Día 22:
- Despierta. –Una voz familiar hacía eco a mí alrededor– Jungkook, despierta.
Lentamente abrí mis ojos, parpadeé varias veces mirando a cada lado hasta percatarme que el lugar en donde me encontraba era nada más y nada menos que mi antigua habitación. Con calma levanté mi cuerpo que yacía tendido sobre el suelo, permanecí sentado un momento observando con mayor dedicación el lugar, los juguetes que permanecían sobre una esquina y mis libros infantiles colocados alfabéticamente sobre el estante, mi pequeño escritorio en donde solía hacer mi tarea cada tarde, incluso mi telescopio, todo estaba en su lugar.
- Jungkook, hijo. Despierta. –Aquella voz volvió a hacerse presente, mis ojos buscaron rápidamente a la persona que pronunciaba mi nombre con total serenidad.
- Hmm... cinco minutos más, por favor. –Casi no podía creerlo, o tal vez me negaba a hacerlo. Me coloqué de pie, mirando perplejo la escena.
Aquella persona que con tanta delicadeza me nombraba, no era otra persona que mi madre, mi tan amada madre. Sentada sobre el borde de mi cama mientras suavemente acariciaba mi cabello y no apartaba la sonrisa que había en sus labios, teniendo completa paciencia hacia su pequeño hijo de tan solo siete años que con holgazanería deseaba seguir en el país de los sueños.
Luego de que las caricias fallaran como despertador, no tuvo otra opción que comenzar con un ataque de cosquillas, provocando que aquel pequeño se removiera por toda la cama, lanzando carcajadas, suplicando piedad y una vez que el ataque sorpresa acababa, recibía un dulce beso en su frente seguido de un "el desayuno está servido"; y con eso ella se retiraba de la habitación y una mañana divertida iniciaba.Me encontraba de pie, mirando como mi "yo" de siete años se alistaba para asistir a la escuela, lo seguí hasta la planta baja en donde se adentraba a la cocina, saludando alegremente a Yoon y dispuesto a desayunar.
Analicé el lugar por completo, mientras que no tardé mucho en comprender que el día que estaba reviviendo era la fecha que marcó mi infancia y mi vida entera.Mi yo pequeño acabó con su desayuno y faltando veinte minutos para que su primera clase iniciara, se despidió presuroso, recibiendo un abrazo que duro mucho más que los que solía recibir habitualmente y con algo de brusquedad se deshizo de los brazos que lo acogían.
- Si hubiera sabido que ese sería nuestro último abrazo, no me hubiera soltado. –Hablé. Sabía que era solo una sombra que vagaba por un doloroso recuerdo.
Luego de que el pequeño se marchó, seguí los pasos de mi madre hasta verla sentarse sobre el sofá. Si tan solo hubiera sido más observador en aquel entonces, sabría que ella no lucia nada bien. Con sus ojeras siendo más profundas, su tez pálida destacando aún más y una áspera tos escapaba de su boca, este no era el mejor de sus días.
Mi nana Yoon se apresuró en extenderle los medicamentos, que con algo de lentitud ingirió, su exhaustivo cuerpo no le permitía permanecer por tanto tiempo de pie, pero a pesar de su condición ella continuaba despertando a aquel chiquillo despistado que era, y con una cálida sonrisa me recibía al regresar de la escuela. Nunca comprendí porque se había forzado tanto en permanecer a mi lado o por qué a pesar de su enfermedad alegraba y cuidaba de todos, olvidando que era su cuerpo el que se desmoronaba y que debía ser ella quien recibiera el cuidado de los demás. El porqué, a pesar de sentir tanto dolor continuaba sonriendo.
Con la ayuda de otras personas, mi nana pudo dejarla descansando en su habitación. Cuando todos abandonaron el lugar para que ella pudiera relajarse, descansar y recuperar la poca fuerza que le quedaba, con pasos temerosos me acerqué ubicándome sobre el borde de su cama.
Sus ojos luchaban por no cerrarse y su respiración comenzó a ser irregular, sabía lo que pasaría. Inevitablemente una lagrima cayó por mi mejilla, la cual no me molesté en detener, el desconsuelo que sentiría luego no se iría, y eso lo sabía.
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La vida después de la muerte [Yugkook] (Adaptación)
RandomSinopsis: Siempre tuve presente que algún día moriría, pero honestamente, jamás había pensado que ese día llegaría tan pronto, aún tenía tantas cosas que quería hacer, tantos planes, pero mi hora había llegado y no pude hacer algo para evitarlo. - ¿...