Capítulo 4

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Kongpob's POV

—¿Está todo bien, Kong?

Escuché voces a mi espalda justo cuando las figuras de Arthit y Lena desaparecieron. Me giré, encontrándome con toda la familia despierta. Y cuando digo toda, era toda. Mis padres, hermanas, los padres de Arthit, Aris, mi sobrina, incluso Jas y algunos otros sirvientes.

—Lo lamento mucho, ¿los desperté? —Pregunté avergonzado.

—No fuiste tú. La voz chillona de Lena despertaría a un caballo sedado. ¿Qué sucedió? —Aris preguntó, acercándose para colocarse enfrente de mí.

—¿Lena hizo algo? —La mamá de Arthit preguntó y solo asentí un poco con la cabeza.

"¿Estaba bien echarle toda la culpa a esa mujer?"

"Por supuesto que estaba bien".

—Digamos que fue un poco... —Comencé a hablar.

—No es necesario que expliques, Kong. —El señor Rojnapat me robó la palabra, obligando a que mis ojos se dirigieran a él. —Arthit está demasiado cegado por Lena, era la prometida de Aran, lógicamente no vemos nada bien esta situación, pero como padres, hicimos el trato de no entrometernos en las decisiones personales de nuestros hijos... Tampoco podemos obligar a Arthit a separarse de ella.

Suspiré profundamente luego de haber asentido y bajé la cabeza al no encontrar las palabras adecuadas para responder.

—No te preocupes, querido. —La mamá de Arthit se acercó, acariciándome suavemente la espalda. —Sabemos que quieres a Arthit, pero tú mismo has visto la situación. Estoy deseando que puedas conocer a alguien merecedor de ti. Conozco a mi hijo, es tonto y ahora ha demostrado ser más que tonto, no te quedes estancado en él, aunque amaría tenerte como yerno.

Sonreí un poco ante sus palabras, tal vez incluso solté una risa agradable, un poco avergonzado por lo que había escuchado.

"Debí de haber sido un santo en mi vida pasada para que esta familia me aprecie tanto".

Y la verdad detrás de esta relación, era algo que no entendía todavía. Los padres de Arthit siempre habían sido amables y respetuosos conmigo desde el principio, brindándome las oportunidades para crecer día con día, hasta el punto en que, la relación entre nuestras dos familias llegó a esto.

Nos despedimos y una vez volví a estar bajo el refugio de las cuatro paredes de mi habitación, me tumbé a la cama de nuevo, poniéndome boca abajo para bloquear cualquier destello de luz, hasta que Morfeo hiciera de las suyas y me llevara por esta noche.

Me sentía triste; no lo iba a negar.

Sabía que Arthit nunca había tenido sentimientos hacia mí, me había convencido de eso noche tras noche, pero, dolía recordar la mirada con la que me observó, también dolía recordar las palabras frías que me dijo directo a la cara.

"No hacía falta ser tan agresivo, eh".

Pero agradecía la cruda honestidad de Arthit, lo de hoy, había sido un hito para decirle adiós a mi maldito amor no correspondido, adiós a mis esperanzas e ilusiones. Si Arthit deseaba tenerme lejos de él porque "lo incomodaba" justo eso iba a hacer.

Venga, no me podía morir de amor, ¿verdad?

Aunque hoy me sintiera mal; no duraría para siempre.

Apenas la luz del sol se coló por las ventanas, rodeé en la cama con pereza y sin ganas de levantarme, pero debía hacerlo para desayunar y despedirme de la familia Rojnapat.

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