. Era delgado y liviano, lo que sea que trajera dentro era sólo cartón o algún papel duro. Lo abrí, más curiosa que antes y cuando saqué su contenido, pude por fin ver qué era. Había un par de fotografías, sólo dos. El corazón me palpitó con esos latidos tan conocidos y enamorados. En la primera fotografía había una palabra que fue retratada en algún negocio, como los carteles o letreros que se pegan a las vitrinas o cuelgan de la parte superior de la entrada. La segunda fue tomada en algo de algún adorno romántico para San Valentín y allí estaba mi señal. Juntas decían "Te
amo". Estaba casi segura de quién las había enviado, porque conocía la letra que dibujaba mi nombre en la portada. Dí la vuelta a una fotografía y en la esquina inferior derecha decía Kim Chaewon.

Las lágrimas desbordaron por mis ojos. Chaewon no iba a parar nunca, ¿verdad? ¿Qué más podía pedirle al cielo? No necesitaba otra señal, me estaba demostrando que me amaba tanto como yo la amaba a ella. Quería mi final feliz, ¡lo anhelaba! ¿Pero dónde estaba Chaewon? Giré por costumbre mi cabeza en todas direcciones, pero era un cuarto de hotel, allí no había nadie excepto yo. Mañana me iba, ¿dónde diablos estaba Chaewon ahora? Corrí rápidamente hacia el teléfono y marqué a Hyewon. Las lágrimas desesperadas me inundaron más los ojos
porque no me contestaba.

"No, KwangBae no. No me hagas esto ahora." Susurré al dejar pasar cuatro timbrazos sin que me contestara.

Otros dos más y me mandó al buzón.

"Maldición." Colgué el teléfono y me dejé caer sobre mis brazos, llorando.

¿Por qué había sido tan estúpida? Ya hasta dudaba que ese nivel de idiotez que yo había alcanzado fuera común. ¿Tiempo para pensarlo? ¡Pero qué estúpida, si eso era lo que yo deseba desde el principio! Derramé mi pesar en las pesadas lágrimas que caían de mis ojos. Mañana
me iba, ¿dónde iba a encontrarla?.

Mientras seguía llorando como tonta, lamentándome, unos golpes tenues llamaron a mi puerta; ¿quién molestaba ahora? no tenía ganas de ver a nadie, a menos de que fuera... ¡KwangBae! Pasé los puños de mis manos por mi cara para tratar de limpiarme las lágrimas y corrí a trompicones hasta la puerta. Al abrirla me llevé una mano al corazón porque al reconocer a la persona parada tras el umbral, pensé que iba a salírseme del
pecho.

"¡Chaewon!" Abrí los ojos y parpadeé repetidas veces, tratando de que el rastro de agua se evaporara.

"No renuncies a mí." Musitó, fuerte y claro, y con rostro duro. "Por favor."

La miré incapaz de hablar, aun bajo la tenue luz del pasillo del hotel, era hermosa. Su cabello corto y despeinado la hacía lucir como una de mis fotografías, pero más bella.

"Sé que me pediste tiempo." Dio un paso y luego otro, hasta que estuvo adentro de la habitación. Estaba tan cerca que podía oler ese exquisito perfume que la caracterizaba. "Pero yo ya no puedo esperar más. Minju, yo sé que me amas." Su aliento me movió los cabellos al hablar. Estaba perdiendo mi equilibrio. "Pero dime qué más puedo hacer para demostrártelo yo..." Su voz se quebró y los ojos se le pusieron vidriosos. "Minju, háblame. Dime algo. Lo que sea."

La contemplé deliciosamente y luego le sonreí entre lágrimas. Acuné su rostro entre mis manos y sentí el tacto de su suave piel.

"Ya no voy a escapar, Chaewon." Susurré. "Sé lo que quiero."

"¿Y qué es?" En su pregunta, el temor fue visible.

"A ti." Musité y me acerqué hasta sus labios.

Los unimos de nuevo, primero suavemente, pero luego el beso fue tomando profundidad. Enredé mis manos en su cuello y ella en mi cintura, mientras me aferraba fuertemente a su cuerpo. Un suspiro y ella se abrió paso con la lengua para juguetear con la mía por un corto período de tiempo, y luego volver a un beso tranquilo pero igual de apasionado y lleno de amor. En mi estómago las mariposas se desataron enloqueciendo
y la piel se me erizó bajo las manos de Chaewon que la acariciaban. Llevé mis manos a su rostro y lo separé del mío; los labios me punzaban y aun en contra de su propia voluntad se despegaron de los de Chaewon, aunque ella quiso buscarlos de nuevo.

"Chaewon, espera." Jadeé.

"Lo bueno del tiempo es que cura las heridas, lo malo de los besos es que crean adicción." Musitó e intentó acariciarlos otra vez con los suyos. (Además de ninja, es poeta. Chaewon, de grande quiero ser como vos 😎👊)

"Chaewon." Pero yo me hice para atrás unos pocos centímetros, ya que ella me tenía entre sus brazos.

"¿Qué?"

"¿Me amas?" Pregunté, como niña tonta y enamorada. (La pregunta ofende)

Ella rió y el soplo de su risa fue embriagador.

"¿Qué clase de pregunta es esa? ¿Tú crees que si no te amara, habría cruzado todo el hemisferio para ir a buscarte a Egipto, luego a Seúl, para a lo último perseguirte hasta aquí y ponerme a cantar en medio de todo Busan para que me escucharas y luego estar dispuesta a ir contigobhasta el fin del mundo si eso es lo que quieres? Minju..." Retiró sus manos de mi cintura y las llevó hasta mis mejillas, ambas quedamos en la misma posición. Me miró a los ojos y habló lo más claro posible. "...Juro que te amo como una loca, como una demente y desquiciada que no soporta vivir sin ti. Juro que como te amo jamás he amado a nadie y que quiero pasar el resto de mi vida contigo y formar una familia, ser una
buena madre para nuestros hijos. ¿Eso te contesta tu pregunta?"

Una lágrima corrió por mi mejilla pero no terminó su camino ya que Chaewon la interceptó con un beso.

"Je t'aime, ma belle princesse." (Te amo, mi bella princesa.) Susurró a mi oído, besó mis labios y luego me dejé envolver en su amor.

Había tomado una decisión de la que no me iba a arrepentir, ahora podía estar segura, entre sus brazos y con mis labios unidos a los suyos. Pude ver la escena de nosotras dos besándonos como en las películas, cuando en el centro de la pantalla permanece la pareja y cómo se va alejando desde arriba. Era increíble que en mi cabeza no existiera otra cosa que Chaewon en ese momento, increíble que a pesar de tantos errores y desengaños, estuviéramos allí y ella conmigo. Pero más increíble fue que, mi fruto prohibido a final de cuentas fue el indicado.

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Y hasta acá llegamos :/

¿Qué les pareció el final? A mí me gustó mucho ahre.

Todavía falta el epílogo que lo subo mañana y así terminaría esta hermosa historia :D

El manual de lo prohibido (2kim)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora