Una rosa delicada y sola
Una corriente de electricidad, miedo y adrenalina atraviesa mi cuerpo mientras dejo caer la nota al suelo y caigo con ella. Empiezo a temblar, las manos me sudan y un verdadero terror me invade de forma abrasadora. Intento calmarme, pero ¿cómo hacerlo cuando acaban de darte una carta en la que se ve te están amenazando de muerte?
Se supone que en este orfanato estaría segura, pero siento de todo menos seguridad. Veo la nota a unos centímetros, la toma y me levanto de nuevo. Giro y noto que Hatwin viene de regreso, pero en este momento no me encuentro en condiciones de hacer cualquier cosa que involucre concentración. Así que, tomando todas mis cosas y dejando a un Hatwin confundido, acelero y corro afuera de la biblioteca en busca de irme, de salir de aquí.
Todos se me quedan mirando y ese es el menor de mis problemas mientras corro. Choco momentáneamente con Ray, lo reconozco por su piel y el perfume que usa, aunque este quiere que me quede y le explique qué me sucede, lo evado para seguir mi camino.
—¡Ada! ¡Espera! —Escucho que me grita y lo ignoro mientras subo las escaleras.
Tal vez estoy montando un espectáculo, ¿y qué? Me han amenazado de muerte, no lo voy a tomar con calma. ¡¿Cómo carajos puedo calmarme?!
Trata de ser objetiva y bajale dos rayitas a tu histeria.
«¡Me vale, conciencia! Tengo miedo y quiero salir de aquí»
«Debo irme»
Por fin llego a la habitación y busco desesperada mis cosas, ya que no planeo quedarme ni un minuto más aquí. Sin embargo, no consigo ni arreglar mi ropa porque Rea me espera cruzada de brazos inclinada, apoyándose en una de las literas. Su mirada es arrolladora enmarcada con sus abundantes cejas. Lleva el uniforme del internado y debo admitir que le queda hermoso en su trabajado cuerpo.
Apenas logro darme cuenta de las lágrimas que salen de mis esferas azules, cuando siento mi camisa húmeda por las mismas y el sudor que baja desde mi frente gracias a la corrida que acabo de hacer.
—¿Alterada, Ruso? —Su voz es tan hipnotizante que me deja congelada en mi sitio—. ¿Nunca te dijeron que hacer espectáculos llama la atención de la directora y puedes recibir un castigo por ello?
—Ahora lo que menos me importa son esos malévolos castigos —respondo sin pensar. Mi corazón bombea voraz y mi pecho sube y baja.
—¿Sí? Wow, me sorprende esa valentía que acabas de adquirir, de verdad. —Sonríe como si le hubiera contado un gran chiste.
«Estúpida»
Me armo de seguridad gracias al miedo y mi instinto de supervivencia, para acercarme y hacer a un lado a Rea, lo cual la sorprende. Le regalo una mirada seria.
—No estoy para tus juegos, Rea. En este momento voy a recoger mis cosas y me iré de este lugar —explico agarrando mi bolso. No obstante, me detengo en el momento que escucho la risa de ella—. ¿Qué es tan gracioso para ti?
Rea se muerde el labio mientras sonríe de forma coqueta. ¿Qué es tan gracioso? ¿Soy payaso de circo para ella? ¿Le causa gracia mi temor?
—Me causa gracia dos cosas. La primera: Tu temor. —Se acerca hasta quedar a pocos centímetros de mí—. Es increíble cómo el temor puede influenciarte y activar algo en ti que posees. No eres así de ruda, solo una delicada rosa que intenta poner espinas de escudo para no poder corromperla.

ESTÁS LEYENDO
El Grito Silenciado. ©
Mystery / ThrillerPensé que lo peor en mi vida fue haberme quedado huérfana, pero hoy me retracto de eso. Lo peor fue haber terminado en ese orfanato y gracias a el descubrí tantos secretos oscuros, macabros y perturbadores. No solo del lugar, sino también de mi mism...