Cositas del corazón (Albaju)

La primera vez.

Anaju.

Estaba quitándome la ropa para meterme a bañar, pero me veo interrumpida por Alba entrando al baño. Y me da un poco de vergüenza porque ya me encontraba sin pantalones. Creíble o no nunca nos habíamos visto desnudas.

- ¿Alba todo bien? - digo nerviosa. - ¿Necesitas usar el baño?

- Sí necesito algo, pero no es usar el baño.

Puedo notar la profunda mirada de Alba en mí, puedo decir que nunca había visto sus ojos tan obscuros pero eran igual de encantadores.

Alba se fue acercando a mí, hasta quedar su frente apoyada con la mía. Podía sentir el palpitar de nuestros corazones, latiendo al mismo ritmo, y tal vez con el mismo deseo.

La verdad: no lo vi venir. Incluso con la tensión que sentíamos, no lo vi venir. Puede parecer bobo; tal vez fue porque nunca lo había hecho, que no se me ocurrió que fuese a pasar, incluso cuando me estaba besando en su camerino, me costó darme cuenta de lo que iba a pasar. ¿Si lo deseaba? La verdad, no me paré a pensarlo, simplemente sucedió.

Me besó.

Nos besamos con tanta intensidad mientras nos sonreíamos. Metió sus manos debajo de mi camiseta acariciándome mientras me besaba el cuello. Sentía su aliento entrecortado. Rápidamente me rodeó con sus piernas. Con la mano me levantó la cabeza para que la mirase y me quedé quieta, mirándole.

- ¿Estás bien? ¿Quieres seguir?

- Sí. - a penas pude decir con la exitación del momento.

Se quitó la camiseta y dejo expuestos sus pequeños pechos. Me quitó la camiseta y el sujetador. La cogí de la cadera, aproximándola, y empecé a besarle con más intensidad.

Podía sentir el nerviosismo de la primera vez. Cuando no sabes qué le gustará, qué le pondrá, qué le dolerá, qué querrá hacer, qué actitudes tendrá.

Al quedarnos desnudas sentí una vergüenza momentáneamente sobre mi cuerpo. Son detalles de los cuales una no siempre consigue librarse fácilmente. Intenté concentrarme en el momento pensando en que si ella había llegado hasta este punto ya sabía cómo era mi cuerpo y debía por lo menos, atraerle. Parecía que estaba leyendo mi mente.

- Eres hermosa. - dijo Alba.

Estábamos las dos totalmente desnudas, no sé con qué fuerza de voluntad abrí la ducha y nos metí dentro. Intenté ponernos más cómodas y nuestros cuerpos se encontraron mientras nos besábamos y el agua caía en nuestros cuerpos desnudos. Nos encontrábamos con las piernas entrelazadas, haciendo un exitante roce de nuestros centros.

Le agarré el culo para marcar un ritmo, con necesidad de aproximarla y sentir el roce mojado de nuestros cuerpos, deslizándose, sintiéndo en un placer que recorría todo mi cuerpo.

Alba me detuvo mirándome sonriente.

- No tengas prisa. - susurro Alba.

Cogió mis muñecas y me subió los brazos. Mientras me sujetaba las muñecas con una mano empezó a chuparme los pechos ayudada de la otra mano, mientras me los estrujaba y los mordía y yo gemía de placer moviendo mi cuerpo buscando el suyo. Me solté y empecé a acariciarle la espalda, sentía mi aliento entrecortado mientas le acariciaba deseando sentirla con más fuerza. Empezó a juguetear aproximando su cuerpo al mío y sólo ese roce provocaba suspiros de placer y deseo al mismo tiempo que hacía que estuviésemos más cachondas y más mojadas hasta que sentí cómo el flujo me empezaba a mojar los muslos.