✧ 31 Luces Que Iluminaron El Cielo ✧ [Fictubre 2020] [Multifandom]

9- Terror [BF]

  

Temática: Terror
Fandom: Banana fish
Ship: Ashji (Ash x Eiji, yo le digo así)
Cantidad de palabras: 465

¡Alerta de spoiler!
Si aún no terminas aunque sea el manga o el anime de banana fish te recomiendo que no leas esto ¡Gracias por su atención!

   Sus ojos se posaron sobre la carta enfrente suyo y como por arte de magia volvieron a empañarse en finas gotas de líquido salado.

¿Sus esfuerzos, dónde habían quedado? No habían servido para nada. Ash estaba muerto y Eiji comenzó a hiperventilar palabra tras palabra.

Después de leer la cruel e injusta noticia dejó el repugnante papel a un lado, con su pulso tembloroso sentía una profunda desesperación, quería arrojar todas sus cosas al piso, pisotearlas y maldecirlas. Era un completo inútil que no servía para nada. ¿Donde están las cosas que nunca existieron? Es imposible saberlo con certeza. Un vacío inefable incapaz de transmitirse con palabras, las lágrimas dejaron de salir por más que tuviera la intención de llorar. Ahogó sus gritos en el más profundo y agonizante de los silencios y se escondió en el triste y a la vez sublime mundo de la oscuridad.

Ya no creía en nada.

No quería un abrazo ni palabras de consuelo; lo quería a él, a Ash. A ese chico tan vivo y muerto a la vez, ese chico que a pesar de que sus ojos transmitían una profunda e inexplicable tristeza, seguía guardando esperanzas dentro de su corazón.
Te que tomó sus cabellos con fuerza y tiró de ellos. Finalmente colapsó y arrojó todas sus cosas del escritorio. Pisoteó con furia sus libros, rompió varios papeles y repisas. Desordenó su cama y golpeó una y otra vez las paredes que poco a poco se fueron tiñendo de color carmín.

Con sus nudillos hechos trizas y su rostro, empapado en lágrimas se dejó caer sobre el frío y sucio piso. En un rincón de su habitación, en ese lugar que nadie ve; allí estaba él. Tan insignificante cómo siempre se había sentido. Tan solo y roto como lo habían dejado.

Entonces el miedo lo aterrorizó por completo.

Ash ya no estaba con él ¿Qué haría ahora? Siquiera tenía fuerzas para respirar. Siempre había estado aterrorizado de la soledad y la locura que acompaña a quiénes deciden vivir su vida con ella. La gente sola está loca, se estaba volviendo loco, no quería quedarse solo.

  Vivía solo, sin nadie, sin siquiera una persona que le hiciera recordar que aún estaba cuerdo y que vivía en el mismo espacio y tiempo en el que había nacido. Ash era esa persona, pero ahora era tan solo un cuerpo putrefacto, lleno de huesos y piel en descomposición.

Al final, sus terrores más profundos se habían hecho realidad.