Cositas del corazón (Albaju)

¡Felíz cumpleaños Juji!

Anaju.

Habían pasado unos días de la última Gala de OT y de la épica fiesta en el hotel. Aproveché algunos días para ir a mi pueblo a ver a mis padres. Los días pasaron entre esa visita, reuniones con la disquera, algunos encuentros con otros artistas (lo que me hacía sentir muy afortunada), y salidas con algunos de mis compis de OT.

Las cosas con Alba iban más que bien, aunque solo nos habíamos podido ver un día mas después de la fiesta. Ambas estábamos un poco ocupadas, y yo había querido tomar unos días para adaptarme otra vez a la realidad. No habíamos dejado de hablar y hacer videollamadas, nada de nosotras había cambia'o. Nos estábamos haciendo más fuertes para formar el nosotras.

Hoy era mi cumpleaños, y me doy cuenta de lo que ha cambiado mi vida en estos 365 días. Hace un año era diseñadora en una agencia de publicidad y ahora estoy aquí haciendo música con una discografia; hace un año pensaba en querer entrar a OT y no imaginé que lograría ser finalista; hace un año estaba con un novio y hoy me estoy enamorando del ser mas hermoso de este mundo. Daba gracias por lo que tenía, y me daba gracias a mí; por la fuerza que tuve, por no rendirme en todos los obstáculo que se me enfrentaron.

Estaba en mi departamento en Barcelona con mi hermana, más tarde vendrían un par de amigos y eso me ponía feliz. Sería más feliz si ella pudiese estar aquí.

- ¡Ana Julieta! Te tengo una sorpresa. - dice Cristina.

- ¡Vale! Cristina dije nada de sorpresas.

- Te va a encantar, tienes que cerrar los ojos.

- ¡Ostia!

Cierro los ojos, y siento como Cristina camina a la puerta, escucho algunos pasos y la puerta cerrarse.

- ¡Sorpresa! - escucho que gritan un par de personas.

Al abrir los ojos no puedo evitar sonreír y que se me salgan algunas lágrimas; veo a Nia e Iván con muchos globos entre ellos unos gigantes del número 26.

- ¡Chicos! - digo secando mis lágrimas.

- ¡Mi niña no llores! - dice Nia abrazándome.

- ¡Anaja! Por favor no llores, hoy es un día de sonreír y celebrar. - comenta Iván con una gran sonrisa.

- ¿Cómo no quieren que llore? ¡Coño!

Digo limpiando mis lágrimas, tratando de no arruinar mi maquillaje.

- ¡Amiga! Estás guapísima ¡Qué asco!

Y ahora me pongo reír.

Así pasó la tarde con mis amigos, mi hermana, Nia e Iván. Había recibido unos cuantos regalos que me habían encanta'o, al igual que unos regalos de mis fans que me habían hecho flipar. Mis amigos se fueron muy pronto a excepción de Nia e Iván.

- Tienes otra sorprensita Ana. - dice Cristina.

- ¡Joder Cristina! Te dije que ya eran bastantes sorpresas.

- ¡Anaju! Esto te va a encantar. - cometa Nia.

- ¡Vaale! - digo resignada. - ¿Cierro los ojos de nuevo?

- ¡Claro que sí Anaja! - contesta Iván.

Cierro los ojos. Escucho varios pasos; puedo oír como se abre la puerta, y escucho otra vez pasos y la puerta cerrarse. Puedo sentir a alguien caminando en dirección a mí, y me entra una corriente que ya conocía bien.

- ¡Hola señorita Calavia!

No espero a abrir los ojos cuando ya me he lanzado a abrazarla. Está ella aquí conmigo, en mi cumpleaños. Yo solo me aferro a sus brazos, aspiro su olor que impregnan mis fosas nasales.