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13 de Noviembre del 2022, Londres, Inglaterra

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13 de Noviembre del 2022, Londres, Inglaterra.

No tenía mucho rato que había despertado y no recordaba cómo había llegado a ese lugar tab frívolo y horrible. Su cabeza dolía al igual que su espalda baja, miró su cuerpo que estaba cubierto por una de esas batas blancas que usaban para los pacientes de hospital. La máquina junto a ella emitía un molesto sonido que iba a la par con los latidos de su corazón, y en su mano izquierda tenía una aguja que le suministraba algo que ella pensó se trataba de suero.

<<Patético>>. Pensó ella.

La rubia dirigió su mano derecha a donde sabía que le habían disparado y sintió una venda que le rodeaba parte de la cintura... lo último que recordaba era que estaba a punto de decirle a los policías sobre lo que ella sabía acerca de Rapunzel Frost y la policía novata que era pareja de uno de los jóvenes partícipes de la investigación... luego de eso, recordaba despertar en medio de gritos, fuego y lágrimas fuera de la estación de policía, luego de eso, recuerda ver todo negro y desmayarse de nuevo.

Los pasillos del hospital se escuchaban poco transitados, las blancas paredes que le rodeaban y el aroma a medicina no le agradaba del todo, era como estar en medio se un centro de gente herida y necesitada, no quería estar ahí. Así que intentó hablar pero su garganta estaba seca, junto a su cama observó un vaso de agua y una pastilla para el dolor de cabeza por lo que no dudó en tomar ambas cosas para aclarar su voz.

-¿Hola? - la rubia intentó llamar de nuevo, vio a varias personas a fuera... o al menos era lo que notaba por las sombras que se formaban en la ventana y la puerta frente a ella, intentó varias veces que le escucharan pero parecía inútil y estaba segura de que hablaba fuerte. Un ruido en la segunda puerta junto a la camilla donde se encontraba la alertó, al abrirse y dejar ver quién emergía de su interior frunció el ceño. -¿Qué haces aquí?

-¡Vaya, la señorita Astrid, alias bella durmiente ha despertado al fin! - sonrió el hombre mientras sacudía sus manos queriendo secarlas.

-Vuelvo a preguntarte, Grimmel. ¿Qué haces aquí?

-Vengo a visitarte, te desmayaste dos veces ayer por la bala recibida por la parte de atrás.

-¿Tú cómo sabes que recibí...? - se interrumpió a sí misma cuando una idea que para nada le gustaba se le vino a la mente. -¿Fuiste tú?

-¿Yo qué? - el hombre comenzó a caminar por la habitación para acercarse a la ventana y bajar las cortinas delicadamente

-¿Fuiste tú el que me disparó? - el hombre detuvo lo que hacía y lo miró tragar duro. Lo que le soltó a ella un jadeo sorprendida. -Esto es fantástico, ahora resulta que a la misma persona que contraté para vengar a Hans quiere matarme y ni siquiera sé...

-No fui yo - la interrumpió y retomó lo suyo. -Ni siquiera estaba ahí cuando pasó el ataque a la estación.

-¿Por qué debo de creer en ti? Puede que quieras matarme y encargarte tu mismo de la policía.

La pesadilla de Elsa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora