Capítulo 18

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Los días siguientes a la partida de John no habían sido tan terribles... los días, por qué las noches eran difíciles de soportar, dormir en una cama que ahora se le hacía gigante, sentir el vacío junto a el era algo con lo que no podía lidiar.

Los chicos habían estado siendo demasiado insistentes en que debía salir, divertirse con ellos. Incluso Mycroft lo visitaba seguido, visitas cortas y no del todo agradables, le había estado insistiendo en que debía volver con sus padres a pasar las vacaciones de verano.

Había estado conteniendo todo rastro de tristeza, no quería rendirse ante ese sentimiento. Pero el guardar las emociones en algún momento pasa la cuenta. Explotó una tarde de verano... con Mycroft siendo testigo de toda su ira y dolor.

-Hazlo.- Dijo aún sin salir de la cama.- Hazlo, Mycroft. Se que puedes hacerlo...

-¿Hacer qué?

-Se que puedes hacer que no vuelva a tener un compañero de habitación, no quiero a nadie más!! Sólo seré yo y el recuerdo de mi mejor amigo en la habitación 221B

-Te lo dije, Sherlock. Involucrarse sentimentalmente te destruye en algún momento. Y ambos sabíamos lo que era el joven Watson... no era un simple amigo.- Dijo tomando asiento en la silla del escritorio. No podía creer lo que estaba presenciando, si bien Sherlock siempre había sido más "emocional" no había imaginado que sería a tal magnitud.

-¿Qué era?- Subió la voz el menor, lo sabía, sabía a qué se refería su hermano.

-Tu debilidad, Sherlock. Eso era, te hizo débil!- Se lo había advertido, incontables veces. Pero no hizo caso, un sollozo ahogado retumbó en la habitación.

-Lamento no ser como tú, eres un reptil, un espectro, no sientes  nada. Quizá todo sería más fácil si no me hubieras puesto en este mugroso agujero!!

-¿Ahora la culpa es mía?- Sherlock lloraba en silencio bajo las mantas, no permitiría que él lo viera en ese estado. Pero Mycroft tenía razón, John era su debilidad, habría hecho lo que sea por él, necesitaba sacarlo de raíz de su corazón, pero era imposible.- Estás siendo irracional, Sherlock.

-¿Por qué no te vas? Vete y déjame ser irracional. Y si tanto me repudias por sentir, no vuelvas. No te necesito.- Mycroft bufó, en algún momento lo necesitaría, el era indispensable.

-No te ahogues en tus propias lágrimas...- Dijo finalmente antes de salir del cuarto.

Sherlock solo decidió esperar, el dolor iría disminuyendo ¿Verdad? Los días y las semanas pasaron, y en un recorrido nocturno encontró algo que lo ayudaría. Decidió encerrarse en eso, era lo único que le había dado resultado después de más de un mes de intentar aplacar el dolor. Dejar llevar su mente en algo que jamás le fallaría fue lo mejor, algo que le causaba placer y lo estimulaba, así fue como cayó en una leve adicción a ciertas drogas recreativas, las cuales le proporcionaban todo lo que John alguna vez le dio, o casi todo. Paz, tranquilidad, estabilidad... hasta cierto punto.

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Las semanas y los meses pasaron y los amigos habían tomado rumbos distintos, debían pasar tiempo con sus familias, sus otros amigos, salir, disfrutar, estudiar. Sherlock se había ido alejando, recluido en esas cuatro paredes. Había encontrado en esa nueva forma de calmarse gran comodidad, lograba relajarse y dejar de pensar en sus sentimientos.

Estaba hasta arriba de drogas duras ¿Qué había sido? ¿Morfina? ¿Heroína? Sabía con certeza que tenia cocaína en algún lugar dentro del mierdero de su habitación.

Así como muchas otras veces, no pudo levantarse, necesitaba ayuda aunque no le gustara pedirla. Intentó tomar el teléfono para marcarle a Mycroft, como pudo lo hizo, o eso pensó. Luego todo se volvió negro.

Roommates (Johnlock AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora