Cositas del corazón (Albaju)

Besarte es como comer palomitas de maíz.

Alba.

Aún en los cálidos brazos de Anaju no pude evitar darle un besito en la mejilla. Cuando me doy cuenta me he sonrojado, me alejo de Anaju y me cubro la cara con mis manos.

- Mujer, ven acá. - dice Anaju con una sonrisa y abre sus brazos.

Me acerco y Anaju me ha dado un abrazo aún más fuerte, cuando menos siento me da un beso en cada mejilla y uno en la frente.

- Yo también quería darte un besito Alba.

Quedamos tan inmersas en nuestro abrazo que el tiempo ya no existe. Nos separamos un poco, Anaju me está mirando directamente a los ojos. No puedo evitar mirarla también, ¡Ayuda! No puedo evitar perderme en sus ojos, es que tienen una profundidad que no había visto antes. Es como un mar sin fin, un mar obscuro pero cálido; definitivamente un mar de otro planeta.

- Las personas que comentan sobre tus ojos tienen toda la razón, es difícil encontrar tus pupilas pero no imposible.

- ¿Las has encontrado? - pregunta Anaju alzando una ceja.

- Eso es un secreto. - le gillo el ojo y me doy vuelta.

- ¡Qué mala eres mujer! - grita Anaju.

- Si fuera mala no te había comprado un montón de palomitas. - le digo con una sonrisa.

- ¿Me has comprado muchas palomitas? - dice Anaju emocionada mientras se acerca.

- ¡Claro! - digo sacándole la lengua.

Cuando menos siento Anaju me ha cargado y me empieza a dar vueltas. Yo solo puedo reír.

- ¡Para Jiji! - digo sin parar de reír.

- ¡Muchas gracias mujer! - dice una sonriente Anaju. - ¡Muchas gracias!

Anaju al fin me ha bajado, pero empieza a darme muchos besitos por toda la cara. Yo solo puedo reír, pero callo cuando siento los labios de Anaju muy cerca de mis labios.

- ¡Perdón! No me he dado cuenta. - Anaju sonrojada y apenada.

- No te preocupes Juji. - le digo con una sonrisa y acariciando su mejilla. - Ve a levantar tus cosas y déjalas arriba de ese mueble, mientras yo voy a calentar la comida.

- ¡Gracias mujer! - contesta aún tímida Anaju. - Por cierto traje unas cerves y chuches. Yo no tomo, pero sé que a ti te gustan.

- Gracias por pensar en mí. - digo con una gran sonrisa.

- Siempre mujer.

Me dirijo a la cocina mientras voy pensando en lo que ha pasado. Anaju estuvo a punto de besarme, pero sin querer ¡Alba no te emociones! Aún puedo sentir lo cálido de sus labios, aunque no estuvieron sobre los míos pude sentirlos ¿Qué está haciendo conmigo?

Me dispongo a calentar la comida y sacar la vajilla para las dos.

- ¡Hola mujer! ¿Necesitas que te ayude a algo? - pregunta Anaju llegando a la cocina.

- ¡No! Tú eres la invitada no voy a permitir que hagas algo.

- Por favor Alba, no digas eso. Es mejor en equipo, yo pongo la vajilla en la mesa mientras tú calientas la comida.

- Si quieres poner música mi móvil está sobre la barra.

- Claro mujer, ¿qué quieres escuchar?

- Lo que tú quieras Juji, ya ví que tenemos gustos parecidos en música.

Cuando veo Anaju se ha llevado la vajilla al comedor. Y se dirige a mí móvil. Yo solo puedo observarla desde aquí. Empiezo a escuchar la música sonar mientras Anaju tararea.