O 10

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Bueno, quizá te estés preguntando qué pasó conmigo, la verdad entiendo tu confusión y tu enojo ya que yo sentía lo mismo en aquel momento, tampoco entendía muy bien lo que pasaba, el enojo y la tristeza me nublaban toda idea coherente que pudiera llegar a tener.
Pero después de dos horas; de gritar y llorar al viento sin que nadie me escuchara, decidí intentar si podía entrar a casa, lo cual fue absurdo por que la puerta estaba con seguro, pero le escribí una carta a mamá diciéndole todo lo que sentía, todo lo que la amaba y pidiéndole disculpas por tanto tiempo haberme guardado aquel secreto, la doblé y la
deslicé por debajo de aquella puerta de metal, la ventaja es que no tenía que esperar a que alguien la enviara por mi, podía hacerlo yo mismo, en ese mismo instante. Susurré una última vez que la amaba, y regresé por el mismo camino por el que había llegado, esta vez lo hice con calma, con mi respiración tranquila y disfrutando el tacto de las cosas, regresaría por respuestas, regresaría a despedirme para siempre.

Después de un largo camino, pude dar con el lugar que me había destrozado mi vida poco normal, estaba claro que lo último que yo recordaba no había ocurrido, que Dereck no me había rescatado y que no le había dicho a Olesia cuanto la odiaba, tampoco aquel hombre me había dicho que me podía ir, pero algo en eso si era verdad, todos en este edificio que tenía frente a mi podían ver, y ellos se aseguraban de que no volviera a ser así jamás, retiraban tus ojos y te dejaban a tu suerte, despiadados y sin ningún cuidado en absoluto, no recordaba nada de lo que había pasado después del beso con Olesia, pero estaba ahí para descubrirlo.
Tal vez esto parezca extraño y te estés preguntando si en realidad soy un fantasma ciego o algo por el estilo, y la verdad es que ni yo lo sé, lo sabría si pudiera ver, pero no todo se puede en esta vida, o...¿en esta muerte? ¿Sabes? Mejor olvidémoslo y sigamos.

Con mis frías manos toqué todo lo que estaba a mi alrededor, hasta que pude sentir aquella puerta de cristal que había visto cuando recién llegue aquí y aún podía ver, ¡bingo! Si podía entrar.
Me adentré al edificio y no tenía idea de a dónde iba, pero escuchaba voces por todos lados, recordé que la que era mi habitación se encontraba en el tercer piso, así que me dispuse a buscar las escaleras, escuchaba todo, las pisadas de la gente, las voces, y justo ahí fue donde me di cuenta que las pisadas en particular de una mujer en tacones me llamó la atención, el sonido hueco iba hacia arriba y cada vez se alejaban más, así que la seguí, subí y subí hasta dar con el tercer barandal que me indicaba que estaba justamente en el tercer piso, la única ventaja que tenía es que ya conocía este lugar con vista, y solamente tenía que recordarlo en mi mente para poder guiarme mejor.
Caminé hacia la izquierda y no había ningún ruido, tal vez todos estaban en la hora de comida o durmiendo, no estaba consiente de qué hora era en realidad, así que camine hacia la dirección contraria a ver si ahí podía escuchar algo que me hiciera orientarme, caminé unos minutos y casi al final del largo pasillo escuché un llanto desgarrador, me acerqué más y pude sentir la vibra triste de Dereck, lloraba muy desconsoladamente en aquel pasillo, me sentía impotente al no poder hacer nada al respecto, al no poder decirle que estaba bien y que encontraría respuestas para él.
En cuestión de segundos, Donovan se sentó a su lado y le susurró:

—No fue tu culpa, Byron sabía lo mucho que lo quisiste como un hermano, tranquilo.

Y tenía razón, Dereck había sido el hermano que nunca tuve, Dereck me había brindado su cariño y con eso estaba más que agradecido.

—No pude salvarlo Don...—susurraba Dereck aún con un llanto interminable, sorbía su nariz y nada podía pararlo.—Si hubiera llegado ahí a tiempo no se hubiera desangrado, él estaría vivo...

—La culpa es de Olesia y haremos que pague por ello, ¿si? —Puedo estar casi seguro que Donovan abrazó a Dereck en ese momento.—Vengáremos la muerte de Byron.

Sonreí, a pesar de que estaba pasando por un momento horrible, tuve amigos que me quisieron y ahora harían lo posible por que yo descansara tranquilo, mi cuerpo estaba pidiendo paz, y mi espíritu estaba aquí para conseguirlo.

No supe cuánto tiempo pasó, pero yo seguía tumbado en aquel pasillo, sabía que estaba frente a mi habitación, y de ahí podía escuchar todo, pero algo me decía que entrara, y así fue, aquella habitación jamás estaba con seguro así que me adentré lentamente.

—¡JODER, MALDITA SEA LAILAA! —gritó Kira, hasta me hizo sentir extraño, ¿me estaban viendo?

—¿Qué pasa? —dijo Laila bastante alarmada.

—¡SE ABRIÓ LA PUERTA SOLA!

—Deja de gritar, Kira. Me asustas...—y escuché que estaba a punto de irse, y me divertía un poco asustarla, así que cerré la puerta de nuevo, lentamente.

—¡MALDICIÓN! ¡KIRA SE CERRÓ LA JODIDA PUERTA! —gritó esta vez Laila.

Las sentí muy asustadas, y decidí parar y me senté.

—Es Byron—comentó Donovan.

Mi corazón dió un vuelco, y no pude evitar pintar una sonrisa en mi cara.

—¿Que demonios estás diciendo, Donovan?—sentenció Kira.

—¿Qué? Yo si creo en estas cosas, a lo mejor sólo viene a visitarnos, o tal vez nos quiere decir algo...—dijo bastante natural y tranquilo—Oh vamos, no me miren así, déjenme.

Las pequeñas risitas de Laila y Kira salieron de la habitación, no estaba seguro si el único aquí era Donovan y yo, o si estaba Dereck y Olesia aquí también, pero permanecí ahí, y de un momento a otro escuché la voz de Donovan.

—Byron...—susurró—Si de casualidad estás aquí, y me escuchas...—su voz era bajita, casi no podía escucharlo y me acerqué a él, escuché como sollozaba un poco pero siguió hablando.—Quiero que sepas que puedes descansar, sé que eres tú quien está aquí, sé que no estás descansando, puedes irte hermano.—lloró con más intensidad.—Te juro por mi vida, que haré lo posible por qué Olesia pague lo que te hizo, puedes irte teniendo en cuenta que Olesia no se saldrá con la suya...—hubo un silencio y después prosiguió.— Solamente...¿podrías darme una señal que eres tú?

Y sonreí, de verdad me sentía bien que alguien notara que yo estaba ahí, y no quería asustarlo, así que solamente me senté a su lado, la cama se hundió y toqué su hombro susurrando un pequeño "gracias."

—Joder...—dijo, y su llanto se intensificó.—estás aquí, hermano. —rió—no sabes lo feliz que me hace eso. —Pude sentir cómo su piel se erizó con mi tacto.— Puedes irte, hermano. Le dire a Dereck que estuviste aquí.

Sabía que Donovan se sentía culpable por haber tomado las cosas a la ligera, pero en realidad yo sabía que también le importaba, sabía las grandiosas personas que fueron él y Dereck, y con eso me bastaba.
Mi alma se sintió tranquila, me tenían en cuenta y ahora podría estar en paz, ya no era aquel cuerpo frío sin ojos, era un espíritu tranquilo, pude sentir como desaparecía poco a poco pero no tenía miedo, mis amigos se encargarían de hacer justicia por mi, y estaba más que agradecido.
Mi momento de decir adiós había llegado, y conforme pasaba todo eso, en aquella luz al final del túnel, pude ver a mamá, y mi corazón sé sintió vivo por un momento, no estaría solo nunca más.

Tranquilo, querido lector.
Esto no queda aquí...Yo, Byron Bloom está descansando tranquilamente, mi muerte sirvió para saber la verdad de aquel lugar, pero Olesia aún tiene una historia por contar.

FIN...
¿o no?

Mundo ciego. #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora