35. ~ Ya no sé quien eres. ~

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Ésta canción me encantó porque hasta cierto punto expresa lo que Amy piensa de Skay ahora, el Sr. Perfecto que está bien mientras ella no. Y es triste llegar a pensar así. 

Recuerden que esto es ficción, cualquier hombre o mujer que se atreva a mentirles o engañarles merece que lo/la dejen. No se engañen a sí mismos/mismas, ustedes siempre irán primero que los demás y a quién no le guste, suerte con él o ella. L@s amo mucho y espero que disfruten el capítulo. 

Shelsy. 


Son tantas cosas de las que no me había percatado... Tantos recuerdos que hemos creado, y todo fue a base de mentiras. Mentiras que alardea con orgullo.

-Amy. – Salgo de mi paseo al valle de los recuerdos y diviso al D. Pool y a Gabriel frente a mí.

- ¿Tienen el expediente? – Asiente y me lo tiende, lo tomo comprobando que sea justo lo que busco. La última vez que no analicé la información que me daban, Elliot Scott murió.

Le doy una ojeada empezando con su foto. Un niño de 14 años con una cansada y molesta mirada azulada observa la cámara con una mueca en el rostro, de hecho, ni siquiera está mirando a la cámara, sí no a quién está detrás de ella. Sigo pasando las páginas y luego cierro de golpe. Ya he comprobado lo que quería.

Gabriel y el D. Pool me miran expectantes. Ambos ansiosos, uno de miedo y el otro de satisfacción.

-Atalo a la silla. – Scott asiente y se apresura a hacer lo que le pido. Unos minutos después, el hombre está amarrado a la silla con un pedazo de tela en su boca sin posibilidad alguna de poder moverse o decir algo. Mientras Gabriel vigila la puerta (Aunque dudo que alguien venga, son pocos los que se aparecen por las últimas salas de los hospitales), me siento frente al D. Pool. – En estos momentos, me enfrento a un dilema, Doc. Podría matarlo... O podría hacer que Gabriel lo matara, pero no estaría muy feliz conmigo misma sí lo hiciera. – Puedo ver una chispa de esperanza en sus ojos y espero la sensación de culpabilidad que siempre aborda mi pecho en ocasiones así. Pero no llega, la he gastado, ya tengo culpabilidad para toda mi vida con lo que he hecho, no es necesario agregar más.

Tal vez no maté a Zayn (Cosa que me consuela hasta cierto punto), pero llevo tanto tiempo creyendo que así es que he aprendido a lidiar con la culpa, Skay quiso hacerme débil cuando me trajo aquí, pero le salió el tiro por la culata ya que por el contrario, me hizo inmune a su única arma. En este punto, matar no me duele, solo le dolerá a la persona que tenga la mala suerte de tener ese destino. Ahora soy como él, no estoy orgullosa de eso porque matar a alguien y sentirte satisfecho y sin culpa te hace un sociópata, pero matar y no sentir absolutamente nada te hace una persona sin alma.

¿Es eso lo que soy ahora? ¿La sombra de lo que era antes de llegar aquí? No es esto lo que imaginé como mi futuro. Pensé... Pensé que a mis 15 años  estaría en una escuela normal dónde mi única preocupación sería la respuesta que me daría mi madre esa misma tarde al preguntarle sí me dejaba salir de fiesta con mis amigos después de que buscara mi informe académico del semestre. Tal vez un novio que me hiciera reír de vez en cuando, que se molestara si me pillaba coqueteando con alguien y luego cuando me disculpara me besara y me susurrara lo mucho que me ama. Quizás cada mañana encontraría un "Buenos días, amor" de su parte, y luego saltaría en la cama por un rato pensando en lo afortunada que soy en ese momento.

Una linda imagen mental para terminar de arruinarme el día, señoras y señores.

-Puedo hacerlo yo sí no quieres. Sabes que no podemos usar armas por el ruido, hay que hacerlo manual. – Niego. Ya da igual la estúpida imagen mental de mi cabeza. Skay no es ese novio, tal vez Gabriel, pero sigue siendo un asesino. Y mi situación general no es para nada parecida a la de la Amy de mi mente.

Te Enseñaré A Tenerme MiedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora