Capítulo 1

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Kongpob's POV

Déjenme resumirles mi vida, mi lamentable vida. 

He estado completa y estúpidamente enamorado de la misma persona hace dos años exactos; ni un día más, ni un día menos. El grandioso problema aquí era que mi jodido enamoramiento es unilateral, extremadamente unilateral.

Durante los últimos dos años de mi vida he observado a la misma persona, admirándolo, deseando día con día ser más cercano a él, pero lamentablemente, tenía que recordarme a mí mismo que debía ser realista y que era imposible que Arthit me viera de la misma forma en la que yo lo veía a él.

Conocí a Arthit en mi fiesta de cumpleaños número 24, es hijo de una famosa y millonaria corporación, nacido en cuna de oro, con todos los lujos que cualquier niño rico podría tener.

Había escuchado su nombre en innumerables ocasiones, después de todo, era el heredero de la corporación en dónde yo trabajaba, su padre, un hombre al cual admiro, lo había mencionado repetidas veces, "Kong, espero que seas amigo de Arthit, tenerte cerca le hará muy bien", me había dicho, y no fue hasta mi fiesta de cumpleaños que por fin conocí a Arthit Rojnapat.

Joder. Había sentido atracción por otros hombres en el pasado, pero lo que sentí al ver a Arthit sobrepasó una simple atracción.

No fue obvio solo para mí, fue obvio para todo el maldito mundo.

Durante todo mi cumpleaños pasé buscando con la mirada a Arthit y cuando lo encontraba, una sonrisa amplia aparecía en mi rostro sin poderlo evitar. Aún recuerdo ese día, porque hasta ahora, me pasa exactamente lo mismo cuando lo veo.

Me gusta la forma en cómo sus labios se curvan en una sonrisa, en cómo sus ojos se hacen más pequeños, me gusta cuando el hoyuelo de su mejilla se pronuncia, su tono de voz me ponía mal, sus ojos, su nariz, sus labios; todo de él, me había vuelto loco desde el instante en el que lo vi.

Pero reitero, era un enamoramiento unilateral. 

Arthit y yo ni siquiera éramos amigos. ¡Claro! Todo el maldito mundo leyó de inmediato mi mirada cuando veía a Arthit, obviamente él también lo hizo. Incluso puedo entender su deseo de no acercarse demasiado a mí.

¿Qué hombre heterosexual querría ser amigo del abogado homosexual de su padre el cuál de inmediato se fijó en él? ¿En serio?

Era un poco... extraño, ¿no?

¿Y asqueroso? Temía parecerle asqueroso a Arthit, pero sospechaba fuertemente que efectivamente, asco era una de las tantas sensaciones que sentía hacia mí, así que me mantuve lejos, intercambiando solo las palabras necesarias cuando me tocaba hablar con él.

—¡Kongpob! —La voz de mi padre me sacó de mis pensamientos y alcé la mirada para verlo.

—¿Qué pasa?

—¿En dónde estás, Kong? ¿Emocionado por ver a Arthit?

—¿Qué? Yo no...

—Sí, sí, como digas. Deberías irte a vestir rápido, en cualquier momento llegará la familia Rojnapat, y dudo que quieras verte así cuando su hijo llegue, ¿verdad?

—¡Papá!

Renegué y me di media vuelta para ir de prisa a mi habitación a darme una ducha y colocarme algo decente. Mi padre tenía razón al decirme que no me quería ver así para cuando la familia de Arthit llegara.

—Joven Kongpob. ¿Qué traje sería para esta ocasión? —Me detuve en la puerta de mi habitación al escuchar la suave voz de Jas, una de nuestras sirvientas jóvenes.

—¿Cuál me recomiendas?

—Creo que definitivamente el traje blanco más nuevo le sentaría muy bien. —Mencionó con una sonrisa y yo hice una mueca de aprobación.

—Entonces ese blanco será.

—Lo iré a buscar, joven Kongpob.

Asentí y de inmediato me dirigí al baño para darme una merecida ducha, tomándome el tiempo necesario, preparándome mentalmente para la visita de la familia Rojnapat.

Hoy era mi cumpleaños, y se había hecho costumbre el que nuestras familias pasaran juntas este tipo de celebraciones. Teníamos una excelente relación y por alguna extraña razón, sentía que la familia Rojnapat me apreciaba más de lo necesario.

Salí del baño, viendo que un elegante traje blanco ya estaba en la cama, me acerqué para vestirme de inmediato y minutos después, cuando ya casi terminaba, escuché unos suaves toquidos en la puerta.

—Joven Kong. ¿Necesita ayuda?

—Sí. Pasa, Jas.

Jas ingresó y se acercó hacia mí para tomar el saco del traje, me ayudó a ponérmelo y después, ella hizo el nudo de mi moño.

—¿Luzco bien? —Le pregunté alzando una de mis cejas y ella rió un poco.

—Usted siempre luce bien, joven Kongpob. —Mencionó y al final me dio un par de palmaditas en el hombro, sentándome en una silla para peinarme el cabello. —La familia Rojnapat llegó hace poco tiempo. Están preguntando por usted, no debería hacerlos esperar, sabe cuánto lo aprecian.

—Lo sé, Jas. Es imposible no apreciarme.

Ella volvió a reír, terminó de peinar mi cabello y con una venia salió de mi habitación.

Me quedé unos cuantos segundos ahí de pie, observándome fijamente en el espejo de cuerpo completo pegado a mi pared antes de tomar el valor de salir del cuarto y caminar por los extensos pasillos hasta llegar a la planta baja, justo a la sala principal.

Hace 3 meses no veía a Arthit, así que controlar las mariposas de mi estómago cuando lo volviera a ver no iba a ser un trabajo fácil, pero apenas lo vi, mariposas fue lo último que sentí. Bueno, sí las sentí, pero no con la libertad que hubiera deseado.

—¡Kong! —La madre de Arthit se levantó y se acercó para tomarme de las mejillas. —Mira que apuesto te ves. —Le sonreí, intentando ser lo más amable que pudiese, pero mis ojos se seguían dirigiendo hacia donde Arthit, observándolo con curiosidad.

—¡Feliz cumpleaños, Kong! —Ahora fue turno de la hermana menor de Arthit, quien se acercó para darme un suave abrazo.

—¿Y Aran? —Pregunté con curiosidad, Aran era el hermano menor de Arthit, nuestra relación era muy buena, así que me extrañó no verlo ahí.

—Él... —La hermana de Arthit, Aris, comenzó a hablar, dirigiendo una mirada avergonzada hacia Arthit. —Está peleado con Arthit y...

—Y no me quiere ver. —El mencionado se levantó del asiento, tomando la mano de la joven que estaba a su lado.

"¿Qué rayos?"

No entendía una jodida mierda hasta que Arthit se acercó hacia mí y con una sonrisa me dio la respuesta de toda esta maldita incógnita.

—Feliz cumpleaños, Kongpob. Ya conoces a mi acompañante, pero déjame presentártela de nuevo, ella es Lena, mi prometida.

Parpadeé varias veces y mi vista se dirigió a la chica, frunciendo el ceño de inmediato.

—Feliz cumpleaños, Kongpob. —Se escuchó su chillona voz y les juro que quise vomitar encima de ella en ese momento.

"¿Qué carajos pasaba aquí? ¿Lena no era la prometida de Aran?" 

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