Capítulo 17.

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Un mes después:

—Louis, tienes que comer — su padre deja la bandeja en la cama de su hijo y espera algún movimiento de su parte, nada.

Su mirada seguía fija en el gran ventanal, sus ojeras demostraban todas las noches de insomnio por las cuales estaba pasando, su cabello estaba despeinado y descuidado, sus mejillas estaban hundidas demostrando que no se estaba alimentando como debía, Louis ya no era el mismo.

—Louis.

—No tengo hambre, papá— Mark se sienta en el borde de la cama y lo mira con tristeza.

—Por favor, come algo... No quiero que caigas otra vez en el hospital y sé que tú tampoco quieres eso— Louis baja la mirada y suspira.

—Ya no sé que es lo que quiero— murmura y su voz se entrecorta.

—Hijo, tienes toda una vida por delante—Louis niega y alza la mirada hacia su padre.

—No digas eso, no tienes ni idea de cómo me siento, n-no puedo, simplemente no puedo, es cómo si me hubieran arrancando una parte de mí y jamás me la van a devolver—se acomoda en su cama y apoya su espalda contra el respaldo— lo extraño tanto y tú quizás piensas que es algo pasajero, que con el tiempo superaré...

Mark lo veía atentamente, por primera vez en un mes Louis se estaba abriendo con él, era una buena señal o eso es lo que quería creer.

—Pero estoy enamorado de él y no puedo evitar seguir sintiéndome culpable— las lágrimas comienzan a bajar por sus mejillas— si me hubiera quedado en casa ese día, si hubiera esperado unos minutos más en la sala principal, si no lo hubiera dejado en los túneles... — finalmente se quiebra otra vez, Mark se levanta y se acerca a abrazarlo— me dijo que me amaba y que prometía ir detrás de mí, no lo hizo papá, no cumplió su promesa.

Mark suspira con pesadez y cierra sus ojos tragándose las ganas de llorar, le tenía muchísimo aprecio a Harry, Louis era feliz a su lado y se notaba cada vez que lo veía sonreír de esa forma que no veía en años.

—¿Crees que a él le gustaría verte de esta forma? ¿crees que él se arriesgó de esa forma para que tú te estes matando poco a poco? Él dió todo por tí, porque te amaba, tienes que creerme, fui testigo de su relación— Louis se separa del abrazo y lo ve confundido— paseaban abrazados por los pasillos de la Casa Blanca, los veía correr y reír a carcajadas, cuando salías con él te brillaban tus ojitos como dos diamantes— Louis ríe y seca sus mejillas empapadas— yo también lo extraño, claro que lo hago.

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Dos meses después:

—¿Louis?— el ojiazul levanta la mirada de su café de vainilla y se topa con unos ojos azules genuinamente conocidos.

—¿Niall?— el chico sonríe ampliamente y se sienta frente a él.

—¡Estás bien! Me alegro tanto, no te ví cuando nos sacaron a todos de ahí, fué una catástrofe cuando dijeron que había una bomba— Louis suspira y vuelve a bajar la mirada, Niall pierde la sonrisa al ver la tristeza que desbordaba el castaño frente a él—lo siento.

—No te preocupes, ya que estás aquí, cuéntame de tu vida— Niall se vuelve a emocionar y comienza a hablar sin parar, eso distrae a Louis y por un momento olvida la tristeza que abundaba en su corazón, lo que más necesitaba en ese momento era un amigo.

Después de un par de horas ambos castaños reían.

—Basta, basta, basta— murmura Louis y ambos se quedan en silencio aguantando la risa, no duran mucho y vuelven a reír con fuerza.

—Ya, lo siento, voy a parar— Niall suspira y respira hondo.

—Tengo una pregunta para ti, ¿por qué estabas ese día en la Casa Blanca?

—Es una buena pregunta, amo todo lo que tenga que ver con la Casa Blanca, no preguntes porqué pero amaba su infraestructura, ese día había un recorrido para turistas y no podía perderme esa oportunidad— Louis sonríe y asiente— aparte tenía la esperanza que nos mostraran los túneles que supuestamente usaba Marilyn Monroe, pero me dijeron que no existían.

—Si existen— Niall ve con impresión a Louis— yo escapé por ahí antes de que explotara, ya sabes...

A pesar de que Niall tuviera miles de preguntas por hacer prefirió mantenerse en silencio y no preguntar nada, pudo notar como los ojos de Louis se habían entrestecido de un momento a otro.

—¿Necesitas hablar? Si es así... Puedes contarme lo que sea, no juzgaré.

—¿Recuerdas el chico que fue a rescatarme?— Niall asiente y Louis suspira— era mi novio, f-falleció ese mismo día— el ojiazul intenta tragar el nudo que se le había formado— aún estoy sobrellevándolo.

Niall sintió como si le hubieran dado un golpe en el rostro y luego le hubieran lanzado un valde de agua fría.

—Han pasado tres meses y esta es la primera vez que salgo de mi cama, simplemente lo extraño, lo extraño muchísimo — Niall se levanta de su lugar y sin dudarlo se sienta al lado del castaño para rodear con sus brazos a Louis, prefería mil veces demostrar que estaba ahí abrazándolo que diciendo palabras vacías.

No conoció al novio de Louis, pero si vió y notó que dió todo de sí para mantenerlo a salvo y eso decía mucho de él.

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Ese último tiempo el ojiazul intentaba mantener su mente ocupada, la mayor parte del tiempo lo lograba, pero luego estaba ese mínimo porcentaje en dónde su mente se expandía y recordaba a Harry.

Cada objeto o situación le traía recuerdos.

Era bastante deprimente, ese brillo que envolvía a Louis se había apagado abruptamente, cada día sin falta lloraba en su nombre.

Estaba enojado con la vida, la típica frase de “el tiempo cura todo” era una vil mentira, el tiempo pasaba y él se seguía sintiendo igual de triste, igual de perdido, igual de miserable.

Realmente no sabía si iba a poder salir adelante, no era difícil ocultar su malestar ante los demás, fingir una sonrisa ya era costumbre para él. Todo cambiaba cuando se encontraba a solas, intentaba dormirse a penas se recostaba en su cama, intentaba olvidar el dolor que sentía, aún así Harry se hacía presente en sus sueños y el tacto se sentía tan real que el castaño despertaba pensando que todo había sido una horrible pesadilla y que Harry estaría durmiendo a su lado.

Pero lamentablemente nada fué una pesadilla, Harry no estaba a su lado, no tenía su brazo sobre su cintura de forma protectora, no sentía su respiración lenta en su nuca.

Mierda, dolía demasiado.

Be Brave |Larry Stylinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora