Capítulo 2.3: Reunión familiar

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Ambos partimos hacía lados distintos, Alex fue por la derecha mientras que yo fui por la izquierda, iré por la entrada trasera que está en la cocina y desde ahí, saldré y subiré por unas escaleras que van directamente a mi habitación.

Mientras tanto Alex entra por la ventana sin hacer ningún ruido, he intenta ir sigilosamente como habían acordado su plan así que, pasa raudo por los sofás, llega a las escaleras casi de inmediato y sospechosamente no percibe ningún ruido, este no le da mucha importancia y se dispone a subir las escaleras.

Alex: (susurrándose así mismo) No puede ser que el plan de Arwel este saliendo tan bien, si lo capturan lo ayudaré en cuánto llegue a la universi... Mierda...

La cara aliviada de Alex se transforma a una de decepción, luego de encontrarse a una mujer con una bata blanca similar a un velo de novia que la hacía parecer un ángel que ocultaba sus alas, con una piel tersa y blanca, un pelo largo que estaba amarrado con una cola de caballo y ojos color verde esmeralda penetrantes que miraban fijamente a Alex en la puerta de su habitación.

Ameli: Alexander Nicolas Keyfix Redold. ¡Vocabulario!, Vamos a tener una charla tú y yo, después de decidir tu castigo.

Alex: (Traga algo de saliva y preocupado dice) Espera... Si yo me encontré contigo, eso quiere decir qué...

(Justo en ese momento se escucha un grito ahogado junto con un sonido pesado y metálico todo al mismo tiempo provenientes de la cocina)

Alex: Mier... (mira de reojo a su madre y le devuelve la mirada levantando una ceja) Hermano también fue atrapado...

Ameli: (suspira resignada) Vamos a ver que hizo tu padre ahora.

Alex sigue a su madre de camino a la cocina con una mano en el bolsillo y otra rascándose la nuca.

Ambos llegan a la cocina y ven como un hombre, de quizás dos metros de alto, de brazos cruzados, con un pelo negro desaliñado y barba que cubría toda su cara, musculoso, usando una polera negra con estampa roja que decía "Army" y pantalones cuadriculados azules con unas pantuflas de osito, apoyado en una encimera de la cocina mira fijamente a Arwel que estaba casi arrodillado en el suelo sosteniendo una pesa de 40 kg en sus hombros con una cara de sufrimiento inigualable.

Ameli mira al suelo resignada y con un gesto de ponerse la mano en la frente solo espera que Arwel esté bien, mientras que Alex solo miraba desde atrás y pensaba que ese pudo ser él si iba por cocina.

Arwel: (Con la pesa en los hombros) Solo... déjame... tener un... descanso... vengo recién llegando...

Cornel: ¿Y crees que puedes ir sin decirnos a tu madre y a mí que vas a la montaña?

Ameli: Esta vez ganaste...

Cornel: Te dije que iba a ir por la cocina. Eso quiere decir que el cupón de almuerzo de cinco estrellas es mío.

Alex: ¿Volvieron a apostar por quién atrapaban?

Ameli: (Suspira) Apostamos por ver si acertaba que Arwel pasaría por la cocina.

Arwel: (Aún con la pesa) Es... injusto...

Cornel: Injusto es que se vayan ambos sin avisar.

Alex da media vuelta y se dirige a las escaleras.

Ameli: ¡Alto ahí jovencito!, Aún no hemos decidido tú castigo y tenido esa charla.

Alex se detiene y mira a su madre con una cara de asustado escondida muy mal con una sonrisa.

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