Luego de casi tres semanas sin ver a Mew, me sentía extraño, era como una sensación que no sabes describir y era más que nada por él, el hombre de ojos grandes, rasgados que cuando te miran son profundos y te llevan a un estado de calma, estaba tomando las cosas bien, cada día hablábamos más y más, nuestra comunicación de mensajes pasó a llamadas cortas debido a su apretada agenda. Nos despedíamos con pesadez aunque después de eso tenía una sonrisa de la cual Saint se burlaba pero él estaba peor que yo.
—¿Crees que van a venir pronto o...?
—Saint, el hecho de que Zee sea tu flamante novio no quiere decir que debas verlo a diario.
—Lo sé pero creo que lo he extrañado mucho.
—Estoy seguro que él también, amigo.
Terminábamos la cena, tenía que tomar un baño antes de ir a la cama, con algo de tiempo logré estar recostado como una estrella de mar sobre el colchón, de la nada me había quedado dormido hasta que escuché los golpes a la puerta, no esperábamos a nadie pero mi sueño hizo que no tomara atención, no era tan tarde si acaso las siete de la noche, estaba en pijama, no planeaba vestirme.
—Llegamos en un momento inoportuno ¿es así?
La voz de Mew resonó en mis oídos, levanté rápidamente el rostro y aunque creía que era un sueño estaba más cerca de la realidad, estaba ahí, sonriendo y viéndome tan, yo. Por un momento no supe como reaccionar, me alegraba de verlo y no tenía ni la menor idea de como expresar eso, tan sólo se acercó sentándose en mi cama prestando atención a los novios, mis ojos no dejaban en paz el rostro del chico que me gustaba, si, me gustaba y tenía que aceptarlo tarde o temprano. Saint y Zee se fueron a la cocina dejándonos solos a él y a mi, mi corazón latía como loco estaba asegurando que mis orejas tenían el color rojo de la vergüenza, dirigió su vista hacia mi.
—Me alegro de haber venido, te sienta bien la pereza.
Lo oí reír, aunque todavía no se me pasaba la pena que me incorporé, no había visto a Mew tan guapo como ese día, y esperando que me dijera algo negativo por verme así, tenía problemas lo sabía y deseaba ampliamente en confiar de las palabras y pensamientos propios que de otras personas sin embargo, las palabras del hombre frente a mi, me golpeaba una y otra vez que debía ser así y no depender de alguien más aunque el gesto era agradable.
—Pensé que no te vería hasta terminar el mes.
—Digamos que me di un pequeño descanso, han sido semanas de completo estrés y trabajo.
—Tenías que ir a casa a dormir, mira que de no hacerlo vas a enfermar.
Y podía seguir regañándolo pero las voces de los otros dos nos interrumpieron diciendo que saldrían a caminar un poco, a lo cual los dos asentimos con la cabeza pero mi mente dio un vuelco al saber que me quedaría con Mew no sé cuánto tiempo, me causaba nervios.
"Vamos, Gulf lo querías ver ahora no te quejes."
El sonido de la puerta cerrarse dio por hecho que sólo estábamos los dos, no tarde en fruncir los labios para darle una cálida bienvenida a Mew, durante unos minutos platicabámos, él me decía como había hecho unas magníficas negociaciones, y yo de como estaba a poco de volver a la universidad, reímos por sus chistes y anécdotas que había pasado durante los días que no nos vimos.
—¿No vas a extrañar mucho la cama, Gulf?
—¡No me recuerdes eso! Echaré de menos despertar hasta las once de la mañana.
Parecía que no existía más mundo que nosotros, repetía sus palabras cuando no me creía en algo o sólo quería molestarme, ambos teníamos roces a propósito, sus manos se alargaban hasta mis cabellos para revolver y dejarme más despeinado de lo que ya estaba. Ya había pasado más de una hora y mis dos amigos no regresaban de su supuesta caminata.
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Oportunidad [MewGulf]
RomanceEn ocasiones, tenemos que pasar por situaciones difíciles que nos hacen más fuertes hasta el punto en que uno mismo sabe que avanzar es algo peligroso y arriesgarse es una opción o quedarse, amarrarse al pasado sufriendo y maldiciendo todo lo suced...