21. ~ Ésta es la odisea de los malditos. ~

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Su teléfono suena en mi bolsillo (Lo guardé camino a hospital).

-¿Quieres contestar? – Niega.

- Hazlo tú. – Obedezco haciendo una mueca ante la desesperada voz de Dorothy.

- ¿Skay? ¿Estás bien?

- Dorothy, soy Amy. Skay está bien.

- Tienes que llevarlo lejos de Filadelfia. No pueden volver por ahora. – Solloza y escucho golpes.

- ¿Dorothy? ¿Qué pasa? ¿Todo está bien? – Skay intenta levantarse, alarmado, pero Dylan no se lo permite mientras Alexandre me mira, atento a cualquier gesto o expresión.

- No se preocupen por mí. Mantén a Skay a salvo, por favor. Es mi niño, y  quiero irme sabiendo que está bien. – Los golpes se hacen más sonoros seguidos de gritos molestos.

- Dime qué pasa.

- No hay tiempo, Amy, solo escucha atentamente mi última voluntad. Ellos creen que la herencia Denver sigue en mis manos, pero no es así, está en las de Skay. Él es, por orden mía y de mi esposo, el heredero universal. Años atrás le he dado lo que lo llevara a ella, cuando lo tenga haz que se lo entregue a Mathew. Mantenlo a salvo y aléjense de los Pierce, pero sobre todo, de cualquier Denver. La envidia siempre es el detonante. – Su voz se rompe por un sollozo. – Dile que lo amo y que siempre estaré con él para evitar que se rinda. Un Denver no flaquea... - Suelta un grito ensordecedor que le impide continuar y luego se escuchan golpes acompañados de adoloridos quejidos que me hacen sollozar, hasta que la llamada se corta.

- ¿Qué ocurre? ¿Por qué lloras? – Pregunta Dylan, pero el llanto no me deja hablar.

- Amy, respira hondo. Necesitamos que hables. – Dice Alexandre.

- Dorothy... Está muerta. – Respiro hondo repetidas veces. La mirada de Skay se ensombrece y aprieta los puños.

Pero sé que tiene ganas de echarse a llorar. Era su abuela y la amaba. Y decírselo fue como ver a un niño pequeño que observa a su padre abandonarlo. Ver su rostro contraído por el dolor de saber que ha perdido a alguien más.

-Skay... - Intenta decir Dylan, pero este lo corta.

- Llamen a Mathew. Si no lo sabe, no se lo digan. Quiero que tenga programada una reunión con los Pierce para cuando lleguemos. Es hora de acabar con el asunto. – Espeta incorporándose lentamente.

- No creo que sea una buena idea levantarte.

- Guárdate las opiniones para cuando te las pida. – Me responde y no digo nada porque sé que está pensando con la cólera que en poco tiempo le dará paso al dolor.

- No creo que sean los Pierce... - Murmuro.

- Amy, ¿Qué fue lo que dijo Dorothy exactamente? – Pregunta Alexandre.

- Dijo que Skay tiene toda la herencia Denver en sus manos, pero quienes hicieron esto, creían que ella aún la poseía. También dijo que nos cuidáramos de los Pierce, no obstante, aún más de los Denver.

- ¿De los Denver? – Inquiere Dylan y Skay asiente.

- Marco, Tobías y Brent son los hermanos de Mathew, pero siempre le tuvieron odio por el favoritismo que Dorothy y Stefan tuvieron por él. Cuando todos tuvieron hijos, se presentó el mismo problema, yo era el favorito por lo que todos mis "Primos" conspiraban contra mí, acusándome de cosas que nunca hice y manipulando a Stefan a petición de sus padres. Hace unos años, Dorothy y Stefan escribieron su testamento y acordaron darle una considerable suma a cada hijo y nieto. No fue así, destinaron toda la herencia a Mathew porque él podría mantener el apellido en alto. Los demás se enteraron y desde entonces han intentado matarnos, con nuestra muerte la herencia podría ser repartida.

Te Enseñaré A Tenerme MiedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora