Las semanas fuéron pasándo. Todo iba normal. Luffy y (T/N) pasában tiempo juntos en el instituto, se habían acercado cada vez más.
Aun así, la jóven aún no era capaz de contarle sobre su hermana y madre. No tenían por qué sacar el tema, ¿no?
Aquella tarde, la oji-(c/o) estaba en la habitación de su hermana, contándole su día, cómo lo hacia diariamente.
Law, quién escuchába detrás de la puerta, se asomó por ésta, comenzándo a entrar a la habitación.
--Law-san, ¿ha ocurrido algo?-- Cuestionó la jóven, al notar el rostro serio del contrario.
--(T/N)-ya, quería hablar sobre algo importante.-- El pelinegro se acercó a la chica, quién se puso de pie, alzando el rostro, mirando a Law cara a cara.
--¿Que... qué pasa?
--Es... es posible que tú hermana no despierte del coma. Cuando un coma lleva más de un año, es muy improbable que despierte.-- Anunció el ojeroso, ante el horror que vió en los ojos de la peli-(c/c)
--¿Cómo...? Pero...
--Tú hermana ha demostrado de lo que es capaz, y está luchándo por despertar.-- Trató de explicar, pero notó el brillo en los ojos de la jóven.
--Pero... Law-san... ¡¡Tú me lo prometiste!! ¡Me prometiste que cuidarías de mi hermana, y que ella viviría! Dijiste... que yo debía confiar su vida... en tus manos.-- Reclamó (T/N), entre sollozos. --¿Por qué...?
--No quería que te sintiéses asi.
--¿Me mentiste durante estos cinco años? ¿¡Todo fué una mentira!? ¿¡Robin moriría!?-- Exclamó la jóven, algo molesta, pero muy herida.
--No... (T/N)-ya. Realmente túve la intención de cuidar y despertar a tú hermana, pero...
--No... Robin no puede morir...-- Susurró la peli-(c/c). --¡Me mentiste, Law-san!
--Claro que no.
--¡¡Me mentiste!! ¡¡Dijiste...!!-- Las piernas de la jóven falláron por unos segundos, cubriéndo su rostro en el pecho de Law, golpeándo constantemente aquella zona. --Ella... no vivirá...
Sin previo aviso, (T/N) salió de la habitación, aún con los ojos rojos e hinchados, con varias lágrimas en las mejillas.
<< ¿Por qué...? Law-san... >>
Sin darse cuenta, ella chocó con la espalda de otro chico. (T/N) alzó la vista, y se sorprendió de ver aquel dúo en el hospital.
--¿(T/N)? ¿Por qué llóras?-- Cuestionó el rubio.
--Sabo... Ace...-- Murmuró la oji-(c/o), algo nerviosa. --¿Qué...?
--Sabo-ya, Portgas-ya.-- La jóven se giró, encontrándose con la mirada distante de las órbes grises de Law.
--Oye, Law.-- Dijo el pecoso, mientras rodeaba el hombro del ojeroso, sonriéndo ladinamente. --Tenemos mucho que contarte.
--¿Qué hacen en el hospital?-- Preguntó la oji-(c/o), limpiándo sus lágrimas disimuladamente con sus nudillos.
--Somos amigos de Law.-- Manifestó Sabo, con una lasciva sonrisa. --¿Y tú?
--I-Igual.-- Replicó. --Y-Yo... me tengo que ir.-- Antes de que la chica se fuése, se giró una última vez hacía Sabo, se acercó a la oreja de éste, y susurró. --No le digas a L-Luffy... que estúve aqui. Por favor...
Y sin más que decir, (T/N) abandonó el hospital.
Sabo se quedó parado unos segundos, procesándo y analizándo las palabras de las amada de su hermano.
--¡Oi, Sabo! No le vayas a robar la novia a Luffy.-- Musitó Ace, falsamente molesto.
--¿La novia de Mugiwara-ya?
--Oh, cierto. Oye, Trafalgar, Luffy le ha echado el ojo a esa chica.-- Anunció el pecoso, sonriéndo ladinamente.
--¿Qué?
--Hablémos un rato.-- Dijo Sabo, nervioso, dirigiéndose a la oficina de Law, dónde los tres se sentáron. --Bueno... cómo te dijo Ace. (T/N) está en el mismo instituto que Luffy, y pués éste... se ha fijado en ella.
--Eso es imposible.-- Recalcó Law, con el ceño fruncido. --Mugiwara-ya jamás se fijaría en una chica.
--Pués Luffy, de alguna u otra manera, se ha fijado en ella.-- Aclaró el moreno, sonriéndo lascivamente.
Sabo le explicó todo a Law, quién con cada palabra, se molestaba cada vez más.
--Bien, pués tengo cosas que hacer.-- Interrumpió el ojeroso, forzándo una sonrisa.
--Está bien. Nosotros ya nos vamos.-- Declaró el rubio, sonriente.
Sabo y Ace, camináron hasta el coche.
--He notado algo, no sé si tú también.-- Anunció el pecoso, observándo seriamente a su hermano.
--No noté nada. ¿Pasó algo?-- Replicó el rubio.
--Trafalgar... parecía molesto.
--¿Por qué?
--No lo sé, idiota.-- Gruñó Ace.
Sabo se quedó pensativo por unos segundos.
--Ahora que lo recuérdo... (T/N) me ha pedido que no le digas a Luffy que la vimos en el hospital.-- Notificó el rubio.
--Está bien. No le diré nada a Luffy.-- Aclaró Ace.
(...)
--Amiga, estás enamorada.
--¿Q-Qué?-- Cuestionó la oji-(c/o). --Yo... ¿Enamorada? Eso... eso es i-imposible.
--¿Al menos sabes que es "amor"?-- Preguntó Nami, alzándo una ceja.
--Pués... mi hermana está casada con Franky-kun...
--Significa que ambos están enamorados.-- Aclaró la pelinaranja. --Bien, digamos que tú y Luffy sienten lo mismo.
--Pero Luffy y yo no estamos casados...-- Replicó (T/N).
--Argh... tú también eres un problema con temas del amor.-- Se quejó la pelinaranja, entre balbuceos. --Escúchame, querida. Hay diferencias entre el amor y el cariño. Tú ámas a tú hermana, pero no sexualmente, pero la ámas con cariño. Y tú, ámas a Luffy, de forma sexual.
--¿Por qué... a Luffy... se forma sexual?-- Balbuceó la jóven, algo nerviosa.
Nami frunció el ceño, con una sonrisa ladina.
--Sientes "algo" al estar con Luffy, ¿no?
(T/N) se ruborizó violentamente ante el comentario y asintió.
--Es raro... no sabría explicarlo...-- Murmuró la chica, jugándo con sus manos. --Es qué... es una sensación qie recórre... todo mi cuerpo.
La pelinaranja sonrió pícaramente ante los murmuros de su amiga.
--Tranquila. Eso significa que estás enamorada de Luffy.
--¿Enamorada de... Luffy?-- Cuestionó la jóven, algo nerviosa. Bajó la mirada. --Mu-Muchas gracias por... tus consejos, Nami, pero... me tengo que ir... se me hace tarde.
--Está bien. Nos vemos en el instituto.
Ignorándo las palabras de Nami, la oji-(c/o) se alejó del lugar.
No le hacía ilusión alguna, estar enamorada de Luffy. Aunque, cierta parte de ella, sentía un cosquilleo por todo su cuerpo.
CONTINUARÁ...
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Mi Mayor Tesoro (Luffy x Lectora)
Storie d'amoreDespués de cinco largos años de súplicas, de ser criada a cuidada por el esposo de su hermana, y de ser víctima de varias enfermedades durante su niñez y adolescencia, la vida decide recompensar a la jóven por tantas malas pasadas, regalándole a su...