4- La Pesadilla

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Hace cinco años...

La Familia Nico estaba formada por una madre y dos hijas.

Nico Olvia, era una adulta peliblanca, era segura de si misma y muy protectora, y más, cuándo se tratába de sus hijas. Habían varios adjetivos positivos para describir a aquella mujér, pero a pesar de eso, fué cruelmente abandonáda por su esposo, cuándo se embarazó de su segúnda hija, pero ignorando aquellos hechos, amába y cuidába de sus dos hijas.

Nico Robin, era la hija mayor de la mujér, tenía veinticinco años. Era una jóven muy exitosa y tenía buena suerte. Llevaba pocos años casada con Franky, quién conoció cuándo éste era apenas un niño, haciéndose cada vez más cercana a él.

Y por último, Nico (T/N), quién tenía doce años, y era muy débil, en todos los sentidos. Sus defensas éran, y son, muy bajas, por lo cuál, tenía que cuidárse bien, para evitar enfermarse. A pesar de aquello, era tímida y se ponía nerviosa al momento de hacer contacto físico con alguien que no es su madre o su hermana.

Fué una oscura noche, cuándo las tres habían regresado de un largo viaje, en el cuál, habían ido a otra ciudad, ya qué Olvia había ganado un premio a una de las mejores arqueólogas del año.

Sus hijas, orgullosas de su madre, decidiéron acompañarla.

Y fué asi, cómo aquella noche, Robin estába al volante, conduciéndo hacía casa, con su madre de copilóto, y su hermana menor, profundamente dormida en los asientos traseros.

Iba conversándo animádamente con la peliblanca. Hasta que comenzó a llover.

--Pónte el cinturón, madre.-- Ordenó la pelinegra, al notar que Olvia no llevába cinturón.

--Oh, si.-- Dijo ella, distraída.

El ruido de la lluvia se hacía más fuerte, causándo qué (T/N) se despertáse.

--¿Mamá?-- Susurró ella, algo preocupada por la lluvia.

--Tranquila, pequeña.-- Dijo Olvia, calmándo a su hija. --Es sólo lluvia.

No muy convencida, la menor trató de calmarse.

--Malditas carreteras que no tienen ningúna luz.-- Se quejó entre dientes Robin.

Las lágrimas se asomáron por los ojos de (T/N), reclamándo salir.

--Mamá...

--Tranquilizate, (T/N).-- Interrumpió la pelinegra, algo frustrada. --Ya casi llegámos a casa.

Olvia notó la frustración en la voz de su hija mayor, posó una mano en el hombro de ésta.

--Tú también deberías tranquilizarte, Robin.-- Musitó la peliblanca.

--Yo estoy tranquila.-- Contestó la ojiazul.

Olvia abrió ligeramente sus ojos, sorprendida, pués Robin nunca había actuado de aquella manera. Ella era tranquila, y rara vez se enojába o sorprendía ante algo.

Mi Mayor Tesoro (Luffy x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora