Prólogo

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31 de Octubre del 2022, Londres, Inglaterra.


Las calles de la ciudad de Londres eran adornadas por las decoraciones de Halloween, personas disfrazadas que corrían de un lado a otro emocionados por el juego. Un hombre entró en la Taberna Dungeon y buscó entre la multitud a quien le había hablado días antes, al divisar a la persona sonrió y se acercó a pasos apresurados hasta que llegó a su lado para tomar asiento.

—Tardaste. — tomó de la cerveza, el hombre formó una mueca.

—Sí, bueno, tu idea de hacer el London Dungeon¹ fue terrible. ¿Por qué planteaste eso? Tardé mucho entre los niños...

—Deja de quejarte, sabes que no nos dejan venir aquí así porque sí sin hacer el recorrido antes...

—¿Para qué me llamaste? — se formó una sonrisa en su rostro.

—He leído sobre tí, el gran Grimmel, tu empresa era de las mejores en Europa hasta que te destronaron ¿no? Los Haddock y Frost te aplastaron. — el hombre rio.

—No fueron mis mejores momentos. — hizo una seña al chico de la barra para que le diera su bebida. — Tiene años, siete para ser exactos, ya no me dedico a eso...

—¿Qué me dirías si te doy la oportunidad de destruirlos? — los ojos de la persona a su lado brillaban y el hombre frunció el ceño.

—¿Destruirlos? ¿Cómo? ¿Hundiendo sus empresas? Por Dios, parecen tener una maldición o algo porque siempre que están por quebrar, se libran de esa mágicamente.

—Jack Frost está casado con Elsa Arendelle ¿sabías eso? — bebió de su cerveza y la bebida del hombre llegó, le dio un trago.

—Sí, todo Londres sabe de su unión, el maldito tuvo suerte con es chica... — se burló.

—Ella es la clave.

—¿Qué ?

—Piénsalo ¿cómo lograrías hundir a los Haddock? Los Frost son sus aliados más fuertes, si vas contra la chica, ellos caen y podrás dar tu golpe a Hiccup y Estoico. — el hombre dio un trago más largo.

—¿Por qué debería hacerlo? Tiene años ¿qué me garantiza que sucederá?

—Yo te lo garantizo, necesito que me ayudes con unos pequeños favores y yo podré ayudarte a que tu empresa vuelva. — el hombre rio.

—Muy tentador, lindura, tentador... pero ¿por qué lo haces? — preguntó el hombre y la persona a su lado miró hacia otro lado.

—Jack Frost me arrebató a alguien muy importante para mí, debe pagar por lo que me hizo, él y su esposa, deben hacerlo...

—Escucha, si quieres mi ayuda debes decirme la razón correcta para que decida ayudarte. — se levantó del lugar y sacó su billetera para dejar algo en la barra y darse vuelta para alejarse. — Esto fue una pérdida de tiempo.

—Grimmel, eres buscado en Estados Unidos por homicidios y robos ¿no? — el hombre se detuvo y giró un poco la cabeza para notar una sonrisa traviesa en su rostro. — Vaya que cambiar tu nombre por uno que te agradara fue listo pero tengo contactos...

—¿Cómo sabes eso? — la miraba molesto y la mujer rio.

—Tengo trucos bajo la manga que te sorprenderías si te dijera sobre ellos...

—¿Qué es lo que quieres? — se sentó a un lado y ella sacó un viejo cartel de su bolso y se lo tendió al hombre. Grimmel lo desdobló y la miró sin entender. — ¿Qué es esto? ¿El rostro de...?

La pesadilla de Elsa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora