Roommates (Johnlock AU)

Capítulo 16

Caminó por las calles de Londres hasta que sintió sus pies punzar de cansancio, necesitaba aclarar su mente, pensar en todo lo que había pasado entre ellos desde que se conocieron, como John lo había hecho sentir parte de algo. Jamás se quejó de nada, le presentó a sus amigos y lo hacía participar activamente en sus actividades, nunca lo dejó sentirse solo o fuera de lugar. Lo escuchaba atentamente cada vez que hacía una deducción, le permitió enseñarle cosas, así como también él aprendió de John lecciones valiosas de la vida. Le enseñó que era la empatía, el primer sentimiento que desarrolló gracias a John, luego comprendió el significado del cariño, el amor, el deseo.

Siempre se sintió cómodo con John, él siempre lo comprendió a la perfección aunque no dijera palabra alguna. John jamás se cansó de darle todo lo que necesitaba, aunque a veces no sabía que necesitaba hasta que el rubio se lo entregaba. Así mismo como le dio amor incondicional desde el principio. Despertar junto a él cada mañana había sido el regalo más preciado que le obsequió John, la paz que encontró junto a el no la encontraría en ningún otro lugar, la forma en la que con solo un roce de sus manos le ayudaba a ordenar sus pensamientos, el como lo ayudaba a calmar su mente ansiosa con una caricia o un tierno beso en la mejilla. La forma en la que acariciaba su cabello hasta que se dormía en su regazo por las tardes... todas esas cosas que John le había obsequiado no las tendría jamás.

Lagrimas amargas caían por sus mejillas mientras recordaba cada hermoso momento vivido junto al rubio. Ya de vuelta en el campus encontró a Mike en el pasillo del segundo piso, el cual lo envolvió en un abrazo.

-No ha parado de llorar, Sherlock. Se equivocó, lo sé, pero debes hablar con él... por favor.- Sherlock asintió sin decir una palabra. El de lentes siguió su camino, con la esperanza de que todo se solucionara entre ellos.

Al llegar, sus manos temblorosas luchaban con la llave para abrir la puerta, no podía estar tranquilo en esa situación ¿Qué le diría? No era bueno con las palabras.

Todo rastro de duda se desvaneció cuando lo vio de pie junto a la ventana, en el estrecho pasillo que dividía ambas camas. Recordó como lo vio caer al suelo junto a sus amigos por la tarde. Después de verlo en ese estado toda la ira que había acumulado los últimos días desapareció. Una infinita calma lo inundó mientras se acercaba a paso lento hasta llegar junto al mayor.

-John...

-No me hables por lastima, solo déjame llorar.- Intentaba ahogar los sollozos cubriendo su rostro con el antebrazo.

-Lo siento... lo lamento, debí intentar comprenderte.- Su voz se quebró en medio de la oración.- John...

-Yo debí hablar contigo antes.- Dijo el mayor mientras se giraba para mirarlo, sus ojos borrosos por las lágrimas no le permitían ver bien, secó su rostro con el puño de su suéter.

-Soy un idiota, el idiota más grande que existe.- Habló luego de acercarse para tomar su cara entre sus manos.- John te amo, no se como lo sé, pero lo siento, siento en mi interior que te amo.- Comenzó a dejar pequeños besos por el rostro húmedo de John, el cual cerró los ojos mientras una que otra lágrima caía por sus mejillas.

-No te merezco...- Se aferró a la ropa del contrario con los puños cerrados, blancos de tanto presionar, sentía rabia consigo mismo, lo había lastimado, lastimó a sus amigos, se lastimó a sí mismo.

-No digas tonterías, me enseñaste un mundo nuevo.- Lo envolvió en sus brazos.- Me enseñaste a sentir, a vivir... me despertaste y estaré eternamente agradecido por que hayas sido parte de mi vida.- John solo podía llorar, dejar fluir toda la tristeza que guardó durante años.

Estaban exhaustos de tanto llorar ¿Era posible deshidratarse por eso? Tanta agua derramada, dicen que el agua lo limpia todo... la tristeza de una vida entera se había escabullido entre las lágrimas de John, que ahora dormía plácidamente en el pecho de Sherlock, como no lo había hecho hace muchos días, días que se sintieron como una eternidad para ambos.