30- Mil Estrellas Para Ti

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--Nico (T/N), te regálo todo ésto. Aunque esté lejos de tú alcance, débes recordar que todo ésto es tuyo, porque yo te lo he regalado.

Estupefacta, la menor llevó su mirada hacía Luffy, quién había pronunciado esas lindas palabras y alzába sus brazos, señalándo hacía el cielo.

El mismo cielo por la noche, estaba salpicado de mil estrellas, las cuáles si las mirábas atentamente, te dábas cuenta del gran tesoro que había.

Mil estrellas que brillában cómo si no hubiése un mañana.

Si.

El cielo por la noche era treméndamente hermoso.

Pero no tanto cómo aquel adorable varón, quién tenía esas bellas mejillas sonrojadas, y se veía levemente avergonzado. Nada era mejor que aquel chico quién decía regalarte lo imposible.

--L-Luffy...-- Con los ojos llorosos, la de cabellos (c/c) corrió hacía el moreno, quién abrió sus brazos, y rodeó el cuerpo de la menor, y ésta se acurrucó contra su pecho. --De verdad, no hay día en el cuál no me sorprendas y no te áme más.

--Acepta mi regalo.-- Ordenó juguetón el varón, observándo cara a cara a esa chica que le volvía loco.

--Gracias por tú regalo.-- Replicó ella, tomándo el rostro de Luffy entre sus manos, besándo intensamente sus labios.

Tal vez había aprendido a besar de esa manera gracias a Franky y Robin.

Luffy le correspondió de la misma manera a su pareja, pero mostrába lo inexperto que era, pués en su casa, tenía a dos hermanos mayores y solteros.

--Te amo tanto...-- Murmuró el moreno, entre jadeos y pequeños besos.

--Demúestramelo.-- Ordenó la chica, sonriéndo ladinamente.

Parecía inocente, pero había una pizca pequeñita de perversión en aquella inocencia.

Había un pequeño problema, y es que ambos amantes tenían a un expectador.

--Ya, ya, bueno. Me voy.-- Balbuceó Ace, saliéndo del carro. --Haré una llamada con Sabo, asi que el coche es suyo, ¡pero no pásen los límites!

Ignorándo las exclamaciónes del pecoso, Luffy y (T/N) se introdujéron al coche, en los asientos traseros, dónde ambos se besában dulcemente, pero con algo de desesperación.

Torpemente, se deshacían de las prendas de ropa que ambos tenían, hasta quedar desnudos.

El moreno descubría las partes prohibídas del cuerpo de su amante, algo que nunca había descubierto.

El cuerpo de una mujer, pero no cualquier mujér.

Era Nico (T/N), su novia.

Tocába inocentemente, y al escuchar los suaves gemidos de su amante, sentía esa necesidad de seguir tocándo.

Tocába y tocába, provocándo que se convirtiése en una adicción.

La suave piel de esa chica era completamente adictiva.

Y esos pequeños gemidos que dejába salir, provocában reacciónes raras en el cuerpo de Monkey D Luffy.

Sus besos se fuéron convirtiéndo cada vez más apasionados. El moreno llevó sus manos al trasero de la jóven, provocándo que ella soltáse un ligero gemido.

Algo estaba claro. Luffy quería escuchar más gemidos, escucharlos producía una extraña sensación en él.

Llevó su boca a los senos de su novia, dónde mordió un pezón, sin delicadeza alguna, pero la peli-(c/c) se retorcía de placer.

Por parte de (T/N), sentía esa pequeña excitación por todo su cuerpo, y su intimidad se lo demostraba, palpitándo.

Obligó a Luffy para que se sentáse y ella pudiése ponerse arriba de él, y con cuidado empezó a introducir el miembro del varón en su interior.

Sentir cómo se llenába cada vez más, era muy... Loco.

Era loco amar esa sensación.

Era loco querer más.

Era loco hacer lo que sea por conseguir más.

La peli-(c/c) comenzó a trotar arriba de Luffy, quién besába su piel de la clavicula, cuello y senos, posándo sus manos en las caderas de su chica, ayudándole a aumentar la velocidad.

Ninguno de los dos pensába en satisfacerse a si mismos.

Solamente pensában en buscar esa manera de demostrarle al contrario lo mucho que le amába.

Estaba claro que esos dos debían tener un final feliz.

--L-... ¡Lu-Luffy!-- Exclamó la oji-(c/o), que al sentir cómo sus pliegues empezában a contraerse, sabía que pronto llegaría al orgasmo.

--Te-Te amo...-- Comentó el moreno, agitado, notándo cómo la menor aumentába la velocidas de sus trotes.

Luffy atrapó los labios de su amante y los besó intensamente, y (T/N) se quedó con las ganas de saborear los besos de su moreno, ya que ésta estaba muy ocupada gimiéndo ante su orgasmo.

--Te... te... te amo...-- Replicó la chica, exhausta.

Ambos se besaron una última vez, dándo por concluido su "demostración de amor".

--No sabes lo adictivo que es hacer ésto...-- Comentó el varón, sonrojado y avergonzado.

--¿Hacer el amor? Bueno, dicen que es para demostrarle a esa persona especial que de verdad lo amas. Aunque mi onee-sama me ha enseñado que también hay personas que solamente le lláman "sexo" porque genera placer.-- Explicó la de cabellos (c/c), desde su punto de vista.

--Creo que deberías darme clases de ésto, no sé nada.-- Comentó Luffy, carcajeándo avergonzado.

--¿De verdas quieres eso?

--Bueno, me gustaría generarte... eh...

--¿Placer?-- Luffy asintió. --Ya bueno, claro que siento placer al hacer el amor contigo.

--¿Y es malo?

--Es adictivo.-- Bromeó la menor. --Pero no es malo, porque de esa manera no duele... o eso creo.

--Ah, vale.

Mientras tanto...

--¿Y cómo fué?

--Te dije que era seguro que terminarían follándo.

--¿En serio lo hicieron en frente de ti? ¿¡Acaso Luffy se crée actor porno o qué!?

--Cálmate, Sabo, no lo hicieron en frente de mi. Me sacáron a patadas del auto y ahi lo hicieron.

--¿Cómo estás tan seguro?

--Desde aqui veo cómo el pobre coche da brincos.

--Oh Dios mio...-- Balbuceó Sabo, sorprendido. --Ya bueno, mejor regresa a casa, que hace mucho pasó la hora de dormir para Luffy.

--Joder, Sabo, que pareces niñera. Déja a los niños coger un rato y te llégo en la casa.

--¿No han terminado?-- Preguntó el rubio, serio.

--Creo que si, el pobre coche ha dejado de dar brincos.-- Comentó Ace, gracioso. --Ahorita mismo te llégo.

--Aqui te espero, Ace.

CONTINUARÁ...

Mi Mayor Tesoro (Luffy x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora