Relato 9 - "Pasión y locura"

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María y Roberto parecían dos locos enamorados, llegaron a conocerse muy bien, conocían sus gustos y sus disgustos. Cuando Roberto llegaba a la casa de María ella lo trataba como todo un rey, no solo en la cama, sino también fuera de ella. Él también era especial y detallista con María, le llevaba flores cada vez que podía, pero sobre todo la dejaba satisfecha como mujer cada vez que se veían.

Una tarde Ángela visitó a su mamá y estando ahí con ella le dio la peor noticia que ella jamás habría querido escuchar:

Ángela
"Mamá tengo que darte la mejor noticia del mundo, después de intentarlo tanto ¡vas a ser abuela!.

A María se le rompió un vaso que tenia en la mano al escuchar la noticia, cortándose la mano con el vidrio del vaso quebrado, Ángela asustada le dijo a su mamá "¿mamá estás bien?"; María no sentía ningún dolor en la mano, todo el dolor lo sentía en el pecho y no por los cortes que se había hecho, sino por la noticia que había recibido de su hija y respondiéndole a Ángela le dijo "si hija, estoy bien", limpiándose con una toalla la herida le pregunta "¿Roberto ya lo sabe?", Ángela le responde; "no mamá, hoy le voy a contar, iba a guardar el secreto hasta que él lo supiera, pero estoy demasiado feliz y quise compartírtelo"; "felicidades hija" le respondió María.

Cuando Ángela se fue, María no pudo evitar llorar por la noticia y no porque no la emocionará la llegada de su primer nieto, sino porque era del hombre que ella amaba con tanta locura. En ese mismo momento llamó a Roberto a su celular y el no le respondió, lo volvió a llamar y tampoco le respondió, desesperada le escribió por mensaje:

Mensaje de María a Roberto:
"Hola mi amor, tenemos que hablar! Llámame en cuanto puedas o si puedes pasa a la casa cuando salgas".

Los minutos se pasaban muy lentamente hasta que su teléfono sonó, era un mensaje de Roberto.

Mensaje de Roberto a María:
"Hola guapa, estoy en una reunión. Pero yo paso a su casa cuando salga. Besos".

María no podía estar en paz, no sabía que decirle a Roberto cuando llegara, lloraba inconsolablemente porque no quería perder a su hombre.

Cansada de tanto llorar se recostó en la cama y se quedo profundamente dormida, al llegar la noche Roberto llego a la casa de María, tocó la puerta esperando que como cada vez que él  llegaba, su María lo recibiera de una forma sensual, aunque María le había dado una copia de la llave a él siempre le gusto que María lo recibiera. Al no recibir respuesta decidió abrir y cuando entro se fue directamente a la habitación, asustado al ver a María tendida en la cama se acercó y le dijo "¿guapa esta bien?", acariciando con su mano el pelo de María. María despertó y cuando vio a Roberto empezó a llorar nuevamente lanzándoce a los brazos de Roberto. Él no entendía que pasaba y solo besaba el pelo de María mientras lo acariciaba, de nuevo le pregunto "¿guapa que pasó? No me asusté", María solo subió su mirada al rostro de Roberto y le dijo "te quiero Roberto, te quiero mucho y no quiero perderte", Roberto sonrió y le respondió "no me va a perder guapa, soy suyo ¿no lo ve? Me muero por usted", María al escuchar eso empezó a besar a Roberto y le dijo "poseeme mi amor, necesito sentirte dentro de mi", Roberto sin dudarlo la acostó lentamente en la cama, besando los labios de María mientras iba quitándole la ropa, María respondía los besos de Roberto, esos besos húmedos que la excitaban tanto, ella también le quitaba la ropa a Roberto mientras se besaban. Estando ya totalmente desnudos, Roberto beso cada centímetro del cuerpo de María y mientras la besaba se detuvo para decirle "yo también la quiero María, la quiero mucho"; escuchar eso a María la excito mucho y se lanzó hacia Roberto acostándolo en la cama, tomando con su mano el pene de Roberto lo metió en su vagina y al entrar en ella, ella gimió diciendo en voz alta "ahhh que rico, te quiero papi, quiero ser tu mujer por siempre", moviendo sus caderas hacia adelante y hacia atrás hacia que el pene de Roberto entrara y saliera de ella a la perfección.

Roberto gemía fuertemente agarrando las caderas de María. María sabía lo que a Roberto le gustaba sexualmente, sabía como hacerlo disfrutar de esos momentos llenos de pasión y locura y se entregaba en cuerpo y alma para hacer disfrutar a su hombre. Mientras ella se movía sensualmente sentada en el pene de Roberto el también se dejo llevar y entre gemidos le dijo a María, "la quiero María, yo no me imagino ya sin tenerla a usted en mi vida", mientras dijo esto María tuvo el mejor orgasmo que jamás había tenido, estaba siendo poseída por su hombre, dejaba que él la penetrara y causara en ella las mejores sensaciones que jamás había tenido en su vida, cuando María terminó, Roberto siguió moviéndose para incrementar el placer que sabía había causado en María haciéndola explotar en ese sentimiento de plenitud. María besa a Roberto en los labios y le dice en voz baja, vas a disfrutar de la misma forma en la que yo lo hice, dándose la vuelta se sienta de nuevo en el pene de Roberto, esta vez él la estaba penetrando en su trasero, "ahhh dijo Roberto, que rico mi amor", María siguió moviéndose disfrutando de esa penetración que entre dolor y satisfacción también la hacían gemir, "ahhh no pare guapa, que rico se mueve", le decía Roberto, palabras que excitaban y motivaban a María a seguir moviéndose, "que rico María, no paré que ya voy a terminar, que rico", saliendo de él el semen que lo hacía sentir un delicioso orgasmo, María sintió como todo el semen que Roberto dejo en ella se deslizaba en su interior y excitada aún le dice a Roberto "que rico sentirte terminar en mi" y él responde "ay si guapa, que rico estuvo, usted me va a matar"; ambos ríen.

María se levanta y se acuesta en la cama con Roberto y él de nuevo le dice "me va a matar mi guapa, pero que rico sería morir en sus brazos", María lo besa y le dice "te quiero mi amor, no lo olvides nunca", a lo que él le responde "jamás guapa, jamás, yo también la quiero"; ya acostados Roberto le dice a María "¿por que lloraba guapa? Me asustó, le pasó algo" María lo ve a los ojos sintiendo un gran nudo en la garganta y le dice "no es porque no quiera decirte mi amor, pero no me corresponde hacerlo, en tu casa lo sabrás", Roberto se sintió más confundido y solo la besa para quitarle esa mirada triste que volvía a estar en ella.

María al ver salir a Roberto por la puerta le vuelve a decir, "Roberto, te quiero nunca lo olvides" y desde lejos le tira un beso, Roberto se despidió devolviéndole el beso a María desde lejos, subió a su carro y se fue.

María en el fondo sabía que era la última vez que iba a estar con Roberto, sabía que después de ese día todo iba a cambiar para ellos, ella no quería hacerle daño a Ángela y tampoco quería que su nieto sufriera por culpa de ella. María lloraba desconsolada, no sabía que pensar, no quería que todo con Roberto se terminara, tenia miles de sentimientos y pensamientos que la atormentaban. Ella no podía vivir ya sin Roberto, él era el hombre que debía conocer para ella, se lamentaba en voz alta el porque no lo había conocido antes que su hija.

De repente su teléfono suena, era un mensaje de Roberto, ella tenía miedo de leerlo y con manos temblorosas lo abre para leerlo.

Mensaje de Roberto a María:
"Ángela ya me dio la noticia guapa, ahora entiendo el porque la encontré así, ahora entiendo el porque de sus lágrimas, no sé que va a pasar con nosotros guapa, no quiero perderla, pero debemos hablar, buenas noches. Un beso!"

María lloró como nunca al leer ese mensaje, sabía que todo había terminado con Roberto, no quería que la familia que estaba formando su hija se arruinara por el amor y la pasión que la unía a Roberto. Así que tomo una decisión, "TERMINAR CON SU VIDA". Sabía que estando ella viva no iba a dejar a su hombre y sabía que ella no tenia derecho de destruir a su hija, porque también la quería. Así que tomando una libreta que tenía en su mesa de noche empezó a escribir.

Continuará...

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