Capítulo 13

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—¿Es estrictamente necesario dejar que te acerques a mi con una aguja? —le pregunté a Aarón, mientras hacíamos unas prácticas en los laboratorios de la universidad. Todos estábamos agrupados de dos en dos y la actividad consistía en tomar muestras de sangre para hacer análisis simples, lo que significaba que debía dejar que él me extrajera sangre.

— Ni siquiera lo sentirás —me aseguró, perdiendo la paciencia con mi actitud reticente.

—No sé, no me siento muy cómoda con la idea.

Aarón se rascó una mejilla, sin dejar de mirarme como si fuera un conejillo de indias.

—Luego podrás pincharme tú a mí —y eso sí que me interesaba, así que al fin le tendí mi brazo, permití que me colocara el torniquete y que tomara mi sangre.

Ahora podía decir que Aarón había tomado mi sangre, esa historia vampírica ya era más profunda que toda la saga de Crepúsculo.

Me sorprendió que realmente no sentí el pinchazo, él a pesar de su personalidad hostil tenía manos gentiles y antes de que me diera cuenta tenía una bandita en el lugar del pinchazo y su brazo extendido para que invirtamos los roles.

—¿Eso fue todo? —pregunté un poco desconcertada.
—¿Qué esperabas?
—Sufrimiento intenso, pero de verdad lo haces bien. —musité, colocando el torniquete en su brazo.
—Nunca te hiciste un análisis ¿o qué? es solo un piquete.
—Claro que me hice análisis, de hecho soy una donadora recurrente de sangre. —repliqué.
—¿Ah, si? Que altruista.
—¿Qué puedo decir? mi sangre es rara y valiosa, no puedo negársela al mundo. —Aarón me miró enarcando una ceja.
—¿Eres AB negativo?
—Sí, ¿por qué me miras así?
—Nada, ya toma la muestra de una vez. —respondió con un repentino cambio de humor.
—Ups, creo que fallé... —comenté, quitando la aguja—, tus venas son muy delgadas... —una vez más procedí a introducir la aguja en su preciosa piel, Aarón se negaba rotundamente a quejarse, aunque hizo una mueca para el tercer intento—, quizás se te hinche un poco... pero no estuvo tan mal. —le dije, mientras limpiaba su antebrazo con alcohol.

—Eres una sádica. —respondió, alejando su brazo para colocarse él mismo la banda adhesiva.

—¿Por qué tomas esta clase? —le pregunté al cabo de un rato, después de llevar horas juntos supongo que nacía irremediablemente la necesidad de entablar una conversación como lo harían las personas normales—, tu nivel obviamente supera con creces a estos contenidos...

Él se encogió de hombros, las gafas de marco negro que solía usar se resbalaron por su nariz y volvió a empujarlas a su lugar con el dedo índice como en los animes, solo faltaba que los vidrios se pusieran blancos y esbozara una sonrisa misteriosa.

—Tuve tutores privados desde muy joven, asistí a algunas academias de preparación universitaria y también estudié mucho por mi cuenta, realmente no necesito cursar mucho del contenido de la carrera, pero para obtener la titulación debes tener un mínimo de horas cátedras cursadas.

—Ah, con que es eso. Que envidia ser un genio y no tener que esforzarte.
—Tú no lo haces mal. —me dijo y entonces me incorporé, fingí limpiarme los oídos y ladeé la cabeza.
—¿Qué? ¿eso fue una especie de cumplido?
—No te emociones, lo dije por decir.

—Querido diario —recité, escribiendo en un teclado invisible—, hoy Aarón me dijo que no lo hago mal como estudiante, en su universo eso probablemente quiere decir que me ama en secreto...
—Ridícula. —se quejó, aunque me pareció ver un leve sonrojo en su mejilla mientras volteaba la vista en otra dirección, eso me hizo sonreír con sorna.

                          ***
En la tarde de aquel día decidí descansar un poco, para variar Aarón no me esclavizaría con asuntos del proyecto y las clases habían terminado, entonces pensé que nada podría interrumpir mi día de flojera, hasta que me topé con Adam por el campus.

Círculo Vicioso [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora