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- Detente.

Habló el Rey de Vhrytiam con voz autoritaria deteniendo los pasos desesperados de Leo y continuó hablando.

- No puedes ir sin antes preparación y llevaría semanas llegar allá, por ahora sólo nos tocará esperar.

- ¿Crees que me quedaré tranquilo sin saber las condiciones en las que se encuentra mi hermana? Con mucho respeto su Majestad pero usted está completamente-

- ¡Leo! ¡cuida tus palabras!

Exclamó el Duque ante las palabras de su hijo que imprudentemente estuvo a solo segundos de decir.

Leo se limitó a permanecer cabizbajo con sentimientos de ira hacia el Rey.

- Olvidaré lo que acaba de pasar, entendiendo que su desesperación pudo haber causado decir palabras no deseadas pero no podemos hacer nada respecto a esto. El Reino Vhrytiam es muy pequeño en comparación a Boream y sería muy difícil enfrentarlo.

- ... Entonces ¿Cuándo podremos partir en su búsqueda?

El tono pálido del padre de Rose permaneció ante la pregunta repentina que hizo aclarando su garganta.

- Me temo que ir en su búsqueda no sería posible...

El duque suspiró en busca de calma pero al escuchar una respuesta no deseada por parte del Rey estalló y no pudo contener por mucho más tiempo lo molesto que lograba sentirse al no saber el paradero de su hija.

Se acercó al escritorio del Rey con grandes pasos sin importar ante quien se encontraba y golpeó la mesa con toda la fuerza que podía descargar en ese momento, de la mesa volaron cientos de papeles que habían estado perfectamente apilados y ordenados los cuales le veían cayendo y ligeramente tocando el suelo alfombrado.

Leo sólo sonrío ante la reacción de su padre el cual estaba sintiendo lo mismo que él y actuó aún más imprudente.

La cara del Rey que había estado relajada todo ese tiempo se tornó rígida y seria pero aún más sorprendido ante todo el estruendo que había pasado.

Al escuchar el alboroto varios guardias entraron a la habitación tomando al Duque por los brazos.

En ese momento el príncipe igualmente se dirigía a la oficina de su padre para arreglar asuntos de economía que él también manejaba, escuchó ruidos y se acercó al lugar del que provenía aquel desorden.

- ¿Que está pasando aquí?...

Susurró para sí mismo.

Observó perplejo además de los papeles regados y Leo en una esquina riéndose un poco, a los guardias del castillo sosteniendo a unos de los ayudantes más importantes de su padre y uno de los nobles más importantes del Reino.

Poco a poco el duque se calmó y el Rey habló diciendo otra orden.

- Pueden soltarlo.

- ...Pero su Majestad..

Dudó uno de los caballeros que lo sostenía.

- Es una orden.

El Rey se levantó de su asiento por primera vez en todo el tiempo en el que estuvieron hablando y se acercó evitando pisar las hojas regadas por todos lados y habló con voz serena.

- Comprendo como te sientes, haré todo lo posible para poder ir en su búsqueda pero en este momento no puedo hacer nada. Sólo nos tocará esperar.

- ...

Leo logró percibir la presencia del Príncipe César en la habitación y caminó hacia él con un plan en mente.

- Su Alteza ¿Podría hablar con usted un momento?

Again (Editando Y Pausada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora