La vida después de la muerte [Yugkook] (Adaptación)

Capítulo 27

Día 24:

- Estoy aburrido. –Comenté– Dije... ¡Estoy aburrido!

- Ya te oí. –La expresión en su mirada comenzaba a asustarme– Deja de desperdiciar el tiempo y piensa quien será tu próxima ofrenda.

- O mejor salgamos de aquí. –Negó, y continúo bebiendo su café- ¿Cuánto más piensa tardar?

El trabajo de hoy había concluido en un misterioso y al mismo tiempo sosegado silencio, algo inusual era ver a mi primo tomar cierta distancia de YuGyeom, quizás se debía a lo ocurrido la noche anterior, pero fue entonces que comprendí que no solo tomaba precaución con él, se mantuvo de esa manera con cualquiera que se acercara y eso simplemente no lo deje pasar. De alguna manera debía observarlo aún más cerca.

Haciendo a un lado los pensamientos que conllevaban a él, me dediqué a permanecer en silencio mientras esperábamos por la llegada de Taehyung quien invitó a YuGyeom a tomar un café y conversar como excusa. Algo extraño en él ya que no solía hacer este tipo de acciones.

- ¡YuGyeom! – Exclamó. Caminó rápidamente a donde el nombrado se encontraba, sentándose frente a frente. – Lo siento, tuve demasiado trabajo.

- Típica excusa. –Bufé.

- No te preocupes, entiendo.

Había amabilidad en él, quizás se debía a que podía comprender perfectamente lo que era llenarse de trabajo, aunque si supiera que se justificaba con lo mismo cada vez que llegaba a última hora, no pondría tanta cortesía en sus palabras.

Tae ordenó un café para y otro más para YuGyeom, mientras esperaban se entretuvieron hablando sobre sus respectivos trabajos y lo duro que puede ser a veces. Por otro lado, me dedique a mirar hacia la ventana, bostezando en cada momento que podía, había pesadez en mi cuerpo desde la última vez que use mi beneficio; en algunas ocasiones aquella fatiga se convertía en dolor, pero cada vez que ocurría intentaba disfrazarlo con una de mis mejores y falsas sonrisas. Era lo único que podía hacer al estar consciente de que YuGyeom notaba algo extraño en mí, pero aun así decidí ocultarlo. Suficientes preocupaciones le causé anteriormente y fue por ello que opté por callar.

Ignoré un poco la conversación que ellos mantenían para concéntrame y pensar quien sería mi próxima ofrenda.

No iba a mentir, por un momento en mi mente apareció la fugaz y desequilibrada idea de ser Taehyung la próxima alma, pero aquello solo desapareció en el momento que su voz se tornó seria. Mi mirada viajó hasta él, deteniéndome allí para comprobar si lo próximo que diría seria verdad o no.

- Quiero disculparme contigo, YuGyeom. –El nombrado lucia desconcertado al escucharlo, pero continúo para llegar a expresarse mejor. – Aquella noche en que bebimos junto a JiMin y Jin. De verdad, no quería decir todo eso sobre Jungkook.

- Lo llamaste bastardo. –Lo acusó. Taehyung bajó su rostro apenado, solía hacerlo cuando sentía el peso de la culpa en sus hombros.– También estuviste de acuerdo cuando Jin dijo que esperaba que él nunca despertara.

- Lo sé, y realmente lo siento. La culpa me corre desde esa noche. –Sus ojos se cristalizaron.

Pude verlo tragar pesadamente cuando YuGy le recordaba todas y cada una de las palabras que tanto él, como los demás dijeron sobre mí.

Lo admitía, tal vez no había sido el mejor amigo en el pasado, quizás cometí fallas en algunas ocasiones, pero jamás le habría deseado la mala suerte que me tocaba atravesar a alguno de ellos. Incluso en algún pequeño instante de todo lo que ocurría, de alguna manera me sentía agradecido de haber sido la persona que recibió aquella puñalada y el duro golpe en mi cabeza, estaba agradecido por ello solo por el simple hecho de saber que no les toco el mismo destino o algo mucho peor; a pesar de todo, estaba agradecido por mi desastrosa suerte.