Puesto de Besos [Emiliaco]

Final

Joaquín

Mi cuerpo quema en cada espacio que Emilio toca, no puedo evitar sonrojarme cuando lo hace por que hemos mantenido contacto visual hasta el momento.

No puedo explicar como llegamos hasta aquí después de una sesión de besos prolongada pero no me disgusta.

Me encuentro debajo de él y su enorme cuerpo cubre el mío, ha quitado mi camisa y se ha encargado de besar cada parte - desde mi cara hasta el torso -, intento cubrirme la cara pero no me deja.

—Eres muy hermoso Joaquín —murmura sobre uno de mis pezones, siento su voz vibrar contra mi piel y no puedo evitar arquear un poco la espalda.

—¿Por qué se siente tan bien esto, Emi? —preguntó desubicado, se lleva mi pezon a la boca y tira un poco de él con sus dientes.

—Por qué es correcto —su aliento choca contra mi piel sensible y suelto un gemido, repite la misma acción pero con el otro.

No se cuanto podré soportar por que la manera en que juega con mi cuerpo me vuelve loco.

Cuando deja de atenderme suelto un bufido pero lo miro desde mis pestañas, se quita la camisa y pantalones, haciendo lo mismo conmigo pero en mi caso, solo el pantalón.

Esta arrodillado entre mis piernas que están abiertas para él, nos miramos unos momentos, nuestros pechon suben y bajan, desvío la mirada hacia su entrepierna y Dios, me deleitó con su ereccion visible, lista para mi. Me muerdo el labio y lo miró de nuevo a los ojos, están brillosos.

Se deja caer entre mis piernas y comienza a besarme con más fuerza, gimo en su boca y aprovecha para meter su lengua.

Todas las sensaciones que me cubren me vuelven loco, jamás pensé que se podría sentir de estar forma, pensé que Azul exageraba cuando decía que podría pasar horas haciendo el amor por que era una sensación que te lleva al extasis.

Pero estoy seguro que con Emilio, es más especial y espectacular. Es más que el extasis.

Me toma de la espalda para llevarnos juntos hacia arriba.

—Te amo Joaquín —su confesión me toma por sorpresa, abro y cierro la boca de la impresión y se que tengo que decir algo lo mas rápido posible por su su ceño fruncido me pone alerta.

—Te amo más —le sonrió, y noto que se relaja al instante.

Toma mi trasero y por inercia pongo mis brazos alrededor de su cuello.

—Muévete —susurra en mi oído, la piel se me eriza.

Comienzo a moverme con su ayuda, las manos que tiene en mi trasero las aprieta con fuerza haciendo mis movimientos más certeros, pega su frente con la mía y nuestros alientos comienzan a chocar.

Gimo cuando nuestras erecciones se encuentran, comenzamos a molernos con más facilidad y rapidez.

Me recuesta en la cama de nuevo y se deshace de mis bóxers, sus manos tiemblan ligeramente, luego hace lo mismo con los suyos.

Me mira por un prolongo tiempo y me sonrojo.

[...]

Emilio

No puedo explicar el como me sentía en estos momentos que tenía a Joaquín frente a mi, su piel mucho más suave y blanca, más tímido que nunca y solo para mí.

Cuando por fin queda expuesto a mi, lo observó, puedo notar que esta nervioso, sus mejillas se ruborizan.

—No me veas así Emi —su voz sale tímida, se cubre lo que puede pero no lo dejo.