Capítulo 7

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—¿Está muerta? —preguntó Jenny, era su voz, la reconocería en cualquier parte aunque todo estaba un poco oscuro alrededor.

—Luce bastante muerta... ¿la pinchamos con un escarbadientes para comprobar? —ese quizás era Julián.

—Me parece buena idea.

—Creo que empieza a despertar. —los interrumpió Sabrina, con su vocecita dulce.

La cabeza me dolía, la espalda me dolía, la dignidad también me dolía..., en definitiva era un saco de dolor, el ojo derecho me punzaba y la cabeza me daba vueltas y pesaba como un bloque de concreto. Me incorporé arrugando la frente y entonces los vi a todos allí: Jenny, Sabrina, Eric, Julián, Adam y Aarón, observándome, al igual que todas las personas cien metros a la redonda. De pronto recordé todo, me había entrometido en la estúpida pelea de esos dos y el codo de Adam al tomar impulso... oh mierda.

—Probablemente quede un moretón, pero por ahora no luce tan mal... —me dijo Aarón, aproximándose a mí. Había resaltado bastante el por ahora.

—Es bueno saberlo —susurré, sobándome la zona afectada. Se sentía hinchada y caliente.

—Todo fue tu culpa —le señaló Adam, acercándose también, al parecer trataba de comprobar la presencia de contusiones importantes. Aarón gruñó un insulto y por un momento pensé que nuevamente intentarían matarse allí mismo, pero no ocurrió, sino que Aarón suspiró irritado y sacó de su mochila una botella de agua, lo miré confusa en cuanto me la tendió

—Está fría, úsala hasta conseguir hielo. —murmuró hoscamente, antes de irse sin más.

La escena desde fuera debía verse bastante bizarra, así que me incorporé del suelo y me sacudí la ropa lo más dignamente que pude, lo cual era muy difícil considerando los acontecimientos recientes y la botella apoyada en mi cara. Jenny me miraba interesada y pude leer en sus labios un "¿Qué demonios fue eso?" De verdad, de verdad me gustaría saberlo.

—Todo el mundo va a hablar de esto.—me dijo cuando por fin todos decidieron marcharse, Adam había insistido en llevarme con un médico en un centro de salud privado, a lo que me negué, así que se fue también diciendo algo sobre una indemnización por daños antes de desaparecer, mientras los mellizos ofrecían cien billetes a cualquiera que se atreviese a probar la comida misteriosa de la clase de gastronomía sin quedarse ciego en el intento.

—Ya lo sé.

—¿Por qué no me dijiste que te acostabas con Aarón, el bárbaro? Hubiese dejado de tomar sus calzones de los vestidores, mi sentido de la moral es muy fuerte con mis amigas...

Rodé los ojos, incrédula.

—No me acuesto con él... solo estuve escondida en su armario unas cuantas horas.

Para la tarde la falsa noticia de mis aventuras sexuales con Aarón se habían corrido por toda la universidad (tenía la ligera sospecha de que la responsable era principalmente Jenny), mujeres que no conocía de nada me miraban con odio al pasar (y también uno que otro chico), murmuraban y me señalaban con desprecio, como si no creyeran posible que alguien como yo fuera capaz de seducirlo, mientras muchos hombres me observaban con un repentino interés, como si de alguna forma me hubiesen crecido los pechos o me hubiese vuelto una bomba sexual, lo cual de veras no tenía sentido... ¡Tenía un ojo morado! Pero allí estaban todos, mirándome. No decidía cual mirada me incomodaba más, definitivamente se estaba mejor siendo invisible.

—Me voy a casa. —dije a Sabrina antes de entrar a la última clase.

—Pero aun falta la clase de fisiología...

Círculo Vicioso [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora