Capítulo 18

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Kongpob's POV

Si pensaban que me iba a quedar con la duda de lo que aquella noche platicaron Jin y Arthit estaban muy equivocados. ¡Soy abogado! Por Dios, no me podían dejar con alguna duda que hiciera escocer mi curiosidad y mis ganas de saberlo a costa de todo.

La gran pregunta a todo esto era: ¿cómo rayos lo iba a averiguar? Sí, sí, soy abogado, pero no detective.

Después de unas noches de estarlo pensando, no me quedó de otra mas que preguntarle directamente a otras personas; así que eso hice, pero no importaba qué, Aris, Aran, Khun Dan o Khun Mari, todos me respondían que solo eran conocidos, que a veces se llegaban a ver en fiestas o celebraciones, pero nunca habían sido cercanos.

"¡Esa plática definitivamente había sido entre dos personas cercanas entre sí!"

En realidad tenía una ligera, ligera, ligera, ligera sospecha de lo que ocurría entre esos dos, pero no necesitaba suposiciones, necesitaba saberlo de forma directa y con pruebas.

"¡Eso! ¡Pruebas!"

Pero, ¿cómo conseguir pruebas?

Solté un suspiro exasperado y me eché encima del sillón de mi oficina, me importó poco subir mis pies con todo y zapatos en un vano intento de relajación, los engranajes en mi cabeza estaban haciendo su mejor esfuerzo por trabajar y pensar en alguna idea ingeniosa, lamentablemente, me comenzaba a sentir decepcionado de mí mismo. Se supone que yo solucionaba problemas, ¿por qué no podía solucionar este?

Y es que, todo esto me hacía sospechar que la relación entre Arthit y Jin era cosa suya y nada más, que tal vez nadie se dio cuenta de nada, que tal vez nunca lo hablaron con nadie más.

Arthit dijo que Jin solo se protegió a sí mismo, pero ¿de qué?

Oh, Dios. Me iba a volver loco si no encontraba una salida para llegar al final de todo esto. Otra pregunta que me golpeaba el cerebro era: ¿dónde rayos se había metido Lena?

No me malentiendan, yo estaba muy feliz y complacido de no ver su engreída sonrisa cada día de mi existencia, pero esto me resultaba tan abismalmente extraño que no lo lograba comprender. Estuvo todos los días con Arthit, lucía un bonito anillo de compromiso y trató de ocultar su orgullo cuando la boda fue aplazada.

¿Por qué desaparecer? ¿Por qué no volver a asomar su cabeza en la mansión de los Rojnapat?

Me enderecé para sentarme en el sillón y mirar un punto vacío en el piso como frecuentaba a hacer cuando pensaba. 

Si juntaba todas las formas que tenía de averiguar la verdad, no tenía ninguna que fuera legal ni moral, pero ¿qué importaba? Tenía la curiosidad picando cada poro de mi cuerpo y como siempre, iba a satisfacer esa sensación; tenía que satisfacerla y estar completamente seguro de mi corazonada.

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—Kong, ¿qué quieres averiguar realmente? —El tono de voz de Aran sonaba cansado, pero no me importó en lo absoluto, mi pie continuaba golpeando constantemente el piso.

—¿Sabías que tu hermano y Jin fueron compañeros en el pasado? —Lo miré entrecerrando los ojos y Aran, como por milésima vez terminó suspirando y negó con la cabeza.

—Ya te dije que no, Kong, es como la quinta vez que lo digo. Solo sabía que se habían visto en algunos eventos, pero no que habían ido a la misma academia.

—Es que hay algo entre esos dos... —Solté un agitado suspiro, liberando el aire que parecía estar estancado en mis pulmones.— Aquella vez cuando celebrábamos que Arthit había salido por fin del hospital, le pidió hablar. ¡Arthit le pidió hablar, Aran! —Exclamé.— Sí, estaba medio borracho, pero mis neuronas aún funcionaban como para darme cuenta que la petición fue extraña, los seguí hasta la biblioteca y hablaron de cosas sin sentido. Puedo apostar que Arthit tuvo el valor suficiente de acercarse porque todos ya estábamos en mal estado, sino no lo hubiera hecho, eso no es normal, ¿verdad?

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