Día 8:
Habían pasado cuatro días en cuales no hice absolutamente nada. Solo me había dedicado a auto compadecerme por lo estúpido y ciego que fui al no notar el engaño de mi prometida, pero eso ya no importaba. Parte de que dejara de sentirme tan miserable fue debido a YoonGi, fueron sus palabras las que me hicieron saber lo equivocado que estaba respecto a muchas cosas de mi vida.
Dejé aquella angustia de lado y me dedique a hacer solo dos cosas, o mejor dicho a intentar hacerlas. Una de ellas era disculparme con YuGyeom por mi mal comportamiento, algo difícil de hacer ya que desde aquel día solo fui ignorado y admito que lo tenía bien merecido. Mi segundo objetivo por cumplir era buscar las almas y ya había encontrado la primera, pero si debía ponerme en marcha primero debía hablar con YuGyeom.
- Lo haces bien. –Intenté animar el incómodo ambiente que se generó alrededor de nosotros después de mi estúpido desquite.– Aprendes muy rápido YuGyeom, me impresionas. –Lo veía acomodar cada papel que tenía en su escritorio, leerlos y colocarlos en sus respectivas carpetas, listos para ser archivados.
- Cállate, me desconcentras.
Intentar amigarme con él de manera indirecta no servía, por más que intentara iniciar una conversación era rápidamente esquivado o simplemente ignorado. Esto comenzaba a frustrarme.
- Ya que es viernes, no tendrás que salir con tus amigos o algo así, ¿Verdad? –El único sonido que se oía era el de la engrapadora. Suspiré pesadamente al no tener respuesta.– Oye YuGyeom, lo siento, ¿Está bien?
Tardo unos segundos antes de responder. – Parece que jamás te has disculpado de manera sincera, ¿Eh?
- Para ser sincero, no, jamás tuve que disculparme porque no solía equivocarme. –Sonreí de medio lado. Tarde noté que mi respuesta había sonado un tanto presumida. – Oh, lo siento, yo no quise... - Rápidamente intenté enmendar las palabras que salieron a causa de mi ego, pero había sido interrumpido.
- Olvídalo. Eres un idiota.
El silencio, el abrumador silencio volvió a hacerse presente y no podía quejarme. Había desaprovechado mi única oportunidad de amigarme con él. Definitivamente nada salía como quería.
La última hora de trabajo la pasamos solos, Yang Mi ya se había marchado ya que tenía asuntos familiares que atender, algo que no me extrañaba en lo mismo, mientras que mi primo salió hacia más de tres horas de manera presurosa y sin decir una palabra. Extraño, pero no le di mucha importancia.
- Muero por ir a casa. –Extendí mis brazos hacia arriba mientras jugaba con estos.
- Puedes irte si quieres, aun me quedan cosas que revisar.
- ¿Y dejarte solo?, ni lo sueñes. Quisiera seguir molestándote un poco aquí, además no voy a dejar que camines solo por ahí. –Aquello último salió de mí sin ni siquiera pensarlo. Simplemente se escapó de mi boca de manera accidental, o al menos, eso pensé. Nuestras miradas se encontraron de manera sorpresiva, aunque no planee decir esas palabras, tal parece que habían soñado sinceras y eso causo que me dejaran ver a una YuGyeom desconcertado y con un poco de rubor en sus mejillas.
Casi sin quererlo mi mano intento acariciar su mejilla, pero me detuve, sabía lo que pasaría.
- Disculpa. –Una voz que conocía a la perfección interrumpió aquel momento. - ¿Eres el nuevo secretario de Namjoon?
- S-sí. –Aclaró su garganta y se posiciono correctamente en su asiento. - ¿Qué puedo hacer por usted? –Calló al no saber su nombre.
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La vida después de la muerte [Yugkook] (Adaptación)
De TodoSinopsis: Siempre tuve presente que algún día moriría, pero honestamente, jamás había pensado que ese día llegaría tan pronto, aún tenía tantas cosas que quería hacer, tantos planes, pero mi hora había llegado y no pude hacer algo para evitarlo. - ¿...