La vida después de la muerte [Yugkook] (Adaptación)

Capítulo 21

- Papá. -Dijo.

- Quiero hablar contigo, YuGyeom

Su rostro palideció un poco debido a la sorpresa, pero logró asentir y abrir la puerta de casa para entrar y conversar en un mejor lugar.

Aquel hombre tomó asiento sobre el sofá de la sala mientras esperaba pacientemente una taza de café, siendo una noche fría, una taza de café era bienvenida, en especial cuando debías hablar con alguien, aunque con la tensión impuesta en el ambiente podría decirse que no sería una plática del todo agradable.

- ¿Cómo esta mamá? -Intentó iniciar una conversación agradable, pero parecía que la suerte no estaba de su lado hoy.

- Lo sabrías si fueras más seguido a casa. -Respondió con un tono desabrido. - Pero los dos sabemos que no vine para que hablemos de tu madre.

Él asintió rendido, su rostro se tensó al mirarlo fijamente esperando que soltara las palabras que seguramente eran solo para reprenderlo.

- ¿Por qué no me dijiste que ahora trabajas con la competencia?

- Papa, y-yo... -Fue interrumpido por el impacto de una mano golpeando su mejilla izquierda.

- ¡¿Cómo te atreves?! -YuGyeom se encontraba estupefacto, mientras que yo presencie aquello sin poder hacer algo.

No podía interferir, minutos antes mientras se encontraba en la cocina preparando café, me hizo saber que en ninguna circunstancia podía interrumpirlos.

- ¿Sabes lo vergonzoso que fue para mí enterarme por terceras personas en donde trabajas?, primero como recepcionista en uno de sus hoteles, pude tolerar eso. Pero luego saber que eres el secretario del vicepresidente. ¿Con que derecho lo hiciste?

- Necesitaba el trabajo. -Respondió, manteniendo su mano sobre su mejilla.

- Si necesitabas trabajo debiste habérmelo dicho, o mejor, no debiste irte desde un principio de la compañía. De tu compañía. ¿En qué pensabas?

No hubo respuesta de su parte, al contrario, solo dejó que su padre soltara todo lo que había venido a decir. Un sentimiento de culpa me invadió, estaba consciente que esta discusión no solo se debía al trabajo que le ofrecí, sino que también había algo más oculto y quizás podía saberlo si continuaba escuchando atentamente en lugar de interferir.

- Esa compañía no es mía, no es mi lugar y lo sabes.

- Claro que lo es, es donde perteneces. Pero tú y tú capricho lo arruinaron todo, difícilmente pude aceptar tus preferencias, dejar la compañía y que vivieras lejos de nosotros, pero como esperas que acepte el hecho de que ahora trabajas para ellos. -Dio un sorbo a su café y luego continúo con un tono severo, pero notándose de cierta manera apática. - Tu madre quiere que regreses.

- ¿Qué?, no, no lo haré.

- Eso mismo dije. No voy a permitir que regreses a casa, a no ser que estés dispuesto a seguir adelante con tu compromiso.

Esas palabras cayeron como un balde de agua fría sobre mí. Desconocía la razón por la que había dejado la compañía de su padre y aunque anteriormente quise saber la razón, no obtuve respuesta y aquel tema solo era esquivado, tampoco insistí demasiado en ello, supuse que tuvieron algún desentendimiento como padre e hijo, pero escuchar aquello fue algo que me costó procesar.

- Quiero, no, voy a continuar viviendo aquí y trabajaré en ese lugar hasta ser despedido.

- Lo sé. Eres muy obstinado como para escucharme, y si es lo que quieres entonces hazlo, pero si llegas a brindarles información de mí compañía no tendré más opción que hundirte a ti junto con ellos. Lo entiendes, ¿Verdad? -Asintió ante sus palabras.